A 15 años del asesinato de Marisela Escobedo: una herida abierta en México

Chihuahua, Chih., 16 de diciembre de 2025.

Este 16 de diciembre se cumplen 15 años del asesinato de Marisela Escobedo Ortiz, defensora de derechos humanos y símbolo nacional de la lucha contra los feminicidios en México. Fue asesinada a balazos frente al Palacio de Gobierno de Chihuahua, mientras exigía justicia por el feminicidio de su hija, Rubí Marisol Frayre Escobedo.

Marisela no era política ni activista de oficina: era una madre con la voz rota y el corazón en pie. Durante años recorrió estados, tribunales y plazas públicas para denunciar la impunidad que rodeó el asesinato de su hija, ocurrido en 2008. A pesar de que el responsable confesó el crimen, fue liberado por un tribunal, decisión que desató indignación nacional e internacional.

La noche del 16 de diciembre de 2010, mientras mantenía un plantón pacífico con una pancarta frente al edificio gubernamental, un hombre armado se acercó y le disparó. El crimen quedó registrado en cámaras de seguridad. El mensaje fue brutal: en México, pedir justicia podía costar la vida.

El caso de Marisela Escobedo se convirtió en un emblema de la violencia de género, la impunidad y la revictimización institucional. Organismos nacionales e internacionales han señalado que su asesinato evidenció fallas graves en la protección a víctimas y defensores de derechos humanos.

A quince años, su nombre sigue pronunciándose como consigna y memoria. Su historia inspiró documentales, investigaciones periodísticas y movilizaciones sociales. Sin embargo, la deuda persiste: los feminicidios continúan y la justicia, muchas veces, llega tarde o no llega.

Marisela no murió en silencio. La mataron por alzar la voz. Y esa voz, obstinada y luminosa, sigue resonando en todo el país.

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