Israel intensifica bombardeos en Teherán: ataca instalaciones nucleares y prisión política

Israel renovó este lunes sus ataques aéreos contra blancos estratégicos en la capital iraní, incluyendo la planta nuclear de Fordow, la Universidad Shahid Beheshti —vinculada al programa atómico— y la prisión de Evin, donde se encuentran presos políticos. La ofensiva marca una escalada en el conflicto que se agravó desde el 13 de junio, con lo que podría ser la mayor incursión israelí sobre Teherán hasta ahora.

Ataques coordinados y blancos clave

Desde primeras horas de la mañana, fuertes explosiones sacudieron varios puntos de la ciudad:

• Fordow: Sitio subterráneo de enriquecimiento de uranio, previamente sancionado por la comunidad internacional.
• Universidad Shahid Beheshti: Investigada por EE.UU. y la UE por su presunta conexión con el desarrollo nuclear.
• Prisión de Evin: Símbolo de la represión gubernamental, albergaba disidentes y periodistas detenidos.

La portavoz del gobierno iraní, Fatemeh Mohajerani, confirmó daños en un edificio de la Media Luna Roja, pero sin precisar víctimas. Medios locales reportaron impactos en la plaza Vanak —donde se elevó una densa columna de humo— y en ciudades aledañas como Karaj y Fardis.

Corte de energía y éxodo de civiles

Los bombardeos provocaron apagones en el norte de Teherán y reactivaron el desplazamiento masivo de residentes. Aunque algunos habían regresado días atrás buscando normalidad, la nueva oleada de ataques reavivó el temor. Según cifras preliminares, el conflicto ha dejado 430 muertos y 3,500 heridos en Irán, en su mayoría civiles, frente a 24 fallecidos en Israel.

Contexto de la escalada

Israel ha centrado sus ataques en infraestructuras militares, aeropuertos y medios estatales, eliminando a altos mandos iraníes. Pero la inclusión de blancos civiles y simbólicos (como Evin) sugiere una estrategia combinada de presión militar y política.

En perspectiva: La comunidad internacional sigue en alerta ante el riesgo de una guerra regional, mientras Irán evalúa su respuesta. La planta de Fordow, clave para su programa nuclear, había sido blanco de sanciones previas, y su ataque directo podría redefinir los límites del conflicto.