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El papa Francisco reaparece ante los fieles en misa para enfermos

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El papa Francisco apareció inesperadamente este domingo, marcando su primer encuentro público tras 38 días de hospitalización y dos semanas de convalecencia. El pontífice de 88 años, visiblemente frágil pero sonriente, llegó en silla de ruedas y con cánulas nasales de oxígeno que delataban su aún delicado estado de salud.

“Buen domingo a todos. Muchas gracias”, fueron las breves pero significativas palabras que dedicó a los miles de fieles congregados para la misa del Jubileo de los Enfermos, ceremonia especialmente conmovedora este año al contar con un celebrante que conoce en carne propia el dolor físico.

Una aparición cargada de simbolismo

La sorpresiva presencia del Santo Padre -quien el 14 de febrero fue ingresado por neumonía bilateral- constituyó el momento culminante de una jornada dedicada a reflexionar sobre el sufrimiento humano:

  • Se desplazó en silla de ruedas entre los asistentes, aunque sin poder interactuar directamente por recomendación médica
  • El sonido de su respiración asistida se filtró por los micrófonos durante sus palabras
  • Previamente había cruzado la Puerta Santa y participado en confesiones en la Basílica

“Comparto con ustedes la experiencia de la debilidad, de depender de otros… No es fácil, pero es una escuela donde aprendemos a amar”, leyó en su nombre el arzobispo Rino Fisichella, transmitiendo un mensaje preparado por Francisco que resonó profundamente entre los presentes.

Un llamado global por la dignidad de los enfermos

En su reflexión, el líder católico hizo un vehemente llamado a construir sociedades más compasivas:
➤ Denunció la tendencia a marginar a los frágiles: “Una sociedad que no acepta a quienes sufren es cruel”
➤ Citó a Benedicto XVI sobre el sufrimiento como prueba de humanidad
➤ Exigió mejores condiciones para sistemas sanitarios mundiales
➤ Pidió protección para trabajadores de la salud, frecuentes víctimas de violencia

El emotivo momento finalizó cuando una mujer leyó el agradecimiento del pontífice por las oraciones recibidas durante su enfermedad, mientras los asistentes coreaban “¡Viva el Papa!” bajo el sol primaveral que bañaba la plaza.

¿Qué revela esta aparición? Analistas vaticanos destacan que Francisco, aún en recuperación, eligió conscientemente este simbólico evento para su regreso, enviando un potente mensaje sobre la dignidad en la fragilidad. Su determinación por estar presente, pese a las limitaciones físicas, subraya su convicción de que “el dolor no debe esconderse, sino convertirse en oportunidad para crecer juntos”, como él mismo escribió.

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