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Cuando Francisco Villa invadió Estados Unidos
CRONOLOGÍA DEL ATAQUE A COLUMBUS.
Por Nicolás Kosturakis.
La madrugada del 9 de marzo de 1916, las tropas de Francisco Villa invadían Estados Unidos para atacar Columbus, Nuevo México y con ello, el Centauro concretaba un plan pensado durante días, en parte de venganza contra sus enemigos –entre ellos el judío Sam Ravel que defraudó al general con la venta de armas–, y en parte estrategia para provocar al gobierno estadounidense y afectar el rumbo que había tomado la lucha armada en México en la que el Centauro era, hasta ese momento, el perdedor.
Los revolucionarios mexicanos, en gran parte reclutados en Namiquipa, ingresaron por Palomas, ubicado en el noroeste de Chihuahua y para dirigirse a su objetivo a 4.8 kilómetros (3 millas) de la frontera. y se dirigieron a su objetivo ubicado a tres millas de ahí. También penetrarían por Ciudad Juárez.
Los revolucionarios mexicanos ingresan por el poblado de Palomas, rompieron las cercas de alambre que dividían la frontera y se movieron en dos columnas dirigidas por Francisco Beltrán y Martín López; y Pablo López y Candelario Cervantes. Una se fue al campamento militar y la segunda rodeó para entrar al pueblo.
Al grito de “¡Viva Villa!”, “¡Viva México!” y “Yanquis ‘jijos’ de la chingada”, cientos de jinetes rompen la tranquilidad del pequeño pueblo de Columbus, Nuevo México disparando contra viviendas donde sus moradores dormían. La arremetida también se dirige a las barracas de Fort Furlong.
Eran las 4:25 de la madrugada del 9 de marzo de 1916, Francisco Villa concretaba así un plan pensado por días que dejaría una estela de sangre y provocaría que Estados Unidos invadiera México días después.
El asalto tomó por sorpresa a los soldados del 13º Regimiento de Caballería del Ejército de Estados Unidos así como a los habitantes del pueblo, pero reaccionaron y ocasionaron numerosas bajas a los atacantes mexicanos.
Sólo algunos centinelas y cocineros se encontraban despiertos a esa hora en Fort Furlong, entre ellos el cabo identificado sólo como Griffith, que reacciona disparando el primer tiro del combate al aire para alertar a sus compañeros; pero pronto una lluvia de balas lo abate para convertirlo en una de las primeras bajas de la invasión.
El grupo de Candelario Cervantes avanzó al pueblo y llegó al hotel Commercial, propiedad del judío Sam Ravel donde fueron recibidos a tiros por dos norteamericanos que bajaban de sus habitaciones, pero pronto la superioridad numérica se impuso y los villistas los asesinaron.
En medio del tiroteo, interrogaron a un par de niños y a unas mujeres que les informaron que Sam Ravel se había ido a El Paso, Texas a visitar al dentista, lo que le salvó la vida al comerciante odiado por Villa.
Posteriormente Cervantes detiene a Arthur, el hermano menor de Ravel y lo obliga a conducirlo a una ferretería propiedad también del judío. Ahí tratan de abrir la caja fuerte sin lograrlo.
Enfurecidos lanzan latas de queroseno y provocan un incendio que arrasa el negocio y se extiende al hotel Commercial así como a otros establecimientos comerciales aledaños.
Mientras tanto, en el campamento militar, los villistas encuentran una resistencia organizada de las tropas estadounidenses que repelen con éxito la agresión.
Uno de ellos, el teniente Lucas, con soldados de la tropa F, llega hasta donde estaban guardadas las ametralladoras para protegerlas de los revolucionarios mexicanos y toma uno de los artefactos para disparar contra de los villistas.
Los hombres de Lucas pronto tienen en su poder cuatro ametralladoras y obligan a los atacantes a replegarse. Sin embargo, pronto las tropas de Francisco Beltrán maniobran y van nuevamente a la carga y ante la superioridad cambian la situación y obligan a los militares estadounidenses a pertrecharse.
En ese contraataque se produce la mayor parte de las bajas villistas y estadounidenses, de acuerdo con el historiador Friedrich Katz en su obra “Pancho Villa”.
En el pueblo el fuego se extiende y más civiles se unen a la defensa de Columbus disparando desde casas, negocios y hoteles.
“Algunos de los huéspedes sacaban sus armas, pistolas y rifles para hacer fuego entre los invasores”, recuerda Laura Ritchie, administradora de un hotel en una versión recabada por Paco Ignacio Taibo II en el libro Pacho Villa, biografía narrativa.
De hecho, la mayoría de las bajas en el grupo de Candelario Cervantes las hicieron los civiles, por ello, el revolucionario se vio obligado a incendiar otro de los hoteles, el Hoover.
“Hubo que prenderle fuego para sacar al que nos hacía blanco muy certero”, dijo posteriormente uno de los presos.
Pero el fuego, más que ayudar a los invasores mexicanos, les perjudicó.
Los soldados y ciudadanos estadounidenses que defendían Columbus, pudieron distinguir a su enemigo más fácilmente para repelerlo con más eficacia.
Así, fue herido Pablo López, uno de los lugartenientes de más alta estima de Pacho Villa.
Casi al amanecer, a las 7:30 de la mañana, al toque de un clarín, los jinetes de Villa comienzan a retirarse llevando consigo un botín consistente en mulas, variado equipo militar, incluyendo 300 máuseres y 80 caballos. También llevan consigo a decenas de heridos.
En su persecución un grupo de alrededor de 30 soldados estadounidenses a galope en sus caballos intentó alcanzarlos pero fue repelido a balazos por un grupo de villistas que al darse cuenta que los seguían, pararon y los esperaron al estilo mexicano, con las riendas del caballo en la mano izquierda y el rifle en la derecha.
Fuentes: Pancho Villa, de Friedrich Katz; Pancho Villa Una biografía narrativa, de Paco Ignacio Taibo II. Expedición punitiva: fin de intento fallido, de Roberto Espinosa de los Monteros, www.inehrm.gob.mx; Francisco Villa: Ubicuo y Ausente, www.inah.gob.mx