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Revelan teorías de la investigación sobre avionazo de Mouriño

Una investigación publicada por la revista Eme Equis reveló documentos secretos, teorías y carpetas de investigaciones de uno de los eventos de la política mexicana ocurridos en a principios del siglo XXI: el accidente aéreo donde perdió la vida Juan Camilo Mouriño.

Esta investigación llevada a cabo por Laura Sánchez, sacó a la luz muchos detalles que se desconocían de este accidente ocurrido hace 12 años del entonces Secretario de Gobernación de Felipe Calderón, Juan Camilo Mouriño.

“Me parece que retrata al gobierno de Felipe Calderón de cuerpo entero, el miedo que existía a que su Secretario de Gobernación muriera en un atentado”, declaró la periodista.

Y es que en los archivos del gobierno se relata que la Fiscalía revisó la posible participación de los terroristas vascos del ETA, pues Mouriño había nacido en España, o el posible involucramiento de distintos grupos del narco.

Incluso, mencionan, siguieron pistas que acusaban a un grupo de ocultistas satánicos que usaron técnicas de hipnotismo.

La versión oficial del accidente aéreo, a la que llega la Fiscalía después de peritajes que se extendieron un año, es que se trató de una serie de infortunios.

Aunque al principio acusaron que se trató de error de los pilotos, después apuntaron a que, al entrar a la Ciudad de México, el LearJet en donde viajaba Mouriño quedó atorado en la estela de un Boeing 767 de Mexicana y eso provocó que se desplomara en Polanco. 

Incluso compartieron los escalofriantes audios incompletos de la caja negra con el público para corroborar esta versión.

Aunque esta investigación se centra en Juan Camilo Mouriño, esta forma parte de una serie de documentales sobre accidentes aéreos en la Secretaría de Gobernación, en la que se incluye el accidente de Blake Mora, muerto en el 2011 y de Ramón Huerta, fallecido en el 2005.

El accidente de Mouriño ocurrió el 4 de noviembre de 2008, cuando el avión procedente de San Luis Potosí se estrelló en la zona de Las Lomas, una zona que forma parte del distrito financiero del entonces Distrito Federal (ahora CDMX), justo en el momento en que cientos de personas transitaban por una de las avenidas con mayor tráfico vehicular tras finalizar una jornada laboral.

En el expediente de la PGR, se puede leer que supuestos integrantes de la organización terrorista vasca, Euskadi Ta Askatasuna (ETA) se adjudicaron el atentado por “presuntas infiltraciones de agentes de inteligencia (mexicanos) en la organización terrorista”. Esta denuncia se convertiría en una de las que el gobierno mandó investigar: y es que de hecho Mouriño había nacido en España y se había naturalizado mexicano.

En las más de 10 mil páginas de la investigación, que iniciara por órdenes del entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa, se incluyen conversaciones entre pilotos, reportes de aeropuertos, informes de aeronáutica de Estados Unidos y México, pero también documentos catalogados como “confidenciales” y que dan cuenta que la PGR tuvo que descartar denuncias que apuntaban a grupos terroristas, organizaciones delictivas y hasta ocultistas satánicos involucrados en el accidente.

Estas líneas de investigación se iniciaron a pesar de que la versión oficial, desde el primer momento, fue que los indicios no apuntaban a un atentado. El accidente se dio en medio de un momento crítico para el país, por una guerra declarada contra el narcotráfico, en la que tanto Mouriño como Vasconcelos se habían convertido en los hombres fuertes del presidente.

Incluso dos meses antes de morir y durante su comparecencia ante el Congreso, Juan Camilo Mouriño aseguró que había una decisión firme de enfrentar a los narcotraficantes. Fue enfático en que se recuperaría la paz sin pactar con el narco.

En cuanto a Santiago Vasconcelos, según el testimonio del propio Jesús “El Rey” Zambada, hermano de “El Mayo” Zambada, el Cártel de Sinaloa fraguó un plan fallido para asesinarlo en 2005, por su labor en contra de la delincuencia organizada.

Ese 4 de noviembre 4 personas perdieron la vida y 14 personas sufrieron heridas y quemaduras mientras esperaban en el tráfico cuando cayó la aeronave. De hecho, en el expediente se pueden leer los acuerdos entre la Secretaría de Gobernación y los afectados, que alcanzaron montos de hasta 400 mil pesos para liberar a la dependencia de responsabilidades penales.

Según el primer dictamen de la Procuraduría capitalina, el valor de los daños que ocasionó el accidente fue de 2 millones 407 mil pesos por vidrios, letreros, canceles, entre otros. Mientras que el valor de los vehículos que estaban estacionados esperando en el tráfico fue de 1 millón 478 mil pesos.

La primera en iniciar las investigaciones del caso fue la Procuraduría capitalina, por órdenes del entonces jefe de gobierno Marcelo Ebrard; después pasó a manos de la Procuraduría General de la República. Son ellos quienes iniciaron las investigaciones, auxiliados por la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, para determinar las causas del accidente.

La PGR tuvo que investigar y descartar las denuncias que llegaron a sus instalaciones a lo largo de los días. De hecho una de las primeras descartadas fue la del grupo terrorista ETA.

Aunque con los días se presentaron otras denuncias que apuntaban al narcotráfico: como la llamada anónima que recibieron en el número de emergencias 089 del gobierno de San Luis Potosí, estado del que despegó el avión de Mouriño antes de colapsar y donde había acudido a la firma del Acuerdo Estatal de Seguridad.

Otra denuncia que la PGR tuvo que descartar, incluso utilizando peritos en psicología, fue la que presentó un hombre, del cual se reserva su identidad, donde le endilga la responsabilidad “del atentado” a un individuo ligado al sector aeronáutico.

Supuestamente el atentado habría estado ligado a este hombre que aplicaba “siniestramente” métodos de hipnotismo y satanismo. El oficio 531/2020 con fecha del 5 de febrero de ese año, el Ministerio Público solicitó peritos en materia de psicología para analizar esta denuncia.

Fue así que determinaron que el hombre tenía delirios de persecución y probable trastorno paranoide. Evidentemente esta denuncia también se desestimó, sin embargo, la PGR estuvo recibiendo durante años este tipo de denuncias que fueron investigadas y desechadas.

La aeronave Learjet 45 de la Secretaría de Gobernación cayó entre las calles Monte Pelvoux y Ferrocarril de Cuernavaca a las 18:46 horas, tan sólo a unos minutos de aterrizar en la Ciudad de México proveniente de San Luis Potosí.

La aeronave quedó totalmente destruida por el impacto y el fuego; quedó fragmentada en un radio de 100 metros cuadrados. El reporte final de la SCT determinó que no hubo ningún atentado y se encontraron deficiencias e irregularidades en el proceso de obtención de los certificados de capacidad del Learjet en ambos pilotos.

Además que se observaron omisiones en la aplicación de algunos procedimientos y estándares por parte del controlador de tránsito aéreo del Servicio de aproximación radar México en el Aeropuerto de la ciudad de México.

Y lo definitivo: el avión estuvo colocado en una posición muy vulnerable respecto a la turbulencia de estela de una aeronave pesada procedente de Argentina. Con estos argumentos, finalmente Felipe Calderón cerró definitivamente la investigación sin ningún culpable.

Con información de Sopitas y Eme Equis

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