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Concede Duarte entrevista al periódico El Heraldo y habla de su estancia en la cárcel y de las acusaciones que lo señalan

A pocos días de cumplirse tres años desde su detención en Miami, Florida, acusado de presuntos actos de corrupción cometidos durante su mandato, el exgobernador priista de Chihuahua, César Horacio Duarte Jáquez, niega haber estado huyendo en ese momento y afirma que ahora se encuentra tranquilo y espera con entusiasmo el día del juicio oral para demostrar su inocencia.

“Viví con mi familia en Estados Unidos, teníamos una residencia establecida y todo estaba en regla. La prisión no me ha quebrado y no tenemos miedo, porque no hay nada que demostrar en mi contra. Al contrario, somos los primeros interesados en que se celebre el juicio oral, que ha sido pospuesto por tercera vez y ahora está programado para el 26 de junio”, dice al otro lado del teléfono desde el Cereso Número 1 de Aquiles Serdán, donde ingresó el 2 de junio del año pasado después de ser extraditado de Estados Unidos. Pocos días después, un juez dictó la medida cautelar de prisión preventiva, que se mantiene hasta la fecha.

El gobierno de México emitió una orden de captura en 2018 y solicitó a Interpol que emitiera una ficha roja. El 8 de julio de 2020, Duarte Jáquez fue detenido en Florida, el mismo día en que el presidente Andrés Manuel López Obrador se reunía en la Casa Blanca con Donald Trump, su homólogo en ese entonces.

El gobierno de Chihuahua, encabezado en ese momento por Javier Corral, lo acusó de haber utilizado el erario público en beneficio propio y del PRI, partido que expulsó a Duarte en enero de 2019.

En una entrevista con El Heraldo de Chihuahua, enfatiza que en ningún momento intentó esconderse o evadir la justicia, ya que mantenía contacto constante con las autoridades en Estados Unidos, y esta información era conocida por el exgobernador Javier Corral.

Con 60 años de edad, el exgobernador de Chihuahua recuerda que una de las últimas apariciones que tuvo fue cuando lo captaron abordando un vuelo hacia Estados Unidos. Ese día, afirma, viajó a esa nación para someterse a una cirugía de columna, pero la Fiscalía General del Estado (FGE) lo buscaba para comparecer ante un juez en Chihuahua.

“Hicimos un acta notarial que certifica que ese día estaba siendo operado y que era imposible acudir, y las autoridades conocían mi condición médica. Unas semanas después, recibí una grabación en la que un alto funcionario del gobierno de Corral, su operador político más cercano, declaraba que, tan pronto llegara al Cereso, sería sacrificado, que me iban a matar”, recuerda el exgobernador.

Asegura que conserva la grabación original y espera el momento procesal adecuado para presentarla ante el juez, ya que fue durante una cena donde el operador de Corral, en presencia de varias personas, supuestamente anunció que lo matarían al llegar a prisión en Chihuahua.

César Duarte afirma que la FGE dio a conocer en su momento que había alrededor de 20 carpetas en su contra, pero fueron 47, y muchas de ellas fueron combatidas en Estados Unidos, en el Departamento de Estado, el Departamento de Justicia y la Corte del Sur de Florida. Según él, sus abogados proporcionaron información a las autoridades de ese país, y se demostró que no había argumentos suficientes para una acusación formal.

Con el tiempo que le brinda la cárcel, César Duarte ha comenzado a escribir un libro que aún no tiene nombre, pero que incluirá sus vivencias desde antes de su mandato como gobernador, lo bueno y lo malo que la prisión le ha dejado, las traiciones políticas y las historias que aún no han sido reveladas.

“Estoy escribiendo un libro y una memoria de todo lo que me ha tocado vivir en esta tierra extraordinaria de Chihuahua, desde la época de Pancho Villa hasta lo que serán los próximos años. Espero que sea útil para la gente, porque Chihuahua ha dejado una marca en la historia de la República y ha estado presente”, dice. El exgobernador lamenta que Chihuahua no haya tenido una clase política unida y que, por el contrario, haya actuado como caníbal hacia sus propios actores. No se ha logrado construir una plataforma sólida que permita al estado tener una representación más sólida para enfrentar los problemas profundos en la región. “Estoy al tanto de todo lo que sucede dentro y fuera; tengo una pequeña pantalla de televisión. El reglamento permite que tenga una pequeña pantalla, donde me informo, así como las visitas de mis amigos y familiares”, comparte.

