Internacional

Canadá prohíbe que extranjeros compren casas para bajar precios de vivienda

Con el objetivo de poner en orden o estabilizar los precios de la vivienda en Canadá, que en los últimos años se han disparado, entró en vigor la prohibición para que extranjeros compren casas, departamentos o cualquier inmueble en aquel país.

Además de un paquete de multas e impuestos, por ejemplo, para evitar el flipping, que no es otra cosa sino la compra-venta de inmuebles a un año de su adquisición.

A partir del 1° de enero de este 2023 y durante los dos próximos años, los extranjeros en Canadá no podrán comprar inmuebles, a excepción de los residentes permanentes o estudiantes, gente que cuente con un permiso laboral o personas que han solicitado asilo.

Las multas van por hasta 10 mil dólares canadienses contra cualquier extranjero que no entre en las excepciones, que compre una casa, departamento o inmueble, además de que las sanciones van contra las compañías de bienes raíces que les echen una mano.

La idea es garantizar que haya oportunidades reales de comprar una casa de manera digna en Canadá y contener el alza de los precios de las viviendas que se han disparado en contexto de la pandemia de COVID-19.

El ministro de Vivienda, Diversidad e Inclusión Ahmed Hussen lo puso así: “La vivienda no debe ser solo una propiedad. Está pensada para vivir en ella: un lugar donde las familias puedan echar raíces, crear recuerdos y construir una vida en común. Con esta Ley, garantizamos que la vivienda sea propiedad de los canadienses, en beneficio de todas las personas que viven en Canadá”.

¿Qué es el Flipping?

También a partir del 1° de enero en Canadá entró el impuesto al flipping o la compra de un inmueble para después venderlo a un precio más elevado que el original.

Las inmobiliarias dicen que esta práctica es una inversión a corto y mediano plazo, que beneficia a quien invierte en la remodelación del inmueble.

Sin embargo, para Canadá no está tan chido o al menos está práctica tenía que ser gravada con un impuesto. Entonces, el asunto quedó así: si una persona compró un departamento o una casa y la vende en 12 meses, tendrá que pagar por hacerlo.

Además del impuesto al flipping, Canadá ha buscado ayudar a la gente con estímulos fiscales o apoyos mensuales para quienes tienen problemas en encontrar un buen alquiler.

Sin embargo, estos intentos para que las compañías de bienes raíces y constructoras dejen de ver a la gente como mercancía e impulsar el derecho a la vivienda, parece que se quedan a la mitad del camino.

Medios internacionales como El País o la BBC han expuesto las críticas o los cuestionamientos hacia la prohibición de la compra de inmuebles hecha por extranjeros.

¿La razón? Las compras de las personas no residentes no impactan en gran manera a los precios, ya que por ejemplo, en 2020, del total de las propiedades vendidas en Canadá, sólo el 1% fue adquirida por extranjeros.

Con información de Sopitas

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