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La polémica inversión bélica de Spotify que está alejando a las bandas musicales de la plataforma

Un creciente malestar recorre la escena musical independiente tras conocerse los vínculos del máximo responsable de Spotify con el desarrollo de armamento inteligente. Varios artistas han comenzado a retirar sus discografías de la plataforma de streaming en lo que parece convertirse en un movimiento de protesta coordinado.
El detonante fue la revelación de que Daniel Ek, director ejecutivo de Spotify, ha invertido más de 700 millones de dólares a través de su fondo Prima Materia en Helsing, una empresa especializada en inteligencia artificial para aplicaciones militares. La compañía alemana desarrolla sistemas de reconocimiento para drones y tecnología bélica avanzada, con participación activa en conflictos internacionales.
Entre los primeros en tomar acción destacó un influyente grupo australiano conocido por su extensa producción discográfica, que eliminó prácticamente todo su catálogo de la plataforma. “No podemos seguir formando parte de un sistema cuyos beneficios puedan destinarse a financiar tecnología militar”, explicaron a través de un comunicado en sus redes sociales.
El movimiento ha encontrado eco en otros artistas independientes. Una banda de rock experimental con más de veinte años de trayectoria confirmó que lleva semanas intentando retirar su música, mientras que un conocido grupo de la escena DIY californiana ya completó el proceso, argumentando que “ningún artista debería contribuir, aunque sea indirectamente, al desarrollo de armas”.
La controversia se enmarca en un debate más amplio sobre la remuneración a los creadores en plataformas digitales. Spotify paga a los artistas entre 0.001 y 0.005 dólares por reproducción, cifras que muchos consideran irrisorias. Desde abril de 2024, la plataforma implementó además un nuevo modelo que requiere al menos 1,000 reproducciones anuales para que una canción genere ingresos, perjudicando aún más a los músicos emergentes.
Analistas del sector advierten que esta combinación de factores -la precaria retribución económica y el dilema ético- podría acelerar la migración de artistas hacia plataformas alternativas. Servicios como Bandcamp, que destina un mayor porcentaje de sus ingresos directamente a los creadores, han visto incrementada su popularidad entre músicos independientes en los últimos meses.
Mientras tanto, Spotify enfrenta su mayor crisis de reputación desde la polémica por los contenidos de Joe Rogan en 2022. La compañía no ha hecho comentarios públicos sobre las recientes deserciones, aunque fuentes internas sugieren que consideran el movimiento como “minoritario” por el momento.