Cuenta detalles de su estancia en prisión, como su rehabilitación y las dos horas diarias de caminata que realiza para cuidar su corazón. “Yo mismo preparo mis alimentos, desde unos chilaquiles hasta un omelette o un pescadito a la plancha, o lo que sea posible. Los nutriólogos me permiten introducir algún producto sin cocinar”.

Asegura que desde el día siguiente a la conclusión de su gobierno, no ha extrañado nada, ni la camioneta Suburban, ni el helicóptero, ni el equipo de seguridad. Lo que sí extraña, dice, es darle un abrazo a su amiga Beatriz Paredes, quien recientemente visitó la capital chihuahuense y habló de su intención de ser candidata a la presidencia de la República por la alianza Va por México. “Quería darle un beso, sin duda merece todas las consideraciones. Es una mujer sólida, con una clara comprensión de los problemas del país. Habla de los problemas del país, no solo de la política. Es una mujer respetada por la clase económica de este país”.

César Duarte relata que, cuando estaba a punto de terminar su sexenio como gobernador, Javier Corral buscó la forma de fabricarle delitos y convertirlo en un enemigo público en Chihuahua.

“Corral tuvo el presupuesto más alto, incurrió en una deuda enorme y mostró una irresponsabilidad enorme en la gestión de las finanzas. No hizo absolutamente ninguna obra pública. Entonces, ¿a quién le va a echar la culpa? Él tiene que tratar de hacerme ver mal a mí, como que yo soy el culpable de su incapacidad”, afirma Duarte.

Finalmente, César Duarte espera que llegue el día del juicio oral para enfrentar las acusaciones en su contra y demostrar su inocencia. Aunque ha pasado por momentos difíciles durante su estancia en prisión, se muestra optimista y confía en que la justicia prevalezca.

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A pocos días de cumplirse tres años desde su detención en Miami, Florida, el exgobernador priista de Chihuahua, César Horacio Duarte Jáquez, niega rotundamente haber estado huyendo y asegura que se encuentra tranquilo y ansioso por el día del juicio oral para demostrar su inocencia.

En una entrevista con El Heraldo de Chihuahua, Duarte Jáquez afirma que nunca intentó esconderse ni evadir la justicia. Según él, vivió con su familia en Estados Unidos, teniendo su domicilio establecido y cumpliendo con todas las reglas. Además, asegura que mantenía contacto constante con las autoridades estadounidenses, información que era conocida por el exgobernador Javier Corral.

El exgobernador de Chihuahua, de 60 años de edad, recuerda que una de sus últimas apariciones públicas fue cuando fue captado tomando un vuelo hacia Estados Unidos. En ese momento, afirma, se dirigía a ese país para someterse a una intervención en la vértebra. Sin embargo, la Fiscalía General del Estado lo buscó para comparecer ante un juez en Chihuahua.

Duarte Jáquez afirma haber presentado un acta notarial que certificaba su condición médica en ese momento y la imposibilidad de acudir a la citación. Además, asegura haber recibido una grabación en la que un alto funcionario del gobierno de Corral anunciaba que, al llegar al centro penitenciario, sería sacrificado y asesinado.

Sobre las acusaciones en su contra, Duarte Jáquez señala que inicialmente se mencionaron alrededor de 20 carpetas, pero en realidad fueron 47. Sin embargo, afirma que muchas de estas acusaciones fueron combatidas en Estados Unidos ante diferentes instancias, como el Departamento de Estado, el Departamento de Justicia y la Corte del Sur de Florida. Según él, la información proporcionada por sus abogados demostró la falta de fundamentos para una acusación formal.

Durante su estancia en prisión, Duarte Jáquez ha aprovechado el tiempo para escribir un libro que abarcará desde antes de su mandato como gobernador hasta su experiencia en la cárcel. En él, incluirá detalles sobre las traiciones políticas y otras historias que no han salido a la luz.

El exgobernador lamenta la falta de unidad en la clase política de Chihuahua y critica la gestión de Javier Corral, a quien acusa de inventarle delitos para convertirlo en un enemigo público. Además, cuestiona el manejo financiero de Corral y se pregunta qué sucedió con el dinero del presupuesto más alto que tuvo durante su mandato.

Duarte Jáquez solicita que la próxima audiencia sea abierta a los medios de comunicación, ya que no tiene nada que ocultar y desea que se ventilen todos los detalles de las acusaciones y su defensa.

A pesar de los desafíos que ha enfrentado, César Duarte se mantiene optimista y confía en que el juicio oral permitirá demostrar su inocencia. Está determinado a hacer frente a las acusaciones y espera que la justicia prevalezca en su caso.

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