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Internacional

Basura en París se convierte en símbolo de protestas por la nueva ley de jubilación de Francia

Basura. Bolsas, pilas y montones que crecen cada día, y en algunos lugares ya son más altos que la gente. La huelga de los servicios de limpieza de París, que comenzaba su 16to día el martes, dejaba su marca en el célebre paisaje de la capital francesa, una lacra sobre la Ciudad de la Luz.

“Prefiero el Chanel al hedor”, bromeó Vincent Salazar, un consultor artístico de 62 años que vive en un elegante barrio en la margen izquierda del Sena. Un montón de basura se veía en la esquina de su edificio con vistas a los Jardines de Luxemburgo.

“He visto ratas”, comentó. Pero como muchos parisinos tranquilos y acostumbrados a las huelgas, a Salazar no le molesta.

“Tengo suerte de vivir aquí, pero estoy con ellos al 200 por ciento”, dijo. “Ellos huelen esto todo el día”, dijo, aunque “esto” no fue exactamente la palabra que utilizó. “Deberían tener una jubilación anticipada”.

Continúan protestas por la nueva ley de Macron sobre la edad de jubilación

Salazar estaba entre la mayoría de franceses que, según los sondeos, se oponen a la decisión del presidente, Emmanuel Macron, de subir la edad de jubilación dos años, de los 62 a los 64 para la mayoría y de los 57 a los 59 para los trabajadores de basuras.

Macron impuso la semana pasada la aprobación parlamentaria de la ley bandera de su segundo mandato, sin votación gracias a un poder especial que le otorga la Constitución. El gobierno superó el lunes dos mociones de censura presentadas por legisladores enojados. Ahora la ley se considera aprobada.

Pero la basura se ha mezclado con la política. Y ni los sindicatos que organizan las protestas ni algunos ciudadanos están dispuestos a echarse atrás.

Los carteles que muestran una imagen editada de Macron sobre un montón de basura -o recogiendo él mismo los desperdicios- se han hecho virales en medios sociales.

La alcaldesa socialista de París, que apoya a los huelguistas, se ha visto en un dilema. El Ayuntamiento rechazó las órdenes de sacar los camiones a la calle y afirmó que no es su trabajo. Entonces, la prefectura de la policía ordenó que se abriera el acceso a los garajes.

Se ha recogido basura a través de compañías privadas en distritos “muy afectados”, según el Ayuntamiento. Hay problemas para llevar la basura a plantas de incineración bloqueadas. Aun así, el gobierno local dijo que para el lunes, 9 mil 300 toneladas de basura permanecían en las calles, en comparación con las 10 mil de unos días antes.

Los trabajadores de varios sectores, desde transportes a energía, han realizado paros intermitentes desde enero. Pero la basura en la capital francesa ha hecho más visibles a los trabajadores de limpieza, tomados por descontado durante mucho tiempo, y dejado patente su indignación.

La animada cultura parisina de actividades al aire libre se ha visto afectada. Algunas de las estrechas callejuelas de París, que ya son un desafío para el tránsito en días corrientes, están aún más atascadas de lo habitual y los peatones se ven obligados a pasar de uno en uno entre las bolsas de basura.

El olor de la basura rancia y podrida se extiende cada vez más con la llegada de la primavera y el buen tiempo. Las sillas en las terrazas de algunas cafeterías situadas junto a montañas de residuos se ven vacías.

Un camarero que trabaja desde hace 26 años en Le Bistro du Dome, junto al famoso restaurante Le Dome, dijo que en los últimos 10 días habían desaparecido el 50 por ciento de sus clientes. Otros restaurantes sufrían la misma suerte, dijo Guillaume, que sólo se identificó por su nombre.

“No me molesta porque es por una buena causa”, dijo Franck Jacquot, de 51 años, de pie ante el pequeño bar que regenta. Cerca se veían montones de basura. “Si nos vemos obligados a tomar este camino… bueno, aquí estamos”, dijo.

