Salud

¿Qué ha pasado con los ventiladores fabricados por el Conacyt?

Resulta que los ventiladores, los que se fabricaron, terminaron con un sobrecosto de producción 88% por encima de lo planeado, se atrasaron más de un año y ni si quiera se fabricaron todos los prometidos.

En julio del 2020, durante una conferencia matutina en Palacio Nacional, la directora general del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), María Elena Álvarez-Buylla, presentó los ventiladores que habían desarrollado para la atención de pacientes graves con COVID-19.

En ese momento la funcionaria anunció que habían logrado crear los ventiladores en tiempo récord, en 5 meses, a pesar de que ya habían fallado una vez: el 23 de abril prometió tener 700 ventiladores para el 15 de mayo pero no se cumplió y además, negaron haberse comprometido.

En la mañanera, Álvarez-Buylla afirmo que el desarrollo de estos ventiladores significó un ahorro del 70% en comparación al precio promedio del mercado, que cada uno de los ventiladores tendría un lote de 500 ventiladores, mil en total y que iban a costar en promedio entre 9 mil 600 y 11 mil 400 dólares.

“Es cuestión de horas para que la COFEPRIS autorice la fabricación de los ventiladores“, dijo.

Pero una investigación de Santiago Alamilla, publicada en Eme Equis, revela que la COFEPRIS se tardó 7 meses en dar la aprobación de emergencia para la producción del equipo, permisos condicionados a la duración de la emergencia.

Y luego, el precio de los ventiladores modelo Ehécatl fue de 257 mil 460 pesos, un 87.9% por encima del precio que la directora del CONACYT anunció. En el caso de Gätsi, el costo final fue de 342 mil 638 pesos, un 20% más.

El 15 de mayo del 2020, cuando se supone que entregarían 700 ventiladores, no pasó pero nada. fue hasta el 14 de julio que la funcionaria presentó los resultados y prometió que no solo serían 700, sino mil.

Resulta que el proyecto solicitó una prórroga de tiempos con una fecha límite el 8 de noviembre de 2021.

El CONACYT afirma que fabricaron mil 130 equipos, 630 de Gätsi y 500 de Ehécatl. De esos, 800 se entregaron al INSABI. El asunto es que no se explica cómo se entregaron los Gätsi y el oficio de respuesta dice que los Ehécatl solo fueron 468.

Además, el personal que entregó los equipos y dio capacitación al personal médico para su funcionamiento siempre dejó claro que debían usarlo solo como emergencia y no de forma prolongada ya que venía equipado con “lo más básico de lo básico”. Así sucedió en el hospital de alta especialidad del ISSSTE en Morelia, Michoacán.

El CONACYT afirma que 200 ventiladores fueron donados a Cuba, pero la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) explica que no es cierto. A esto le sumamos que el gobierno de Cuba nunca ha hablado de la donación de los ventiladores, solo una donación de 30 ventiladores por parte de China.

Y para variar, las patentes para los equipos no se obtuvieron, para ninguno de los dos modelos.

Con información de Sopitas

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