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Depende de grupos criminales que pare la violencia en Sinaloa, dice Ejército
La ola de violencia en Sinaloa ha superado una semana sin señales de detenerse, y según el comandante de la tercera Región Militar en el estado, Francisco Jesús Leana Ojeda, el conflicto persistirá mientras los grupos criminales continúen sus enfrentamientos.
“[Que pare la violencia] no depende de nosotros, depende de los grupos antagónicos que dejen de confrontarse entre ellos y que dejen a la sociedad en paz”, afirmó Leana Ojeda, lo que ha generado preocupación sobre la posibilidad de que los actos violentos se extiendan por más tiempo.
La declaración del alto mando militar coincide con el incremento de la violencia durante las fiestas patrias, que resultó en múltiples homicidios y la cancelación de eventos festivos en toda la entidad.
Leana Ojeda explicó que la misión del Ejército en Sinaloa es prevenir enfrentamientos y, en caso de que ocurran, minimizar las pérdidas humanas. A pesar de sus afirmaciones de “buenos resultados”, las cifras pintan un panorama sombrío.
De acuerdo con datos de Animal Político, más de 30 personas han perdido la vida en los recientes episodios de violencia, principalmente en Culiacán. Además, se han reportado al menos 37 personas privadas de su libertad en distintos incidentes.
La Fiscalía General de Sinaloa informó ayer sobre el hallazgo de cinco cuerpos en la carretera 15 rumbo a Culiacán, además del asesinato de tres mujeres y múltiples denuncias de disparos en diversos puntos de la capital.
Lo que no mencionó el comandante Leana Ojeda es quiénes están detrás de esta escalada de violencia. Desde hace tiempo, se apunta a una disputa interna entre dos facciones del Cártel de Sinaloa: una liderada por Ismael “El Mayo” Zambada y otra encabezada por Joaquín Guzmán López, hijo del Chapo. La situación se intensificó tras la reciente captura de ambos líderes, exacerbando el conflicto entre sus seguidores.
La violencia en Sinaloa sigue sin solución clara, y las declaraciones del Ejército han dejado a la sociedad en incertidumbre, mientras los cárteles continúan disputándose el control del territorio.