La semana pasada, dos protestas espontáneas en la amplia Plaza de la Concordia, ante la Asamblea Nacional, degeneraron cuando la policía empezó a desalojar a miles de personas con gas lacrimógeno y un cañón de agua. Algunos de los expulsados empezaron a prender fuego a las pilas de basura que encontraban en su camino por calles lujosas de París.

El lunes, cientos de jóvenes se manifestaron cerca del recinto monumental de Los Inválidos, donde se encuentra la tumba de Napoleón, ante la mirada de las fuerzas de seguridad. Una camioneta de sindicato había retransmitido con un altavoz los trámites en la Asamblea Nacional. Hay más protestas por venir: los sindicatos planean marchas nacionales y huelgas para el jueves para presionar al gobierno para que retire la reforma de las pensiones.

Las bolsas y contenedores de basura han servido de combustible para los alborotadores, que el lunes recorrieron la capital francesa prendiendo fuegos, como han hecho en protestas recientes. Al menos 100 personas fueron detenidas.

“La basura es una buena forma de protestar. Tiene un gran impacto”, dijo Tony Gibierge, de 36 años, que dentro de unos meses abre un restaurante en una calle en el sur de París, una calle ahora llena de basura.

Él fue uno de los que acudieron a manifestaciones pacíficas en París y otras ciudades con canciones y bailes en las últimas semanas. “Ahora tenemos que enviar el fuego, dejar de bailar”, dijo. El mensaje: Nada ha terminado, y buena parte de la basura no va a ir a ninguna parte por ahora.

Con información de AP

Internacional

Biden respalda a estudiantes que protestan por guerra en Gaza, pero dice que ‘no hay derecho al caos’

El presidente Joe Biden defendió el derecho de los estudiantes estadounidenses a protestar en contra de la guerra entre Israel y Hamás, pero consideró que se deben realizar de manera pacífica ya que esto permitirá que “el orden prevalezca”.

“Hay derecho a protestar, pero no derecho a causar caos”, dijo Biden en la Casa Blanca.

“El vandalismo, la entrada ilegal, romper ventanas, cerrar campus, forzar la cancelación de calases y graduaciones, nada de esto es una protesta pacífica”, añadió.

El mandatario estadounidense consideró que las protestas lo han llevado a analizar su enfoque de la guerra. Sin embargo, esta situación podría representar una amenaza para su reelección.

Los enfrentamientos han puesto de relieve el creciente descontento entre los progresistas, los jóvenes y los musulmanes y árabes estadounidenses sobre la guerra, y la profunda grieta dentro del propio partido demócrata sobre su manejo del problema. Incluso la guerra entre Israel y Hamas en Gaza se ha convertido en un lastre para la posición política de Biden, ya que lo expone a ataques de ambos lados y con encuestas que muestran que los votantes están perdiendo la confianza en su enfoque.

Hasta ahora los campamentos propalestinos se han extendido a al menos 100 universidades en 30 estados y Washington, DC, desde que los manifestantes erigieron por primera vez tiendas de campaña en el patio de Columbia el 17 de abril.

Incluso el presidente Biden trató de encontrar un equilibrio entre lo que dijo que eran “dos principios estadounidenses fundamentales”, el derecho a la libertad de expresión y “el estado de derecho”.

“Ambos deben ser defendidos. No somos una nación autoritaria en la que silenciamos a la gente o aplastamos la disidencia. Pero tampoco somos un país sin ley. Somos una sociedad civil y el orden debe prevalecer”, mencionó.

Al ser cuestionado sobre si la Guardia Nacional debería intervenir como algunos republicanos han sugerido, Biden dijo “no”. También se lanzó contra la intimidación antisemita, contra los estudiantes judíos o las amenazas contra los musulmanes.

“No debería haber lugar en ningún campus, ni lugar en Estados Unidos para el antisemitismo o las amenazas de violencia contra los estudiantes judíos”, indicó.

“No hay lugar para el discurso de odio o la violencia de ningún tipo, ya sea antisemitismo, islamofobia o discriminación contra los árabes estadounidenses o los estadounidenses palestinos”, agregó.

