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Rusia “apaña” la denominación de origen de la champaña sobre Francia

Siempre que se abre una botella de vino espumoso es sinónimo de celebración, pero en Europa se está poniendo bastante tensa la situación por esta bebida. Resulta que, después de una controvertida decisión, Rusia y Francia se están poniendo un agarrón por la denominación de champán.

Sí, suena más curioso que preocupante, pero hablamos de uno de los bienes más protegidos del comercio mundial.

Todo empezó por una puntada reciente de Vladimir Putin. El presidente ruso tuvo a bien firmar un controvertido decreto que le da permiso, únicamente a los vinos espumosos producidos en Rusia, para etiquetar sus botellas como “shampanskoye”.

A su vez, el mismo decreto obliga a que las botellas extranjeras se tengan que etiquetar como vinos espumosos.

Y a Francia no le gusta ni tantito la idea del presidente de Rusia, pues llevan décadas protegiendo la denominación de champán, originada, por supuesto, en la región de Champaña al noreste del país galo.

“El Comité Champán deplora que esta legislación no garantice que los consumidores rusos tengan información clara y transparente sobre los orígenes y características del vino”, declaró la industria francesa en un comunicado retomado por El País en el que se dicen “escandalizados” por el nuevo decreto.

Y como no estarlo si gracias al caché que les otorga la denominación de origen, Francia produce más de 231 millones de botellas de champán al año y según la BBC gana 2 mil 500 millones de euros por exportarlas al mundo.

El pleito por la champán no terminará pronto

Este es un asunto interesante pues el pleito por el término champán, shampanskoye en Rusia, no terminará pronto.

De acuerdo con los analistas entrevistados por la BBC, Rusia está intentando darle nueva vida a su industria de vinos espumosos. Una histórica producción, creada originalmente en épocas soviéticas para quitarle lo elitista a la bebida y que además, se encuentra en la zona de Crimea, necesitada de ingresos después de su anexión en 2014.

Con información de Sopitas, BBC y El País

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