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Estados Unidos intercepta un nuevo petrolero cerca de Venezuela en medio de la escalada de presión contra el régimen de Maduro
Estados Unidos interceptó un buque petrolero en aguas internacionales frente a las costas de Venezuela este domingo. Según confirmaron a Reuters dos funcionarios estadounidenses bajo condición de anonimato, esta acción constituye la segunda operación de este tipo durante el fin de semana y la tercera en menos de siete días.
La intervención se enmarca directamente en la política de máximo presión anunciada la semana pasada por el presidente Donald Trump, quien declaró un “bloqueo” efectivo contra todos los petroleros bajo sanciones que trafiquen con Venezuela. El objetivo declarado es asfixiar económicamente al régimen de Maduro, privándolo de su principal fuente de ingresos: la exportación de crudo.
Aunque los funcionarios no revelaron la identidad del buque interceptado ni las coordenadas exactas de la operación, la Guardia Costera de Estados Unidos corroboró que se encuentra “persiguiendo a un petrolero en aguas internacionales cerca de Venezuela”. Uno de los altos funcionarios precisó que la embarcación está sujeta a sanciones internacionales. Al cierre de esta edición, la Casa Blanca no había emitido un comentario oficial sobre el incidente.
Una campaña de presión multifacética y letal
La estrategia de la administración Trump contra Maduro ha ido más allá de las sanciones económicas y la retórica diplomática. Según los reportes, ha incluido un reforzamiento significativo de la presencia militar en el Caribe oriental y el Pacífico oriental, regiones por donde Venezuela intenta evadir el cerco para exportar su petróleo.
Esta escalada ha tenido un costo humano considerable. Fuentes reportan que, en el contexto de estos operativos, se han ejecutado más de dos docenas de ataques militares contra buques en las aguas cercanas a Venezuela, resultando en la muerte de al menos 100 personas. Estas acciones, calificadas por analistas como un bloqueo de facto, plantean serias cuestiones sobre el derecho marítimo internacional y marcan un nivel de hostilidad inédito en la crisis venezolana.
Contexto y repercusiones
La interceptación de este domingo refuerza la narrativa de una ofensiva sostenida y creciente. La comunidad internacional observa con preocupación cómo se incrementa la tensión en una región tradicionalmente alejada de conflictos bélicos abiertos. Mientras Washington justifica sus actos como medidas necesarias para restaurar la democracia en Venezuela, aliados de Maduro, como Rusia y China, han condenado lo que describen como una política de “piratería moderna” y una violación flagrante de la soberanía.
El régimen de Caracas, por su parte, ha denunciado repetidamente estas acciones como un acto de guerra y una agresión imperialista, aunque hasta ahora no ha podido evitar la continuidad de las interceptaciones. La pregunta que flota en el ambiente es si esta campaña de fuerza logrará su objetivo político o si, por el contrario, consolidará a Maduro y profundizará la crisis humanitaria que ya padece el pueblo venezolano.