La represión de la policía en EU

Los administradores universitarios han luchado por abordar las protestas, enfrentándose a las críticas de donantes y políticos de ambos lados del debate. Algunos consideran que la represión policiaca es una respuesta de mano dura a los jóvenes activistas y otros acusan a las escuelas de hacer la vista gorda a los estudiantes judíos que dicen que están siendo amenazados por la intimidación antisemita.

Las protestas en los campus de Estados Unidos se han intensificado en las últimas semanas, esto en solidaridad con los estudiantes de la Universidad de Columbia que fueron arrestados después de construir un campamento que, según los administradores, rompió múltiples políticas escolares e intimidó a los estudiantes judíos.

Evidentemente esto no intimido a los manifestantes, ya que incluso se arriesgaron a la expulsión para atrincherarse en un edificio. Sin embargo, el movimiento terminó en una redada policial el martes por la noche y el arresto de 119 personas.

Por su parte, el alcalde de la ciudad de Nueva York, Eric Adams, señaló que los estudiantes han sido influenciados por “agitadores externos profesionales” para volverse cada vez más violentos. También la policía ha estado preocupada por una “integración de la retórica” asociada con el terrorismo, así lo explicó la comisionada adjunta Rebecca Weiner para la inteligencia y la lucha contra el terrorismo a los periodistas.

Las protestas han sido un desafío personal para Biden, ya que tendrá que convencer a los votantes jóvenes y progresistas consternados por su apoyo a Israel para reforzar sus posibilidades en la revancha de las elecciones generales de noviembre con el republicano Donald Trump.

Además, los republicanos se han apoderado de las imágenes para criticar a Biden y pintar una imagen de una nación que dicen que ha visto crecer la anarquía y el desorden bajo su administración. Incluso la noche del pasado martes, Trump llamó a Fox News cuando la policía entró en el campus de Columbia, diciendo que Biden había erosionado el apoyo bipartidista a Israel.

Por ahora Biden ha estado presionando a Israel y Hamas para que acuerden un alto el fuego, un primer paso hacia la resolución de su conflicto, y para que más ayuda entre en Gaza para aliviar la crisis humanitaria, medidas que podrían ayudar a abordar la reacción política interna.

Israel ha librado una guerra de casi siete meses, después de que Hamas, un grupo designado como organización terrorista por los Estados Unidos y la Unión Europea, lanzara un ataque que mató a mil 200 personas. Mientras que las autoridades de Gaza, administrada por Hamas, dicen que más de 34 mil palestinos han sido asesinados.

Con información de Bloomberg

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Internacional

Ven más estadounidense a China como enemigo

La preocupación por la creciente influencia de China entre los estadounidenses está en aumento, según una encuesta reciente del Pew Research Center.

El estudio, publicado esta semana, revela un cambio significativo en la percepción de China por parte de los ciudadanos estadounidenses. Cuatro de cada diez ahora consideran a China como un enemigo, en contraste con un año atrás, cuando la mayoría la veía como un competidor o socio. Este cambio representa un aumento de 13 puntos desde el año anterior, según el centro de investigación no partidista con sede en Washington.

La encuesta destaca que el 83 por ciento de los adultos estadounidenses mantienen opiniones negativas sobre China, con un aumento del 4 por ciento en aquellos que tienen opiniones muy desfavorables desde el año pasado.

Los eventos recientes, como la reunión entre el presidente chino Xi Jinping y el presidente ruso Vladimir Putin en Moscú, han elevado aún más las preocupaciones. El 62 por ciento de los encuestados ve la asociación entre China y Rusia como un problema grave para Estados Unidos, un aumento significativo desde el año pasado y niveles similares a los observados después de la invasión de Ucrania en 2022.

Además, las tensiones entre China continental y Taiwán también son motivo de preocupación, con un aumento del 19 por ciento en aquellos que ven este conflicto como muy grave en comparación con hace dos años.

Las políticas de derechos humanos de China también son una preocupación importante para aproximadamente la mitad de los estadounidenses.

