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El impacto de las políticas migratorias de Trump se extiende a México: migrantes enfrentan crisis humanitaria tras recorte de ayuda estadounidense

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Las políticas migratorias del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, han traspasado fronteras, dejando a miles de personas en México en una situación crítica. Tras la suspensión de la ayuda humanitaria por parte del gobierno estadounidense, organizaciones y refugios que apoyaban a migrantes enfrentan escasez de recursos, afectando no solo a quienes buscan cruzar hacia Estados Unidos, sino también a las comunidades fronterizas mexicanas.

El recorte de ayuda y sus consecuencias

En un esfuerzo por contener la migración irregular y reducir el gasto gubernamental, Trump ordenó la suspensión de la ayuda humanitaria durante tres meses, incluyendo los fondos destinados a la crisis migratoria en la frontera con México. Esta decisión ha dejado a miles de migrantes sin acceso a servicios básicos, como atención médica, albergue y alimentación, mientras que los refugios locales luchan por mantenerse operativos con recursos limitados.

La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID), principal proveedor de asistencia exterior, vio recortados la mayoría de sus proyectos. Aunque inicialmente se esperaba que la suspensión durara tres meses, activistas temen que esta medida se extienda, especialmente debido a la influencia de figuras como Elon Musk, quien ha respaldado la reducción de presupuestos para programas de ayuda.

Musk, en su papel como titular del Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), ha promovido la eliminación de agencias completas y ha criticado el apoyo a causas como los derechos LGBT+ en otros países. En declaraciones públicas, ha argumentado que Estados Unidos debe “eliminar las raíces de la maleza” para evitar el crecimiento del gasto gubernamental.

Historias de desesperación en la frontera

La crisis humanitaria ha dejado al descubierto historias desgarradoras. Francisco González Palacios, un pastor en Ciudad Juárez, Chihuahua, dirige un refugio para migrantes que dependía en gran medida de la ayuda de la ONU. Tras el recorte de fondos, el refugio perdió acceso a servicios esenciales, como atención médica y educación, y ahora lucha por proveer artículos básicos como pasta de dientes y repelente de insectos.

“Somos gente de fe. Seguiremos haciendo nuestro trabajo, porque es de corazón”, dijo González, quien incluso convirtió su propio dormitorio en una cocina para los migrantes. Sin embargo, sin apoyo externo, mantener el refugio operativo se ha vuelto una tarea casi imposible.

Lesdy Marín, una mujer venezolana, es otra víctima de esta crisis. Lleva meses intentando cruzar a Estados Unidos con su hija, pero ha sido devuelta al sureste de México en dos ocasiones. Atrapada en Ciudad Juárez, no puede regresar a Venezuela debido a deudas y amenazas, ni tampoco avanzar hacia su sueño de una vida mejor en Estados Unidos.

María, una mujer de Oaxaca, también se encuentra en una situación similar. Tras la muerte de su esposo, quien fue asesinado por extorsionadores, busca reunirse con sus hijos en Nueva York. Sin embargo, las políticas migratorias más restrictivas han hecho que este sueño sea cada vez más inalcanzable.

El papel de las organizaciones y el gobierno mexicano

Con la reducción de fondos, organizaciones como Kids in Need of Defense y Asylum Access han tenido que cerrar programas o limitar su capacidad de contratación. La falta de recursos también ha afectado a la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), que se ha negado a comentar sobre la situación.

En respuesta, el gobierno de Claudia Sheinbaum ha implementado programas sociales como la Pensión del Bienestar y la Tarjeta Paisano, que ofrecen apoyo económico a adultos mayores y personas deportadas. Además, se han desplegado 10,000 elementos de la Guardia Nacional en la frontera para evitar el tráfico de drogas y migrantes.

Sin embargo, la creación de nuevos refugios, como el planeado en Ciudad Juárez, sigue siendo insuficiente para atender a las miles de personas que esperan cruzar a Estados Unidos o que han sido deportadas. Aunque Sheinbaum ha prometido recibir a los mexicanos con el programa “México Te Abraza”, aún no hay una solución clara para los migrantes extranjeros varados en el país.