Larry Ellison: El titán tecnológico de 2025 que domina la IA y desafía a Hollywood

Al comenzar el año, Elon Musk parecía destinado a acaparar los titulares tecnológicos. Sin embargo, tras doce meses de turbulencias y transformaciones, es Larry Ellison, el octogenario cofundador y presidente de Oracle, quien emerge como la figura empresarial más determinante del año, protagonizando desde la explosión de la inteligencia artificial hasta las mayores batallas por el control de Hollywood.

De la sombra al centro: La apuesta de 500.000 millones en IA

El punto de inflexión llegó el 21 de enero, un día después de la toma de posesión de Donald Trump. Desde la Casa Blanca, el presidente anunció junto a Ellison, Sam Altman (OpenAI) y Masayoshi Son (SoftBank) el proyecto “Stargate”: un plan de 500.000 millones de dólares para construir infraestructura masiva de inteligencia artificial.

Este anuncio catapultó a Oracle, una empresa que había dejado escapar la revolución de la nube hace 15 años, al corazón de la nueva carrera tecnológica. La compañía emprendió una expansión histórica de centros de datos optimizados para IA, un esfuerzo tan acelerado que llevó su flujo de caja a territorio negativo por primera vez desde principios de los noventa.

El verano trajo la validación definitiva: OpenAI firmó un acuerdo por aproximadamente 300.000 millones de dólares para alquilar capacidad de cómputo a Oracle, encaminándose a convertirse en su mayor cliente. En septiembre, la revelación de la magnitud total de este negocio hizo que el patrimonio neto de Ellison se disparara 89.000 millones de dólares en un solo día, alcanzando los 388.000 millones y convirtiéndolo, brevemente, en la persona más rica del mundo.

La expansión hacia Hollywood: Financiando la ambición de un hijo

Paralelamente, la fortuna de Ellison se alineó con las ambiciones hollywoodenses de su hijo, David Ellison. En agosto, Skydance Media, propiedad de David, cerró la adquisición de Paramount Global, operación financiada en gran medida por su padre.

Semanas después, el joven Ellison puso su mirada en Warner Bros. Discovery. Ante el rechazo inicial de una oferta conjunta con Paramount, Larry Ellison elevó la apuesta: ofreció garantizar personalmente 40.400 millones de dólares de financiamiento para respaldar una oferta hostil por el estudio, emulando la táctica que usó hace dos décadas para adquirir PeopleSoft.

Esta jugada, aún en desarrollo, ata una parte sustancial de su imperio a los riesgos de la industria del entretenimiento.

Riesgos y escepticismo: La volatilidad de una fortuna concentrada

El auge no ha estado exento de nubarrones. En los últimos meses, la fortuna de Ellison se ha contraído, reflejando una caída en la cotización de Oracle. Muchos inversores muestran escepticismo ante el gasto agresivo en IA y consideran a Oracle especialmente vulnerable, dada su elevada deuda para financiar la expansión y su dependencia de un puñado de clientes clave, como OpenAI.

Actualmente, Ellison ocupa el quinto puesto entre las personas más ricas del mundo, con un patrimonio cercano a los 250.000 millones de dólares. Sin embargo, su riqueza está concentrada abrumadoramente en acciones de Oracle, lo que plantea interrogantes sobre la liquidez inmediata para cubrir garantías multimillonarias como la ofrecida para Warner Bros., y abre la posibilidad de ventas de acciones o nuevos empeños.

Conclusión: De coleccionista de trofeos a arquitecto del futuro

El 2025 ha transformado el legado de Larry Ellison. De ser un magnate que utilizaba su fortuna para coleccionar islas, yates y propiedades, ha pasado a ser el principal financista de la infraestructura de IA y el banquero en la sombra de la nueva Hollywood, arriesgando su capital en los dos campos más competitivos y volátiles de la economía global.

Su año define una era: la del poder discreto, la concentración extrema de capital y la apuesta por dominar tanto los datacenters que alimentan la inteligencia artificial como los studios que producen los sueños del cine. El título de titán tecnológico del año, sin duda, le pertenece.