A pesar de los esfuerzos de la administración para gestionar la competencia con China de manera responsable, como las recientes visitas del secretario de Estado, Antony Blinken, y la secretaria del Tesoro, Janet Yellen, a China, el presidente Joe Biden ha mantenido una postura firme en la competencia con China, compitiendo en este aspecto con el expresidente Donald Trump.

Según la encuesta realizada a 3,600 adultos estadounidenses entre el 1 y el 7 de abril, aproximadamente la mitad cree que limitar el poder y la influencia de China debería ser una de las principales prioridades de la política exterior de Estados Unidos, reflejando la persistente preocupación sobre este tema en la sociedad estadounidense.

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Internacional

Policía desmantela campamento de protesta propalestino en la Universidad de California

La policía retiró barricadas este jueves y empezó a desmantelar un campamento de manifestantes propalestinos en el campus de UCLA después de que cientos de inconformes desafiaran las órdenes policiales de que se marcharan, 24 horas después de que contra manifestantes atacaran el campamento en el campus.

La intervención de madrugada ocurrió después de que los agentes amenazaran a través de altoparlantes durante horas con hacer detenciones si la gente no se dispersaba.

Cientos de personas se habían congregado en el campus, tanto dentro del campamento atrincherado como alrededor como muestra de apoyo.

Se oían helicópteros policiales sobrevolando la zona y el estallido de las granadas aturdidoras, que producen un destello luminoso y un ruido fuerte para desorientar y aturdir a la gente, mientras la policía avanzaba y la gente coreaba “dónde estaban ustedes anoche”.

¿Cuáles son las exigencias de los campamentos de protesta en universidades de EU?

La policía desmontó de forma metódica la barricada de contrachapado, palés, cercas de metal y contenedores de basura, y abrieron un hueco hacia las docenas de carpas de manifestantes. La policía también empezó a retirar pérgolas y carpas.

Los manifestantes sostenían paraguas a modo de escudo ante docenas de policías. Algunos advirtieron a sus compañeros de protesta que tuvieran agua preparada por si la policía empleaba gas lacrimógeno u otras sustancias irritantes.

La noche anterior, la policía y los responsables de la Universidad de California en Los Ángeles esperaron horas antes de detener el ataque de los manifestantes contrarios. Esa demora fue condenada por alumnos musulmanes y el gobernador de California, Gavin Newsom.

Los manifestantes habían reconstruido el miércoles por la tarde las barreras en torno a sus carpas ante la mirada de policías estatales y del campus.

Los campamentos de protesta que exigen a las universidades que dejen de hacer negocios con Israel o con compañías que apoyan la guerra en Gaza se han extendido por los campus de todo el país, en un movimiento estudiantil que no se había visto este siglo.

La respuesta policial ha sido similar a la de hace varias décadas en contra de movimientos mucho más grandes que protestaban contra la guerra de Vietnam.

En Medio Oriente, la televisora estatal iraní emitió imágenes en vivo de la intervención policial, al igual que la cadena panárabe qatarí Al Jazeera. Las imágenes en vivo de Los Ángeles también se emitieron en televisoras israelíes.

El tenso pulso en UCLA se produjo la noche siguiente de que manifestantes contrarios instigaran episodios de violencia en el mismo lugar.

La presencia policial y las advertencias continuadas eran un contraste respecto a las escenas de la noche anterior, cuando manifestantes contrarios atacaron el campamento propalestino, arrojaron conos de tráfico, rociaron gas lacrimógeno y arrancaron barreras.

Los choques continuaron durante varias horas antes de que la policía interviniera, aunque no se hicieron detenciones.

Al menos 15 manifestantes sufrieron lesiones, y la tibia respuesta de las autoridades fue criticada por líderes políticos, estudiantes musulmanes y grupos activistas.

En otros lugares, la policía hizo detenciones en Nueva Hampshire y retiró carpas en el Dartmouth College, mientras que en Oregon llegaron agentes al campus de la Universidad Estatal de Portland mientras los responsables del centro intentaban poner fin a la ocupación de la biblioteca iniciada el lunes.

Con información de El Financiero

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