Internacional
Canadá responde a posibles aranceles de Trump con amenazas de represalias económicas
El gobierno de Ontario, Canadá, lanzó una advertencia contundente ante las intenciones de Donald Trump de imponer nuevos aranceles a México y Canadá en caso de asumir la presidencia de Estados Unidos. Doug Ford, alcalde de Ontario, señaló que, de concretarse dichas medidas, su gobierno tomaría represalias, incluyendo la limitación de exportaciones de energía y la prohibición del alcohol producido en Estados Unidos.
“Estamos enviando un mensaje claro a Estados Unidos”, declaró Ford. Aunque destacó que considera a Trump un aliado, advirtió: “Si atacas a Ontario y el sustento de los canadienses, utilizaremos todas las herramientas a nuestra disposición para defender a los ontarianos y a nuestro país”.
El impacto potencial de las represalias
La amenaza no es menor, ya que Ontario desempeña un papel clave en el suministro de energía a Estados Unidos. De acuerdo con datos citados por Forbes, la provincia canadiense exporta energía fundamental para cubrir las necesidades de estados como Michigan, Minnesota y Nueva York. Un corte o limitación en el suministro podría generar serios problemas económicos y energéticos en estas regiones.
Trump suaviza su postura
En respuesta a la advertencia canadiense, Trump dio señales de reconsiderar su postura sobre los aranceles y manifestó su intención de alcanzar un acuerdo con Canadá en el marco del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). Ford, por su parte, instó a Trump a enfocar los esfuerzos en la verdadera amenaza económica: “China, que envía productos baratos a través de México, perjudicando a los trabajadores estadounidenses y canadienses”.
Escenario comercial incierto
La tensión entre Canadá y Estados Unidos evidencia la fragilidad en las relaciones comerciales a pesar del T-MEC. Tanto las declaraciones de Ford como la amenaza de nuevos aranceles por parte de Trump podrían tener implicaciones serias en la economía regional, especialmente si las medidas afectan sectores sensibles como la energía y el comercio de bebidas alcohólicas.
Mientras tanto, los gobiernos de ambas naciones han manifestado su disposición para el diálogo, con la esperanza de evitar una escalada comercial que impacte a trabajadores y empresas en ambos lados de la frontera.











