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Nacional

Los asesinatos de periodistas en México se enredan en la tensión con el Gobierno de EE UU

El sexto periodista asesinado en un año en México se llamaba Jorge Camero Zazueta y tenía 28 años, estaba en un gimnasio cuando una banda de pistoleros llegados en motocicleta lo balearon este jueves.

No habían pasado ni dos semanas que había dejado su puesto como secretario particular de Luis Fuentes Aguilar, alcalde de Empalme, en Sonora, y retomado su trabajo en el portal de noticias El informativo. Se repite uno de los cócteles más comunes en el crimen contra reporteros, el que mezcla política, información y sicarios.

El asunto preocupa en México, donde este año la matanza tiene visos de alcanzar cifras inéditas. Pero también se ha convertido en una controversia de calado diplomático. Estados Unidos se ha manifestado en los últimos días consternado por estos delitos y ha solicitado “responsabilidad y protección” para los profesionales de la comunicación. El reclamo no ha caído bien en el Gobierno mexicano, que ha acusado la “injerencia” de los vecinos del norte en sus asuntos soberanos. Ahora, cada vez que hay que lamentar uno de estos crímenes, se le recuerda a la Administración de Biden que las pistolas con que se perpetró son de origen estadounidense. El tráfico de armas a través de la conflictiva frontera norte de México es uno de los asuntos candentes en la agenda política de ambos países.

La impunidad en que se desenvuelven los delitos más sangrientos es la gran asignatura pendiente de México, donde más del 95% de los crímenes acaban sin culpables ni cárcel. Pero este año, los asesinatos a periodistas han causado mucho ruido, por el persistente goteo en estos dos primeros meses, y han obligado al Gobierno a tomar cartas en el asunto. El conflicto, normalmente circunscrito a las fiscalías y los gobiernos de cada Estado, amenazaba ya con estallar en la cara del presidente de la República, quien escuchó en una de sus conferencias matutinas la llamada personal de socorro de una periodista de Tijuana, Lourdes Maldonado. La mujer cayó muerta frente a su casa el pasado 24 de enero con una sola bala.

El presidente, Andrés Manuel López Obrador, no podía mirar para otro lado. Encargó juristas especializados para investigar el caso, y lo mismo hizo con el resto de los reporteros ultimados en estas semanas. Las pesquisas han comenzado a dar sus frutos, de los que el Gobierno ha ido dando información puntual. Este mismo viernes, el responsable de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, ha comunicado la detención de cinco personas en relación con el asesinato del fotorreportero Margarito Martínez, también de Tijuana, baleado el 17 de enero a plena luz del día. Cubría lo que en México se conoce como nota roja, es decir, sangre y sicarios, noticias incómodas para el poder de cualquier ámbito.

“En Tijuana, Baja California, ahorita en la madrugada se realizó la detención de cinco presuntos responsables de este asesinato, con posesión de armas y drogas. Una pistola de calibre 40 y un rifle AR-15, calibre 2.23. Dosis de coca y cristal. Estas armas son de origen norteamericano”, ha dicho el secretario de Defensa. La investigación, en la que han participado numerosos cuerpos de seguridad, determinará, ha añadido, “si estas armas participaron en otros delitos y si también fueron las que se utilizaron en la muerte del periodista Margarito Martínez”.

Ahí está la coletilla, que también usa en sus tuits el vocero de la Presidencia, Jesús Ramírez: armas de origen estadounidense. Y con la que de igual modo se defendió el canciller mexicano, Marcelo Ebrard, el miércoles de esta semana, en una carta enviada al secretario de Estado de EE UU, Antony Blinken: “México y Estados Unidos”, le recordó, “cooperan en materia de seguridad para avanzar contra el tráfico ilícito de armas de fuego que son utilizadas en la mayoría de los homicidios cometidos en México y que, presumiblemente, también fueron utilizadas contra periodistas”.

