Nacional

Del Efecto Tequila al Efecto Jazz

La crisis económica de México de 1994 fue una crisis iniciada en México de repercusiones mundiales. Fue provocada por la falta de reservas internacionales, causando la devaluación del peso mexicano durante los primeros días de la presidencia de Ernesto Zedillo. A unas semanas del inicio del proceso de devaluación de la moneda mexicana, el entonces presidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, solicitó al Congreso de su país la autorización de una línea de crédito por $20 mil millones de dólares para el Gobierno Mexicano, a efectos que le permitieran garantizar a sus acreedores el cumplimiento cabal de sus compromisos financieros denominados en dólares.

En el contexto internacional, las consecuencias económicas de esta crisis se denominaron “Efecto Tequila”. En México también se le conoce como el “Error de diciembre”, una frase acuñada por el ex presidente mexicano Carlos Salinas de Gortari para atribuir la crisis a las presuntas malas decisiones de la administración entrante de Ernesto Zedillo Ponce de León y no a la política económica de su sexenio. (-wiki)

La crisis que sufrió México fue causada en gran medida por el TLC (tratado de libre comercio), entró en vigor el 1º de enero de 1994, México en esta época parecía un buen lugar para invertir y fue justamente lo que aprovecho el presidente Carlos Salinas de Gortari para financiar su gobierno, esto se hizo a través de Tesobonos y CETES. Estos bonos eran una especie de deudas a corto plazo, se compraban y vendían en pesos, pero estaban protegidos contra los efectos de una posible devaluación, al cotizarse en dólares, al momento de cambiarlos a pesos se pagaban al tipo de cambio vigente (no tenía razón de ser el hecho de comprar divisa norteamericana si existían otros instrumentos de rendimiento igual o superior). Esto era para prevenir la devaluación.

La crisis global que surge en los EE.UU con la deuda hipotecaria y cuyas repercusiones se están viviendo actualmente en México, es el comienzo de una posible debacle que tuvo su origen a partir de la caída del comunismo en Rusia y cuyo conejillo de indias, de estas crisis globales, fue precisamente nuestro país con el llamado efecto tequila durante las parrandas decembrinas de 1994.A raíz del embargo petrolero árabe, como estrategia de la guerra del Yom Kippur en 1973, el precio del barril del petróleo aumentó considerablemente provocando con ello que países como México, que recientemente se había descubierto de esa gran abundancia por exploraciones realizadas en el mar, respalde su crecimiento económico con la generación de divisas derivadas del petróleo.

Esto obligó a los países compradores como EE.UU. a tomar medidas para ahorrar energía, lo que generó una disminución en el precio del barril que pasó de alrededor de 70 dls hasta 4 dls el barril, por lo que México, país exportador de petróleo, se obligó a cancelar todos los proyectos de Gobierno llevando al país a una de las crisis más profundas que haya vivido en su historia moderna.

A partir de la instauración en nuestro país de un modelo económico distinto a los modelos anteriores, desde el desarrollo estabilizador a la época llamada del populismo presidencial, comienza la venta de paraestatales y empresas de Gobierno que eran prácticamente inservibles.

En ese entonces el Gobierno llegó a tener equipos de fútbol como el Necaxa del sindicato de electricistas, el Atlante e inclusive ser propietario de cabarets que increíblemente eran los únicos cabarets en el mundo que perdían dinero, esto dicho por el ex secretario de Hacienda de entonces Jesús Silva Herzog. Con lo anterior se comienzan a buscar modelos que satisfagan nuevas prioridades y que se enfatice en las ya existentes, es entonces cuando se decide abrir la economía al libre mercado, tiempo después de haber aplicado este modelo países como Japón que venía implementando una industria nacional basada en sistemas de calidad que le darían mayor competitividad en los mercados mundiales y que la colocaría entre los primeros lugares.

