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Internacional

Irán implementa medidas de emergencia por crisis de contaminación ambiental

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Autoridades iraníes decretaron el cierre de escuelas y oficinas públicas en 11 provincias del país, incluyendo la capital, ante los peligrosos niveles de contaminación del aire que han alcanzado índices considerados “insalubres” para toda la población.

En Teherán, la situación es particularmente crítica, con una espesa capa de esmog que reduce la visibilidad y registra concentraciones de partículas PM2.5 -las más dañinas para la salud humana- de 171 microgramos por metro cúbico en las últimas 24 horas, muy por encima de los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud.

La respuesta gubernamental incluye la suspensión de clases presenciales en todos los niveles educativos este martes y miércoles, así como la implementación de teletrabajo para empleados públicos. Solo permanecerán abiertas algunas sucursales bancarias de guardia, según confirmó la agencia oficial IRNA.

Como medida adicional, la Asociación de Fútbol de la provincia de Teherán canceló todos los partidos deportivos programados hasta el próximo viernes, mientras otras diez provincias afectadas adoptaron disposiciones similares hasta el final de la semana iraní.

Crisis estacional con consecuencias mortales

La actual emergencia ambiental se enmarca en un patrón estacional que se repite anualmente durante el otoño tardío e invierno. Expertos ambientales atribuyen el fenómeno a múltiples factores: emisiones vehiculares, quema de combustibles de baja calidad, operación de fábricas obsoletas en la periferia metropolitana y la particular geografía de Teherán, rodeada de montañas que favorecen la inversión térmica y concentran los contaminantes.

Según datos oficiales del Ministerio de Sanidad iraní, la contaminación atmosférica causó la muerte de 58,975 personas entre marzo de 2024 y marzo de 2025, evidenciando el severo impacto en la salud pública.

Los índices de calidad del aire entre 151 y 200, como los registrados actualmente, son clasificados como insalubres para todos los grupos poblacionales, mientras que lecturas superiores a 200 se consideran peligrosas y requieren medidas de emergencia más estrictas.