Internacional
Expresidente es investigado por crímenes durante “guerra contra las drogas” en Filipinas

El expresidente filipino Rodrigo Duterte compareció ante el Senado en el marco de una investigación sobre su controversial “guerra contra las drogas”, una campaña que, según diversas fuentes, cobró hasta 30,000 vidas y generó críticas nacionales e internacionales.
Durante su declaración, Duterte se mantuvo firme en su postura y señaló que no se disculpa por las decisiones tomadas en su mandato. “No cuestionen mis políticas. Hice lo que debía hacer por mi país”, afirmó. Aunque defendió sus acciones, Duterte reconoció que en su tiempo como alcalde de Davao permitió la creación de un grupo especial que comparó con un “Escuadrón Suicida,” formado por criminales que perseguían a otros delincuentes. Sin embargo, aseguró que como presidente nunca recurrió a estas tácticas.
La presidencia de Duterte, que duró de 2016 a 2020, se caracterizó por su enfoque de mano dura contra el narcotráfico, una política que impactó principalmente a barrios marginados, con cifras de muertos que, según estimaciones de organizaciones internacionales como The Guardian, oscilan entre 12,000 y 30,000 personas.
A pesar de que Duterte negó haber autorizado a las fuerzas de seguridad a emplear “licencia para matar”, insistió en que la policía tenía derecho a defenderse si sus vidas estaban en peligro. Este planteamiento se ha convertido en una contradicción central en las investigaciones de la Corte Penal Internacional (CPI), que examina acusaciones de crímenes contra la humanidad tanto durante su mandato presidencial como en sus años como alcalde.
La CPI ha puesto su atención en la “guerra contra las drogas” de Duterte, resaltando la dimensión humanitaria y cuestionando los métodos empleados bajo su liderazgo, mientras el expresidente insiste en que su única intención fue cumplir con su deber de proteger a Filipinas.