México ingresa al GATT y posteriormente a la firma del Tratado de Libre Comercio con América del Norte durante la administración del presidente Lic. Carlos Salinas de Gortari y es a través de estas reformas, que incluían la privatización de ciertas industrias prioritarias para el desarrollo de la economía, como nuestro país se ve inmerso en la nueva economía que ahora llamamos global. Esto incluido al sistema financiero nacional, privatizado durante este sexenio y que debido a la confianza de los inversionistas comienza la mayor expansión del crédito que se haya conocido hasta entonces. El Gobierno de Salinas confiaba tanto en la solidez de la economía que decidió canjear a los inversionistas Certificados de la Tesorería respaldados en pesos o Tesobonos lo que implicaba que el Gobierno tenía que pagar en dólares deuda contratada originalmente en moneda nacional.

Hay que recordar que en lo económico entra en vigor el Tratado de Libre Comercio, pero por el lado político, surge el 1 de enero de 1994 el levantamiento armado zapatista en el Estado de Chiapas y una serie de asesinatos que le siguieron, incluido al entonces candidato a la presidencia por el Partido Revolucionario Institucional, Luis Donaldo Colosio. Esto junto con otros factores generó una desconfianza en los mercados nacionales e internacionales lo que conllevó a una fuga masiva de capitales, los llamados capitales golondrinos que influyeron a que el peso se devaluara de forma dramática. Sin embargo la devaluación del peso no fue el gran problema en si sino la crisis financiera que provocó y la exigibilidad de cumplir con todas estas obligaciones internacionales. Para resolver este problema de la posible quiebra, no de un solo banco, sino del Sistema Bancario, el Gobierno adquirió deuda a través del Fondo Bancario de Protección al Ahorro y precisamente es lo que actualmente está haciendo el Congreso Norteamericano para rescatar, más que a los banqueros, a los ahorradores.

La nueva crisis del capitalismo quizás su primera gran crisis global está generando efectos peores que la cruda de una borrachera, se sumaron entonces los efectos del vodka, al efecto sake japonés y al efecto caipiriña de Brasil. Según los expertos el llamado efecto Vodka en la Rusia de 1998 fue provocado inicialmente por el efecto Sake en Japón que se dio un año anterior e inició en Tailandia, sin embargo, el declive profundo en el precio del petróleo fue una de las principales razones de esta debacle en Rusia y debido a que el parlamento no actuó de manera eficaz para proteger a sus ahorradores, así como la falta de pago de los impuestos por parte de las industrias energéticas y manufactureras, situación que era necesario para que Rusia pudiera obtener financiamiento del exterior y así poder enfrentar la crisis.

México vivió una situación similar ya que una de las principales razones para que nuestro país pudiera obtener financiamiento del Fondo Monetario Internacional fue la condición de aumentar su base recaudatoria o sus ingresos, el Congreso Mexicano decido entonces elevar del 10% al 15% la Tasa del IVA que se oficializó con aquella famosa roque señal del entonces Coordinador de la Cámara de Diputados el Lic. Humberto Roque Villanueva.

A raíz de los ataques del 11 de septiembre el Gobierno Norteaméricano decide, a través de la Reserva Federal, reducir sus Tasas de Interés para otorgar créditos accesibles y así poder impulsar el crecimiento, sin embargo, hubo algunos créditos, las llamadas hipotecas de alto riesgo, conocidas en Estados Unidos como subprime, que eran un tipo especial de hipoteca, preferentemente utilizado para la adquisición de vivienda, y orientada a clientes con escasa solvencia, y por tanto con un nivel de riesgo de impago superior a la media del resto de créditos. Los créditos se hicieron a personas que no estaban calificadas para recibir préstamos ordinarios, hubo incapacidad de los bancos para reconocer los riesgos y durante el 2006, cuando la Reserva Federal decide frenar la economía para evitar un aumento en la inflación, aumenta las Tasas de Interés generando con esto una desconfianza en los mercados debido a la imposibilidad de pago de un sin número de deudores.

