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“¿Por qué los mexicanos siguen pagando la deuda del Fobaproa? La historia de corrupción y aprovechamiento detrás del fondo creado en 1990”

El Fobaproa es un fondo creado en 1990 durante el gobierno de Carlos Salinas de Gortari en México, con el objetivo de transferir la deuda privada de los bancos a la deuda pública en caso de crisis financiera. El fondo fue activado en 1995, durante el mandato de Ernesto Zedillo, y se utilizó para comprar la deuda bancaria por un total de 552,300 millones de pesos.

El Fobaproa surgió como una respuesta para enfrentar posibles crisis financieras y el supuesto de que éstas pusieran en peligro la liquidez de los bancos. Los bancos que requirieron el rescate del Fobaproa se habían endeudado de manera excesiva con préstamos de alto riesgo, principalmente con préstamos a empresas relacionadas con el sector inmobiliario y de construcción, que en su gran mayoría no cumplieron con los pagos y generaron un gran impacto en las finanzas de los bancos. Además, también se ha señalado que algunos bancos habían cometido prácticas inadecuadas en sus operaciones, como la manipulación de estados financieros y la aceptación de depósitos ficticios. Todo ello contribuyó a la crisis financiera que requirió la intervención del Fobaproa y el rescate de los bancos afectados.

Entre los beneficiados por el Fobaproa, según la lista divulgada por el PRD, se encuentran Grupo Sidek, la cadena comercial Salinas, y Rocha, la empresa de transporte Estrella Blanca, así como las firmas Mazon, Lomel y la constructora Gutsa.

La creación del Fobaproa y su activación en 1995 fueron muy polémicas y contribuyeron a la derrota del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en las elecciones presidenciales de 2000.

Muchos criticaron el uso del capital del Estado para dar liquidez a los bancos y señalaron esto como un acto de corrupción y aprovechamiento por parte de los banqueros. El uso de capital del Estado para dar liquidez a los bancos fue señalado como un acto de corrupción y aprovechamiento por parte de los banqueros, quienes ingresaron las deudas de las instituciones a la cartera vencida que rescató el gobierno.

Es decir que las deudas de los bancos fueron -y siguen siendo- pagadas con los impuestos de los mexicanos, capital que pudo ocuparse -pero no fue así- para otros ámbitos: salud, infraestructura, educación y cultura, principalmente. En los siguientes años, el Fobaproa absorvió la deuda de los bancos, que para 1999, año en que se publicó la Ley de Protección al Ahorro Bancario, llegó a los 552,300 millones de pesos, es decir, el 11% de la economía del país en ese momento. Desde el 21 de mayo de 1999, el Instituto para la Protección al Ahorro Bancario (IPAB) es el encargado de administrar el Fobaproa y de pagar la deuda.

La historia del Fobaproa no terminó en 1999, ya que la deuda continúa siendo pagada por los mexicanos a través de sus impuestos. En 2005, el gobierno de Vicente Fox implementó un plan para pagar la deuda del Fobaproa en un plazo de 20 años, con un costo total de 2.5 billones de pesos. Sin embargo, en 2012, el gobierno de Felipe Calderón anunció que había llegado a un acuerdo con los bancos para pagar la deuda en un plazo de 15 años, con un costo total de 1.5 billones de pesos.

Hoy en día, la deuda del Fobaproa sigue siendo pagada por los mexicanos y ha trascendido varias generaciones. A pesar de los esfuerzos del gobierno para resolver la deuda, sigue siendo un tema polémico y controvertido en México.

Es importante destacar que la deuda del Fobaproa no solo afecta a los ciudadanos mexicanos actuales, sino que también ha trascendido generaciones, con los que nacieron en la década de los 90 siendo parte de los contribuyentes que actualmente pagan esta deuda. Además, la deuda sigue siendo un tema de debate y discusión en México, con muchos argumentando que el dinero podría haber sido utilizado de manera más efectiva para mejorar servicios públicos y mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.

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