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Sobrevivir dos veces: la batalla de las mujeres contra el feminicidio y un sistema que las revictimiza
Sobrevivir a un intento de feminicidio en México es solo el primer paso de una lucha aún más ardua: enfrentar un sistema de justicia que obstaculiza, revictimiza y pretende acallar a las mujeres, desde el entramado institucional hasta las estadísticas oficiales que mantienen estos casos en la sombra.
Yeritza Bautista, de 38 años, conoce bien esta realidad. Cinco años después de sobrevivir a dos intentos de feminicidio, finalmente logró en marzo una sentencia contra su expareja, aunque fue obligada a repetir todo el juicio por un amparo interpuesto por el agresor. “Tienes que dejar de lado tu vida si quieres llevar el proceso penal”, afirma al recordar la “tortura” de atravesar el proceso judicial mientras enfrentaba múltiples cirugías y rehabilitación.
Para Ayyselet Gutiérrez, de 31 años, la batalla continúa. Acaba de conseguir una ficha de búsqueda para la captura de Julio César Aparicio Montalba, su expareja, quien lleva tres años prófugo después de intentar asesinarla con 27 puñaladas. “Un feminicida está libre, está haciendo vida normal, mientras yo tengo que estar presionando autoridades”, expone la mujer, quien para lograr la orden de captura tuvo que acudir mensualmente a distintas instancias desde septiembre de 2022.
Un sistema que minimiza y desgasta
Verónica Berber y Betzabe López, abogadas del Instituto Federal de la Defensoría Pública que representan a Ayyselet, advierten que es “muy común” que la tentativa de feminicidio se clasifique incorrectamente como lesiones, violencia intrafamiliar o intento de homicidio. Las variaciones entre los Códigos Penales estatales complican aún más la correcta tipificación del delito.
Yeritza, quien forma parte del 0.04% de casos de tentativa de feminicidio que logran una sentencia en el país -cifra que conoció en un taller de la Fiscalía de Ciudad de México-, sabe que la condena no significa el final. Su agresor interpusó otro amparo en mayo que aún está pendiente de resolución. El sistema, denuncia, “otorga herramientas a los agresores” y está creado “para cansar a las víctimas y obligarlas a desistir”.
La deuda con las sobrevivientes
Frente a estos vacíos legales, Yeritza y la Red Nacional de Sobrevivientes de Feminicidio (Renase) trabajan en una propuesta legislativa para endurecer las penas por este delito e incorporar agravantes como el uso de armas o la presencia de menores. También buscan que se reconozcan las secuelas psicológicas, actualmente “invisibles para el sistema”, en la reparación del daño.
Mientras México registra aproximadamente 10 mujeres asesinadas al día -con solo el 25% de estos casos investigados como feminicidios-, las tentativas de feminicidio carecen de cifras oficiales. El último informe del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública reporta 60,384 casos de lesiones entre enero y septiembre de 2025, delito bajo el cual suelen clasificarse muchos intentos de feminicidio.
La lucha de Yeritza, Ayyselet y miles de sobrevivientes continúa no solo por justicia, sino por transformar un sistema que les exige sobrevivir dos veces: al ataque mortal y a la indiferencia institucional.