A su vez el Gobierno Norteamericano vendió deuda a otros Gobiernos principalmente al Chino así como a algunos países europeos, por lo que un problema que inició en un sector específic, se convirtió en un problema sistémico y las consecuencias hasta el momento han sido la quiebra de algunos bancos no solo en los EE.UU. sino en Europa y el cierre, por lo pronto, de más de 800 empresas. Países como Islandia han determinado que nacionalizarán los bancos de su país en caso de llegar a una crisis más profunda. Hay críticas sobre todo del bando demócrata que hablan de la enorme corrupción que prevalece en Wall Street y Washington que generaron la creación de esta enorme burbuja especulativa financiera en los créditos hipotecarios. Para enfrentar esta problemática el Gobierno Norteamericano aprobó un rescate por más de 700 mil millones de dólares en el Senado pero que se sigue debatiendo en la Cámara de Representantes para adecuar ciertos lineamientos.

Analistas de diversos países han dicho desde hace ya algunos años, que es necesario crear reglas monetarias por país, de entrada y salida de capitales, ajustar normas semejantes a las que hay por ejemplo en Chile que no fue tan golpeado por estos efectos en el pasado y reglas que sean parecidas a las que existen en el comercio. Hoy con solo pulsar una tecla se abren y se cierran inmensas fortunas que entran y salen en Latinoamérica alrededor de 48 veces al año y que equivalen a más de 300 mil millones de dólares, y peor aun lo siguen haciendo sin reglas de restricción estos movimientos de capital. En el caso Norteamericano no hay duda que los intereses y la corrupción en el Gobierno y en los bancos fue un factor sustancial para llegar a esta crisis, pero a su vez, hubo menor regulación e intereses partidistas, que resaltaron durante la primera votación del paquete de rescate enviado por el presidente George Bush al Congreso y en donde inclusive representantes de su propio partido fueron quienes mayoritariamente votaron en contra de dicho paquete.

Esto debido a que muchos no quisieron comprometerse con una decisión que probablemente les hubiera hecho perder votos en noviembre próximo lo que generó que se profundizara aun más la caída en las Bolsas de Nueva York. También en el pasado el Gobierno de Bush les devolvió en impuestos a los empresarios más acaudalados que al final fueron los especuladores y los gastos de las guerras en Irak y Afganistán terminaron por endeudar al Gobierno con más de 910 mil millones, es decir, un déficit de 7% del PIB. México ha descuidado la generación de empleos dado el uso de la nueva tecnología en los procesos de producción y como consecuencia se tiene alrededor del 60% de la población en el sector informal, el desempleo también es un problema global. Japón por ejemplo tiene la tasa más alta de desempleo desde que terminó la segunda guerra mundial así como algunos países del pacífico asiático.

Los expertos ya calificaban desde entonces lo que ocurre hoy como la peor crisis financiera en 50 años, y este miedo ya había entrado a la Casa Blanca. El entonces presidente Bill Clinton dijo: “las actuales dificultades económicas, los desbarajustes y el simple desencanto de decenas de millones de personas en todo el mundo presentan un claro desafío no solo para la libertad económica sino, de no resolverse, también para la libertad política”. El mismo Clinton ya había visto lo que en otros rumbos ya habíamos vivido; la turbulencia económica deja a millones en la pobreza repentina, ante ese panorama el presidente de los EE.UU. entonces alertó; “los riesgos de la inestabilidad política y social y una reversa contra la democracia se incrementan en forma evidente, en la aurora del nuevo milenio, el mundo adquiere características que fueron perfilándose a lo largo de los años pero que mostraran sus matices más dramáticos en estos días finiseculares”.

El zorro de las finanzas mundiales George Soros dijo que fue el peso mexicano el que marcó el inicio de la crisis actual y a su vez el entonces Director del Fondo Monetario Internacional Michel Camdessus tuvo razón cuando en 1995 se anticipó y calificaría a la crisis mexicana como la primera del siglo XXI

Por Nicolás Kosturakis

Exit mobile version