El Gacetillero

Encuentran “gemelo parásito” dentro del cerebro de una bebé

Médicos de China encontraron un feto, “un gemelo parásito” dentro del cerebro de una bebé de un año de edad. Sí, este rarísimo hallazgo lo dieron a conocer científicos de la Universidad de Fudan.

Sí, en la investigación que presentaron en la revista Neurology, explicaron que tras el sorprendente descubrimiento, se le practicó una intervención quirúrgica a la niña para extraerle el feto de su hermano gemelo.

De hecho, explicaron que este hecho suele conocerse como “fetus in feto” o “feto en feto”, así como “gemelo parásito”.

En el estudio de los científicos chinos se explica que la masa que se extirpó de la cabeza de la bebé, un “gemelo diagnóstico monocriónico malformado”, ocurrió porque en el útero de la madre ambos fetos compartieron la misma placenta; sin embargo, tenían sacos amnióticos separados, que son los encargados de protegerlos mientras están en desarrollo.

Con esto, los expertos suponen que el feto se alojó en el cerebro de la niña durante un proceso de desarrollo llamado “plegamiento de la placa negral”, el cual es muy importante para la formación de la estructura del cerebro y la médula espinal.

¿Qué tan raro es esto? Pues en todo el mundo solo han registrado unos 200 casos de “gemelo parásito”, de los cuales 28 fueron dentro del cráneo, como este en el que se hospedaba en el cerebro de la bebé.

Y es que la mayoría de los casos se han dado dentro del abdomen del otro feto, los cuales suelen parecer una masa en los tejidos que recubren la pared abdominal, un hecho que ocurre aproximadamente 1 en cada 500 mil nacimientos.

En este caso se dieron cuenta que el “gemelo parásito” estaba dentro del cerebro de la bebé, cuando la niña comenzó a presentar síntomas de retraso en el desarrollo de sus habilidades motoras, así como por un agrandamiento extraño de la circunferencia craneal y acumulación de líquido en el cerebro.

Al darse cuenta del “feto en feto”, y practicar la cirugía, se dieron cuenta que el gemelo ya mostraba señales de desarrollo, como una columna vertebral, dos huesos de la pierna, además de dedos en las extremidades superiores. De hecho, se percataron que hasta sufría de espalda bífida; es decir, cuando una parte de la médula espinal queda expuesta.

Solo para quitarse las dudas, al realizarle pruebas de ADN se confirmó que se trataba del gemelo de la niña, el cual pudo seguir desarrollándose por la sangre de su hermana.

Con información de Sopitas

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