La cizaña la había sembrado el 18 de febrero el senador republicano estadounidense Ted Cruz, siempre polémico en sus declaraciones, que se dijo preocupado por la inseguridad que se vive en México y que, a su parecer, pone en riesgo a Estados Unidos: “El clima actual para políticos y periodistas en México es el más mortal que se haya visto. En 2020, en México fueron asesinados más periodistas que en cualquier otro país del mundo”, dijo.

No dejaba de ser un político sin cargo orgánico. La andanada que más molestó en el Gobierno de López Obrador llegó días después, el 22 de febrero, cuando fue el secretario de Estado, Antony Blinken, quien mostró su preocupación por el mismo asunto por una vía poco diplomática: un tuit. “El alto número de periodistas asesinados en México y las continuas amenazas que enfrentan son preocupantes. Me sumo a quienes piden mayor responsabilidad y protección para los periodistas mexicanos. Mi corazón está con los seres queridos de aquellos que dieron su vida por la verdad’’, redactó.

Esta vez, el presidente López Obrador se encargó también de darle la réplica: “Pedirle, de favor, que se informe y que no actúe de manera injerencista porque México no es colonia de EE UU ni es un protectorado”, le espetó en su conferencia matutina al día siguiente. El mandatario ha recordado en las últimas semanas que se están consiguiendo avances en las investigaciones contra estos delitos y detenciones. Y reiteró su compromiso de que no queden en la impunidad. “En todos los casos se está actuando, no hay impunidad, no son crímenes de Estado”, añadió.

La Cancillería mexicana ha compartido con Estados Unidos estas investigaciones y sus resultados, por orden del presidente, celoso siempre de la soberanía mexicana para resolver sus asuntos, sobre todo cuando entienden que hay injerencias por parte de Estados Unidos o de España, dos de sus ejemplos recurrentes cuando defiende la política doméstica.

El presidente inauguró con su mandato una relación tensa con los medios de comunicación, a los que acusa machaconamente de estar en su contra con mañas propias, dice, de sexenios pasados, lo que llama época neoliberal, cuando la prensa y el poder mantenían acuerdos insanos regados con dinero. También ha cargado contra las organizaciones internacionales que registran y documentan estos crímenes, financiadas, acusa, con dinero estadounidense. Nada ha cambiado en las últimas semanas: López Obrador aprovecha siempre sus alegatos de defensa de los periodistas más vulnerables para atacar a otros de mayor renombre y recursos. Incluso dedica parte de la conferencia matutina de los miércoles a evidenciar, con nombres y apellidos, a aquellos reporteros o medios de comunicación que considera enemigos de su Gobierno. No son pocos quienes le han pedido que abandone esa práctica, que pone en la diana, afirman, a toda la prensa.

Respecto a la resolución de estos crímenes, no es un asunto fácil en México, porque detrás de quienes disparan el gatillo casi siempre hay instigadores de alto rango, políticos, empresarios o el propio narco, y son ellos los que se benefician de la impunidad mientras los sicarios, pagados en ocasiones con un irrisorio puñado de pesos, acaban en la cárcel. Las organizaciones de reporteros denuncian que eso no extirpa el origen del conflicto en el que el país se desangra a diario.

El 40% de los autores en la sombra de estos crímenes son funcionarios públicos, es decir, políticos, policías o jefes de seguridad, entre otros, según Artículo 19, una de las organizaciones que efectúan este conteo. Desde principios de siglo ha documentado 147 reporteros asesinados, lo que confiere a México características de un país en guerra a la hora de desempeñar este oficio. Este año, con Jorge Camero, van seis víctimas mortales, cuando en 2021 se contaron siete o nueve, según las fuentes. La Administración de López Obrador busca ahora mejorar la ineficiente protección que se presta a los periodistas amenazados o que se declaran en riesgo. Nada es fácil en un país donde las balas responden a intereses cruzados entre la política, la justicia y los negocios, legales o ilegales.

Con información de El País

Nacional

Ola de calor habría dejado 10 muertos en San Luis Potosí, temperaturas alcanzaron más de 50 grados

Autoridades sanitarias reportaron este viernes la muerte de 10 personas por posible relación con las altas temperaturas en San Luis Potosí, estado que ha registrado más de 50 grados centígrados en medio de la segunda onda de calor que azota al país.

