Tres actos que dentendrían la propagación del COVID-19

Una serie de sencillos pasos frenarían la propagación del virus de COVID-19, incluso sin vacuna de por medio, según dio a conocer un reciente estudio publicado en la revista PLoS Medicine.

Si tan solo la gente se lavara constantemente las manos, utilizara mascarilla facial y mantuviera su sana distancia, la pandemia de COVID-19 se vería frenada, incluso sin utilizarse vacuna o medicamentos de por medio.

Las tasas de contacto en el estudio se basaron en la interacción de las personas en los Países Bajos, pero el modelo es apropiado para otros países occidentales, dijeron los investigadores del Centro Médico de la Universidad de Utrecht.

“Se puede prevenir una gran epidemia si la eficacia de estas medidas excede el 50%”, escribieron.

Sin embargo, si la gente se viera lenta en tomar medidas, pero paulatinamente cambia de parecer, se podría reducir el número de casos, pero no retrasar el pico.

A su vez, aún cuando los gobiernos impusieran cierres y confinamientos, si la población no toma medidas adicionales en el cuidado personal, se retrasaría el pico pero no reduciría el número de casos.

Si se convinaran las medidas sanitarias impuestas por los gobiernos, junto con la conciencia social sobre la enfermedad, podrían reducirse significativamente los casos de contagio, incluso después de levantarse las restricciones sanitarias.

Aún con el distanciamiento social autoimpuesto, los contactos con otros podrían no eliminarse por completo. Por ejemplo, las personas que viven juntas interactuarán, aumentando la probabilidad de que alguien se enferme. Por lo tanto, todavía son probables pequeños brotes.

Los autores del estudio argumentan que si los gobiernos educaran a la gente sobre la forma en que se propaga el virus y creara conciencia sobre el lavado continuo de manos, el uso de la mascarilla y la importancia del distanciamiento social, se podría controlar fácilmente la pandemia en curso.

Hay límites para el modelo. No tiene en cuenta la demografía, ni explica el aislamiento imperfecto de las personas que están enfermas con covid-19, lo que significa que pueden infectar a otros que los cuidan en un entorno de atención médica o en el hogar. Tampoco tiene en cuenta la posibilidad de reinfección.

“Si todos usáramos cubiertas faciales durante las próximas cuatro, seis, ocho, doce semanas, en todo el país, esta transmisión del virus se detendría”, dijo el Dr. Robert Redfield, director de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés).