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¿Por qué los OVNIS no nos hablan?

En una plática entre colegas, Enrico Fermi planteó lo siguiente: si existen millones y millones de estrellas, galaxias en cantidades incontables y hay una alta probabilidad del desarrollo de civilizaciones en algún rincón del universo, ¿dónde están?

Se trata de una paradoja que se basa en el hecho de que existe una alta probabilidad del desarrollo de civilizaciones como la nuestra, por la gran cantidad de planetas y galaxias que hay en el universo y, aún así, la humanidad no ha conocido ninguna.

La Paradoja de Fermi, a su vez, ha desatado un buen número de teorías para explicar qué pasa, ¿por qué todavía no sabemos de una civilización extraterrestre? ¿Por qué los OVNIS no nos hablan? ¿qué dicen esas teorías?

Pero antes, Enrico Fermi un italiano (naturalizado estadounidense) que nació en Roma en 1901 y que se convirtió en una de las figuras más importantes de la ciencia.

Fermi es considerado como uno de los arquitectos de la era nuclear. Il papa o el papa de la Física. ¿La razón?

Enrico alcanzó el título de doctor en Física cuando tenía tan solo 21 años y a los 26 comenzó a dar clases en La Sapienza (la Universidad de Roma).

En 1938, un año antes de la Segunda Guerra Mundial ganó el Premio Nobel de Física por su investigación sobre la radioactividad.

Sin embargo, su trabajo se vio empañado por la sombra del fascismo italiano, sobre todo por la persecución contra la comunidad judía, promovida por Benito Mussolini.

En medio de esta campaña antisemita (en 1938) y ante el temor de que los fascistas buscaran a su esposa Laura, hija de una familia judía; Enrico Fermi aprovechó el galardón del Nobel y partió de Estocolmo (Suecia) rumbo al gabacho.

Esa decisión marcaría la vida de Fermi y a la humanidad, pues durante su estancia en Nueva York, el físico se sumó al proyecto Manhattan, que no era otra cosa si no los esfuerzos para desarrollar un arma altamente destructiva, antes de que los nazis lo hicieran.

Se trató del desarrollo de la bomba nuclear en Los Alamos, Nuevo México. Además de este proyecto, Fermi desarrolló el primer reactor nuclear y compartió todo su conocimiento con los aliados.

Su vida puede inspirar un buen guion para una película o a reflexionar sobre las rutas que toma el conocimiento aplicado en la guerra.

En noviembre de 1954, Enrico Fermi murió a los 51 años de cáncer de estómago.

La paradoja: un vistazo al universo

Pues sí, el legado de Fermi está hasta en la tabla periódica de los elementos, en el elemento número 100, el Fermio (Fm), pero también en la paradoja.

La Tierra tiene 4.543 millones de años. Y, de acuerdo con Carl Sagan, otro maestro de la ciencia, hay más estrellas en el universo que granos de arena en todas las playas del mundo.

¿Por qué en todo este tiempo, al menos desde la época en que la humanidad aprendió a registrar su cotidianidad, no ha habido un contacto con vida extraterrestre, un acercamiento contundente con uno de esos OVNIS?

Si bien la edad de la Tierra es nada comparada con la edad del universo, ¿ya sería momento de contacto extraterrestre?

Hay varias teorías que van desde suponer que no sabemos nada de la vida extraterrestre porque no contamos con la información suficiente o lo estamos haciendo mal y hasta la idea de que la humanidad es única en el universo.

El conferencista y creador del blog Wait But Why Tim Urban se dio a la tarea de desmenuzar un buen número de teorías.

Hay científicos que piensan que la humanidad es única y que no hemos contactado con vida extraterrestre, en todo este tiempo, porque esta no existe.

Otra apuesta que la humanidad está en pañales y para poderse emparejar con las súper civilizaciones, le falta un largo rato, tanto así que debe cruzar un Gran Filtro o dar un salto evolutivo que casi ninguna civilización consigue.

Hay otra que es todo lo contrario y coloca a la humanidad como una de las civilizaciones más avanzadas, que ya pasó el Gran Filtro y está a la espera de que otras más se emparejen y así poder contactar.

Una más tiene que ver con el buen Platón y la teoría de las Ideas, que supone que la realidad está dividida en dos mundos: el sensible y el de las ideas, que está más allá del espacio y del tiempo y que resulta ser el mundo original, mientras nosotros estamos en la copia.

Algo más o menos dicen por acá para responder la Paradoja de Fermi: que el universo en realidad es un holograma o en una de esas, la misma humanidad es parte de un mundo simulado. Como en ‘Matrix’.

Y hay quienes dicen que a los OVNIS o aliens no les interesa contactar con nosotros porque o estamos muy atrasados o no nos ven futuro.

Lo cierto es que la Paradoja de Fermi sí que es necesaria para seguir cuestionándonos nuestro lugar en el universo y, como humanidad, intentar buscar respuestas.

Hay otra teoría que dice que igual no podemos dar con vida extraterrestre porque no aprendemos a ver de otra manera. Tal vez, esa misma vida está frente a nosotros y nosotras.

Aunque la humanidad lleva poco tiempo en el universo, al menos eso es lo que se sabe, algo ha avanzado en su percepción del mundo.

Según la mitología griega o la cosmogonía de Hesíodo, el origen de todo estuvo en Caos, una de las Cuatro Primordiales o las deidades que antecedieron a los dioses y los titanes, las otras tres son Gea (Tierra), Tártaro (la prisión cósmica) y Eros (el amor erótico).

Y de ahí se desprendió la vida. De un pozo oscuro y nocturno que le dio lugar al cosmos y enseñó a los griegos su lugar en el universo. Hasta que llegaron unos curiosos que vieron más allá del mito y se preguntaron, ¿quiénes eran? ¿De qué estaban hechos? ¿De que estaban hechas las estrellas? Descubrieron el átomo y dos mil años después, Enrico Fermi continuó con las preguntas.

Con información de Sopitas

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