Internacional

Crisis por audios en el gobierno de Colombia tambalea al gobierno de Gustavo Petro

Un escándalo político acecha al gobierno de Colombia, luego de que se dieran a conocer supuestas escuchas ilegales que involucran al círculo más cercano de Gustavo Petro, mismo que llevó al político izquierdista a la victoria en dicho país sudamericano. ¿Qué está sucediendo en este país y por qué se desató está crisis?

Apenas el pasado viernes dos de los asesores más cercanos a Gustavo Petro, Laura Sarabia y Armando Benedetti renunciaron al gobierno al darse a conocer el escándalo en el que se han incluido dólares en efectivo, insultos, escuchas telefónicas ilegales y ahora una creciente sospecha sobre una campaña ilegalmente financiada.

El domingo se divulgaron unos audios de Benedetti, un viejo operador político colombiano, enfurecido con Petro y Sarabia. Dice, entre otras frases sensibles, “nos hundimos todos, nos acabamos todos, nos vamos presos, acabamos toda la hijueputa verga”. Por su parte, Benedetti dijo que dichos audios fueron manipulados.

Hace poco menos de un año, el exguerrillero Gustavo Petro se convirtió en el primer presidente de izquierda en Colombia, un país históricamente conservador.

Armó un gobierno de coalición, lleno de figuras que moderaban su figura izquierdista y atenuaban los miedos que generaba su paso por la alcaldía de Bogotá, en la cual se peleó con medio mundo, incluidos sus más cercanos asesores.

Hoy, sin haber cumplido un año en el poder, la situación es distinta: una buena parte del gabinete multipartidista fue remplazada por viejos colegas de Petro, la coalición parlamentaria que quiere reformar las pensiones y la salud está debilitada y la oposición tiene arsenal para pedir la renuncia del jefe de Estado y acusar al gobierno de haber ganado con trampas.

¿Quién es quién en este escándalo?

Armando Benedetti tiene una carrera de 30 años, en el que ha dejado en claro que está más interesado en el poder que en la ideología, por lo que ha sido investigado sin ser condenado, por corrupción. Se acercó a Gustavo Petro al conocer las intenciones de este de llegar a la presidencia, por lo que se convirtió en su mano derecha durante la campaña.

Laura Sarabia llegó a Petro a través de Benedetti, quien es una joven funcionaria del ejército y quien siete años atrás fue reclutada como secretaria privada de Benedetti y que durante la campaña fue el puente entre ambos políticos.

Esta cercanía parece que se acabó durante la presidencia, pues Petro nombró a Benedetti como el embajador de Colombia en Venezuela, un rol clave en las negociaciones de paz entre ambos países, pero que se ejercía lejos de Bogotá.

Por su parte, Sarabia pasó de ser secretaria privada a convertirse en la jefa de gabinete, pero las dos crisis de ministros de Petro, en febrero y abril, revelaron su poder, sus maneras, el hecho de que nadie tenía tanta influencia sobre el presidente.

A este escándalo se agrega a Marelbys Meza, quien trabajó como niñera primero con Benedetti, pero que fue despedida por este por un supuesto robo y que después comenzó a trabajar con Sarabia, a quien acusó de secuestrarla e interceptarle el teléfono a cuenta de otro supuesto robo que desató este escándalo.

¿Cómo pasó de ser un crimen doméstico a una crisis de gobierno?

Sarabia quedó embarazada en plena campaña y al no querer dejar de lado su trabajo, contrató a la niñera de Benedetti, aún con los antecedentes de robo que traía consigo la niñera, por lo que en enero Meza se convirtió en la primera señalada por el supuesto robo de 7 mil dólares en efectivo de la casa de Sarabia, por lo que fue sometida a la prueba de polígrafo en la sede la presidencia colombiana, el Palacio de Nariño.

Para complicar aún más la situación, cuando Meza ya había sido despedida por Sarabia, Benedetti la llamó y la recontrató para que cuidase a sus hijos en Caracas, ciudad a la que llegó en un avión privado, según reportó el conocido periodista colombiano Daniel Coronell.

El miércoles, el fiscal general, Francisco Barbosa, quien fue nombrado por el gobierno de Iván Duque, de quien es cercano, dio una rueda de prensa en la que denunció que la investigación de este caso generó un sistema judicial paralelo, que la interrogación a Meza fue ilegal y que las escuchas ilegales estaban de vuelta en un país traumatizado por la violación de derechos políticos.

Lo que había empezado como un delito doméstico se convirtió en una crisis nacional, por lo que Petro anunció la salida de Benedetti y Sarabia, pero la revista Semana, misma que había publicado previamente las declaraciones de Meza, también publicó una serie de audios acalorados en el que Benedetti acusa a Sarabia de aislarlo, amenazándola con dar a conocer supuestas financiaciones ilícitas de campaña.

Esa misma noche, el presidente colombiano aseguró que no recibió dinero de personas relacionadas con el narco, ni que tampoco se recibieran 3.4 millones de dólares, como había declarado Benedetti.

¿Qué consecuencias hay?

Este escándalo llegó en un momento muy complicado para Gustavo Petro, pues sus reformas fuertes, como las de Salud, Pensiones y Trabajo, aún están pendientes de aprobación en el Congreso, el cual ya no tiene una colación clara y las negociaciones de paz con los grupos armados se ha debilitado en los últimos meses.

Este escándalo trae a la memoria colectiva colombiana la presidencia de Ernesto Samper, quien pasó los cuatro años de gobierno tratando de responder a las acusaciones de que su gobierno recibía financiamiento del narco.

Aún cuando no haya ninguna prueba de que Petro recibió financiamiento ilegal, el escándalo ya está desatado por lo que el fiscal, quien es opositor al gobierno, podría abrir una investigación en el Congreso, en el cual Petro no tiene mayoría.

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