Sumado a ello, los servicios de salud de San Luis Potosí informaron de más de 40 personas que han requerido hospitalización por síntomas relacionados a golpe de calor, además de confirmar cuatro decesos por esta condición y registrar “seis más en estudio”.

La directora general de esta dependencia, Ymuri Vaca Ávila, reconoció que la entidad afronta “una situación crítica”.

“Una ola de calor intensa está azotando nuestro estado y es especialmente en la zona Huasteca, donde las temperaturas han alcanzado niveles asombrosos de hasta más de 50 grados”, expuso la funcionaria estatal en un video en sus redes sociales.

Vaca Ávila advirtió de “un aumento preocupante” de personas que llegan a hospitales por golpes de calor, que “pueden ser extremadamente peligrosos”.

La mayoría de estos decesos se habrían registrado en Ciudad Valles, la principal urbe de la región Huasteca, según los medios locales.

Estos son los primeros decesos que se reportan por la segunda onda de calor del año en México, donde 10 ciudades rompieron entre este jueves y viernes sus récords de temperaturas máximas.

Al menos 20 de los 32 estados del país registraron este viernes temperaturas superiores a los 40 grados, incluyendo 11 con calor superior a los 45 grados.

El Gobierno mexicano previó al menos cinco ondas de calor entre marzo y julio el 16 de abril pasado, cuando registró 95 casos asociados a las temperaturas y un deceso.

La demanda de electricidad por el calor ha provocado apagones masivos, por lo que el Centro Nacional de Control de Energía (Cenace) declaró este viernes al sistema eléctrico del país, por cuarto día consecutivo, en ‘Estado Operativo de Alerta’.Subscribir a actualizaciones

Con información de EFE

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Nacional

¿Qué países dominan los cárteles mexicanos?

La DEA lanzó un mapa en el que explica cómo es la extensión de los cárteles de droga en Estados Unidos, país que vive una crisis derivada del consumo de opioides como el fentanilo, mismo que se ha encargado de cobrar la vida de cerca de 100 mil personas al año.

Durante su Evaluación Nacional de Amenaza de Drogas de este año, la DEA acusó que los cárteles mexicanos se han beneficiado de la producción de drogas sintéticas, siendo el Cártel de Sinaloa y el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) los que tienen mayor presencia, no solo en Estados Unidos sino dentro de más de 40 países.

Ambos cárteles serían responsables de la mayor crisis por consumo de droga en la historia de Estados Unidos, quien desde hace años ha acusado que los precursores de las drogas sintéticas llegan desde China, y que es a través de los laboratorios que hay en México que se terminan de fabricar las drogas para el país gobernado por Joe Biden, que sería el mercado más grande.

California, Arizona, Texas, Nueva York y Florida son algunos de los estados más afectados de Estados Unidos por la presencia de los cárteles, según la acusación de la DEA, que ofreció un informe sobre la actividad de ambos cárteles en el país y en el resto del mundo, destacando el avance que mantienen ambas organizaciones criminales a pesar de sostener una fuerte rivalidad desde hace años.

La presencia del Cártel de Sinaloa y el CJNG en otros países

Estas son las anotaciones que hizo la DEA en torno a la presencia del Cártel de Sinaloa y el CJNG:

Cártel de Sinaloa

Primero destacó que el Cártel de Sinaloa se divide en cuatro facciones, cada una lidearada por los hijos de Joaquín, ‘El Chapo’ Guzmán, Los Chapitos, así como su hermano Aureliano Guzmán Loera, Ismael ‘El Mayo’ Zambada y Caro Quintero respectivamente.

Destacó también que dos de sus principales actividades son la producción de fentanilo y metanfetaminas, exponiendo las drogas a un mercado que abarca distintos países y continentes y siendo una de las organizaciones objetivo de la DEA para contener la crisis de drogas que vive Estados Unidos.

