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El Gacetillero

Sujeto finge ser maniquí para robar en un centro comercial

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Un tipo se hizo pasar por un maniquí para quedarse en un centro comercial y poder robar.

El sujeto en cuestión se quedó quieto totalmente, al grado de engañar a todo mundo. Fingió ser un maniquí hasta que se quedó solo en el centro comercial y fue entonces cuando reveló su humanidad para ponerse a robar con toda libertad.

Este caso ocurrió en Polonia y el autor de este increíble engaño fue un joven de 22 años, quien literal se quedó completamente quieto en la vitrina de un centro comercial de la ciudad de Varsovia. Ya cuando todo mundo se fue, volvió a moverse para ir de aquí para allá y robar.

Y no solo se fue a robar sólo ropa de la tienda en cuya vitrina fingió ser un maniquí. No, el tipo quería un buen botín y robó una joyería del susodicho establecimiento.

“Para ello, con una bolsa en la mano, se quedó quieto delante de un escaparate, fingiendo ser un maniquí. Sintiéndose seguro, se fue a ‘cazar’ y robó un puesto de joyería” declaró Robert Szumiata, portavoz de la Policía de Varsovia, según informaron medios locales de Polonia como TVN24.

Aunque fue muy listo al hacerse pasar por un maniquí, al final el joven fue descubierto por guardias de seguridad nocturnos que lo vieron vagando por el centro comercial. Le dieron el pitazo a la policía y terminó arrestado.

Ya en manos de la policía, éstos se dieron cuenta de que el hombre tenía antecedentes. Al menos otras dos veces logró quedarse en centros comerciales después del cierre.

Primero escondiéndose en un restaurante, del cual salió cuando no había nadie para robar ropa nueva y dejando la suya en la tienda. Luego regresó a seguir comiendo lo que encontró en el negocio de comida.

Igual la aplicó en otra ocasión en otro centro comercial donde se quedó hasta que todos se fueron para robar todo lo que pudo de las cajas registradoras de varios negocios. No revelaron si en esas ocasiones también fingió ser un maniquí, quizá eso fue completamente nuevo.

El robo es un delito que se castiga con hasta 10 años de prisión en Polonia, y considerando que no es la primera vez, segurito le caerá una pena por el estilo. Quedará en la anécdota su ingeniosa forma de pasar desapercibido y la gente del centro comercial recordará ese como el día en que no pudieron diferenciar un maniquí de un humano real.

Con información de Sopitas