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China inicia ensayos clínicos con implantes cerebrales

China ha dado un paso importante en el campo de la neurotecnología al iniciar los primeros ensayos clínicos con interfaces cerebro-computadora (BCI, por sus siglas en inglés). Este tipo de dispositivos, que buscan establecer una conexión directa entre el cerebro humano y sistemas informáticos, tienen como objetivo principal asistir a personas que padecen trastornos neurológicos severos.
Los ensayos están siendo impulsados por dos de los centros médicos más reconocidos del país: el Hospital Huashan en Shanghái y el Hospital Xuanwu en Pekín. Ambas instituciones han comenzado la búsqueda de voluntarios para participar en las pruebas, que se extenderán durante todo el año 2025 y contemplan la participación de hasta 50 pacientes.
Según las autoridades sanitarias chinas, esta iniciativa busca avanzar en soluciones terapéuticas para personas con parálisis, lesiones medulares o enfermedades neurodegenerativas. Aunque se trata del primer esfuerzo a gran escala de China en este campo, la carrera por el desarrollo de interfaces neuronales ya cuenta con otros actores internacionales, siendo Neuralink —la empresa fundada por Elon Musk— uno de los más avanzados.
De hecho, Neuralink logró hace un año un hito relevante: un paciente con parálisis logró jugar ajedrez utilizando únicamente el pensamiento, gracias a un implante cerebral. Este avance ha puesto presión sobre otros países para acelerar su propia investigación en neurotecnología.
El proyecto chino representa un paso estratégico para el país asiático en su intento por posicionarse como líder en biotecnología y salud de alta tecnología.
