En el año 2023, el estado de Chihuahua se enfrentó a su peor sequía en las últimas cuatro décadas, con registros de precipitaciones alarmantemente bajos entre junio y agosto, acumulando solamente 103 milímetros de lluvia. Este evento climático extremo, no visto desde 1985, ha tenido efectos devastadores en la agricultura, la ganadería y las comunidades locales, afectando principalmente a grupos vulnerables y poblaciones indígenas. Se perdieron más de 30,000 hectáreas de cultivos y el sector pecuario lucha debido a la falta de pastizales, lo que crea un efecto dominó que amenaza la producción de alimentos y conduce a un aumento en los costos para los consumidores.

Mirando hacia el 2024, el panorama sigue siendo sombrío. Se predice la posible pérdida de hasta 140,000 empleos para los trabajadores agrícolas en la región productiva del sur del estado, donde se cultivan hasta nueve cultivos esenciales. La anticipada ausencia de lluvias podría reducir las oportunidades de empleo en el campo hasta en un 60%, impactando severamente la suficiencia alimentaria de la región y desencadenando una crisis laboral.

Chihuahua ahora tiene la distinción dudosa de tener el mayor número de municipios afectados por sequía excepcional, seguido de cerca por Sonora y Coahuila. Esta situación subraya la gravedad del impacto de la sequía en todo el país y destaca el potencial de repercusiones socioeconómicas y ambientales significativas.

En respuesta a esta crisis, la administración de la Gobernadora Maru Campos ha iniciado varias medidas destinadas a mitigar los efectos de la sequía. Una estrategia clave involucra una colaboración interinstitucional diseñada para abordar los desafíos de la sequía a corto, medio y largo plazo. La Gobernadora Campos convocó una reunión para delinear la Estrategia para la Atención a la Sequía, que contó con la participación de funcionarios estatales y federales, legisladores y líderes del sector primario. Esta estrategia enfatiza la prevención e incluye planes para infraestructura, pozos, electricidad, cultivos de transición y varias negociaciones para reflejarse en el Presupuesto de 2024 y más allá.

Además, el gobierno, en coordinación con el DIF Estatal, ha distribuido 1,300 paquetes de ayuda alimentaria en el municipio de Balleza para aliviar el impacto de la sequía. Este esfuerzo beneficia a 28 comunidades, demostrando el compromiso del estado con asegurar la seguridad alimentaria de sus residentes durante estos tiempos desafiantes.

Estas acciones del gobierno de Chihuahua demuestran un enfoque colaborativo y a largo plazo para enfrentar los desafíos de la sequía, con un énfasis particular en la prevención, el apoyo directo a las comunidades afectadas y el fortalecimiento de los recursos agrícolas y pecuarios del estado. A medida que Chihuahua enfrenta esta sequía sin precedentes, la necesidad de respuestas coordinadas del gobierno, la comunidad y los sectores para gestionar los recursos hídricos y mitigar los impactos de la sequía nunca ha sido más crítica.