También informó acerca del control del Cártel de Sinaloa sobre diversos puertos a lo largo del país, mismos que van desde Ensenada y Mazatlán en el Océano Pacífico, hasta Matamoros y Veracruz en el Golfo de México.

La presencia del Cártel de Sinaloa es en 47 países, destacando Estados Unidos, China, Tailandia y Nueva Zelanda.

Su presencia en Centroamérica y Sudamérica es de gran importancia para la creación de drogas y su traslado hacia mercados como Estados Unidos y Nueva Zelanda. Además, específicamente en el mercado europeo, se tiene conocimiento de la serie de operaciones en países de África para el narcotráfico intercontintental.

CJNG

El primer aspecto que destacó la DEA respecto al Cártel Jalisco Nueva Generación es que sí tiene a un líder, quien es Rubén Oseguera, conocido también como ‘El Mencho’, y es la cabeza de un sistema de franquicias, mismo en el que se crean organizaciones semiindependientes que pueden tener organizaciones criminales, algo que ha funcionado para su extensión a lo largo del país, así como generar alianzas en zonas de conflicto como Guerrero.

A pesar de que sí tiene operaciones relacionadas con el fentanilo y la metanfetamina, la actividad principal del CJNG no son las drogas sintéticas, sino con la cocaína, heroína y mariguana, drogas que le han servido para invertir en abrirse mercados en Europa, Japón y Australia.

Tiene presencia en cerca de 40 países a lo largo de continentes como Sudamérica, Europa, África y Asia. Algunas de sus operaciones van desde el comercio de precursores de fentanilo a China, así como el tráfico de cocaína desde puertos de Colombia, Perú y Bolivia.

En Estados Unidos tiene mayor presencia en ciudades como Los Angeles, Phoenix, Houston, Chicago, Atlanta y Miami.

Con información de El Financiero

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Nacional

Prevén que este jueves sea uno de los días más calurosos en lo que va del año

Para este jueves 9 de mayo, las temperaturas más altas se hallarán en los estados del noreste y Golfo de México, derivado de la segunda ola de calor que azota la República Mexicana esta semana, por lo que se prevé que sea uno de los días más calurosos del año.

Sky Alert apuntó que en Nuevo León, Veracruz, Tabasco, Tamaulipas y Campeche las temperaturas están alcanzando entre 45 y 47 °C.

Horas antes, el Servicio Meteorológico Nacional (SMN) indicó que hoy seguirá la segunda onda de calor en México, lo que ocasionará temperaturas superiores a los 40 °C en 23 entidades.

En un comunicado hoy, el SMN apuntó que se esperan temperaturas superiores a 45 °C en zonas de Nuevo León, Tamaulipas, San Luis Potosí, Hidalgo (norte), Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Chiapas, Veracruz, Tabasco, Campeche y Yucatán.

Se esperan temperaturas máximas de 40 a 45 °C en Sonora, Coahuila, Durango, Sinaloa, Nayarit, Jalisco, Colima, Querétaro (norte), Puebla (norte y suroeste), Morelos y Quintana Roo.

También se pronosticaron temperaturas máximas de 35 a 40 °C en Baja California, Baja California Sur, Chihuahua, Zacatecas, Aguascalientes, Guanajuato y Estado de México (suroeste).

El SMN espera temperaturas máximas de 30 a 35 °C en la Ciudad de México y Tlaxcala.

Por otra parte, una línea seca sobre el norte y noreste del país en interacción con un frente frío que se aproximará a la frontera norte del país y con la corriente en chorro subtropical, ocasionarán vientos fuertes a muy fuertes con tolvaneras en el noroeste, norte y noreste del territorio nacional, así como la posible formación de torbellinos en zonas de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas.

Finalmente, un canal de baja presión se extenderá sobre el noreste, centro y oriente del territorio mexicano en combinación con aire inestable superior y con el ingreso de humedad del Océano Pacífico y Golfo de México, producirán lluvias y chubascos vespertinos acompañados con descargas eléctricas y posible caída de granizo en las regiones mencionadas, además de Chiapas y la Península de Yucatán.

Con información de López-Dóriga

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