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¿Cuál es la historia del humo blanco y el humo negro del Cónclave?

Mientras los 133 cardenales deliberan en la majestuosa Capilla Sixtina, el mundo entero alza la mirada hacia una pequeña chimenea. El humo que emana –blanco o negro– no es solo una señal: es el desenlace de un ritual que combina química, historia y simbolismo religioso. Pero, ¿cómo surgió esta tradición? ¿Y qué secretos esconde?
El lenguaje de los humos: Un código del siglo XIX
Contrario a lo que muchos piensan, el humo no siempre fue el método oficial. Según el historiador Frederic Baumgartner (Virginia Tech), antes del siglo XIX, se gritaban los resultados desde una ventana, generando caos entre los fieles. La solución llegó con dos estufas y un sistema de colores:
- Humo negro: *”Nadie ha alcanzado los 2/3 de los votos”* (el Cónclave continúa).
- Humo blanco: “Habemus Papam” (el nuevo pontífice ha sido elegido).
Dato curioso: En 1958, una quema mal calculada produjo un humo grisáceo, confundiendo a la multitud. Desde entonces, se añadieron productos químicos para evitar errores.
La ciencia detrás del humo: Química sacra
Detrás de esta ceremonia hay un minucioso proceso científico. En la parte trasera de la Sixtina, dos estufas trabajan al unísono:
- Estufa principal: Quema las papeletas de votación (para garantizar secreto).
- Estufa del humo: Mezcla compuestos para crear el color:
- Negro: Perclorato de potasio + antraceno + azufre (una fórmula que evita dudas).
- Blanco: Clorato de potasio + lactosa + resina de pino (más denso y visible).
Pro tip vaticano: Un ventilador y una resistencia eléctrica aseguran que el humo sea visible desde la Plaza San Pedro, incluso con viento.
Los momentos más dramáticos de la historia
- 2005: El humo negro salió gris en la primera votación por Benedicto XVI, generando confusión.
- 2013: El humo blanco de Francisco tardó en verse claramente, provocando minutos de incertidumbre.
- 2025: Por primera vez, se usa un sistema digital de apoyo para sincronizar el humo con una notificación en la app del Vaticano (aunque la tradición química sigue intacta).
¿Por qué blanco y negro? Simbolismo oculto
Los colores no son casuales:
- Blanco: Pureza, luz y el Espíritu Santo (como en Pentecostés).
- Negro: Incertidumbre y el período de “sede vacante”.
Ironía histórica: En 1914, al no haber productos químicos, usaron paja húmeda (para humo negro) y paja seca (para blanco), pero el resultado era poco claro. ¡Hasta probaron con azúcar!
¿Sabías que…?
- Durante el Cónclave, un cardenal “infirmarius” puede votar desde su cama si está enfermo.
- Si el humo blanco sale de noche, se ilumina con reflectores para que se vea.
- En 1963, un periodista italiano subió a un tejado cercano para espiar las votaciones… y casi provoca una crisis diplomática.
“El humo es teatro sagrado”, explica el maestro de ceremonias vaticano, Monseñor Diego Ravelli. “Une lo antiguo y lo moderno: químicos del siglo XXI quemando votos como en 1800, mientras el mundo espera con el celular en mano”.
Mientras la chimenea de la Sixtina sigue siendo el “tuit” más antiguo del mundo, una pregunta persiste: ¿Qué tonalidad veremos esta vez? La respuesta, como diría San Agustín, “está en manos de Dios… y de la lactosa”.
¿Conocías estos detalles? La próxima vez que veas el humo, recordarás que es mucho más que una señal: es historia viva.
