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CONADE se niega a dar premio económico a la medallista olímpica Luz Acosta porque “no ganó en esta administración”

Luz Mercedes Acosta fue la medallista 69 de México en su historia. Su nombre es parte del Muro de Medallistas Olímpicos de México y fue felicitada por Ana Gabriela Guevara. Ganó bronce, aunque llegó tarde, cinco años después de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, pero su recompensa federal por la victoria no llegará porque “no ganó en esta administración”, de acuerdo con la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade).
El 31 de julio de 2012 se entregan medallas en halterofilia en la categoría de 63 kilogramos femenil. En el Pabellón 1 del Centro de Exposiciones, en Londres, Acosta fue la sexta pesista (de 10) en pasar al escenario, detrás de la peruana Silvana Saldarriaga, la nicaragüense Lucía Castañeda, la australiana Lee Seen, la fiyiana María Liku y la búlgara Milka Maneva. En su primer intento, en “arranque”, levantó 99 kilos.
Posteriormente la canadiense Christine Girard tomó la primera posición, al cargar 103 kilos. Después, en su último intento, la turca Sibel Simsek levantó 105. Luego pasaron la rusa Svetlana Tsarukaeva, quien levantó 106 kilogramos, al igual que la kazaja Maiya Maneza; ya en su último intento, la rusa cargó 112 y tomó la punta. Tras la primera ronda, Acosta culminó sexta.
En la segunda fase de la competencia, la nacida en Guaymas, Sonora, levantó un máximo de 125 kilos (en envión), con lo que, en total, cargó 224 para obtener el sexto puesto final, es decir, 21 kilogramos menos que la primer lugar y medalla de oro, la kazaja Maneza. Tsarukaeva fue plata y Girard bronce, pero todo cambió cuatro años después.
La Agencia Mundial Antidopaje, previo a los Juegos Olímpicos de Río 2016, examinó las pruebas realizadas a los atletas de Beijing 2008 y Londres 2012 (tiene facultad de volver a examinar pruebas hasta 10 años después de ser efectuadas), a petición del Comité Olímpico Internacional (COI).
La mexicana fue originalmente sexto lugar, pero la kazaja Maiya Maneza, la rusa Svetlana Tsarukaeva y la turca Sybel Simsek, quienes fueron los lugares uno, dos y cuatro de la competencia, dieron positivo y fueron descalificadas, lo que reacomodó el pódium, dejando a Christine Girard con el oro; Milka Maneva, con la plata, y Luz Mercedes Acosta, con el bronce.
Dos años después, en noviembre de 2018, en plena transición presidencial, la sonorense recibió su medalla. El Comité Olímpico Mexicano (COM) fue la sede de la premiación. Olegario Vázquez Raña -miembro honorario del COI- y Ana Gabriela Guevara, en ese entonces propuesta para encabezar la CONADE, encabezaron la ceremonia en la que Acosta señaló: “A todos los atletas que sufren de alguna forma vejación o injusticias, les digo que hay justicia. Que si estás dispuesto o dispuesta a enfrentar la vida con valor y con las manos limpias, las cosas se dan. Siempre hay que tener fe, las cosas tarde o temprano se dan”.
La Ley General de Cultura Física y Deporte estipula que los medallistas mexicanos en Juegos Olímpicos tendrán una beca mensual vitalicia. Los ganadores del oro reciben 13 mil pesos; de plata, 11 mil, y de bronce, 10 mil. En ese rubro, a Acosta le han cumplido, pues le empezaron a dar ese apoyo desde 2018, cuando se oficializó su medalla, aunque no se hizo de forma retroactiva.
Sin embargo, a la par, cada medallista, dependiendo de cada gobierno federal, también recibe un estímulo económico. En 2012, tras los juegos de Londres, por ejemplo, la CONADE anunció que destinaría 17 millones de pesos para los medallistas, además de los finalistas en sus disciplinas, así como para entrenadores. Los premios fueron de 500 mil pesos para la medalla de oro, 250 mil para la plata y 125 mil para el bronce.
Para 2016, esos estímulos crecieron y se anunció 3 millones a las medallas de oro (no se ganó ninguna), 2 millones para la plata y un millón para los bronces. Con ese tabulador llegó el bronce para Acosta, sin embargo, pese a que en 2016 se informó del dopaje de sus rivales, y en 2017 la obtención oficial del tercer lugar, Acosta no ha recibido ese premio, ni el anunciado, en todo caso, en 2012.
“Lo que busco es el estímulo económico (un millón de pesos), porque, aunque no me entregaron la beca vitalicia (de forma retroactiva), sí me la empezaron a dar a partir de 2018”, señala la pesista nacida en Guaymas hace 40 años en entrevista.
La exatleta (se retiró en 2015) cuenta que es “la única en esta situación”. Está dispuesta a pelear, “como siempre”, pues tuvo que dar batalla en tribunales para obtener su lugar en Juegos Olímpicos, “porque la Federación Mexicana de Levantamiento de Pesas no quería que yo fuera (en 2012). Me quedé entrenando tres meses sola porque despidieron a mi entrenador. Luego batallé para que me fuera entregada la medalla, pues llegó desde marzo (de 2018) y el COM decidió entregármela hasta noviembre, y ahora debo pelear para que me otorguen lo que todo medallista olímpico merece, tres años después”.
Con información de Sopitas
