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Economía

Legisladores de Texas alertan sobre crisis por fin de acuerdo del jitomate mexicano

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Un grupo de congresistas demócratas de Texas ha lanzado una advertencia urgente sobre las consecuencias económicas que traerá la cancelación del Acuerdo de Suspensión del Jitomate Mexicano (TSA), vigente durante casi tres décadas. En una carta dirigida al secretario de Comercio Howard W. Lutnick, los legisladores argumentan que la imposición de un arancel del 17.09% a las importaciones de tomate mexicano beneficiará únicamente a productores de Florida mientras perjudica a consumidores y negocios en todo el país.

La eliminación de este acuerdo comercial, que durante años reguló los precios y garantizó la calidad del tomate importado desde México, podría desencadenar una crisis en la cadena de suministro con especial impacto en el sur de Texas. Según los datos presentados por los congresistas, esta región alberga más de 150 negocios vinculados a la importación de tomate mexicano, generando una derrama económica superior a los 8,000 millones de dólares anuales y sosteniendo miles de empleos directos.

Los legisladores enfatizan que el TSA no solo estabilizaba el mercado, sino que establecía un sistema de supervisión a través del Departamento de Agricultura de EE.UU. (USDA) y la Secretaría de Agricultura de Texas. Este mecanismo de inspección, que generaba cerca de 100 millones de dólares anuales en ingresos por servicios de revisión, garantizaba estándares de calidad e inocuidad para uno de los productos más consumidos en el país. Con su eliminación, advierten, desaparece esta importante salvaguarda alimentaria.

“El consumidor final pagará las consecuencias: precios más altos en los supermercados, posibles desabastos y un golpe a la confianza en la seguridad alimentaria”, señala el documento firmado por nueve congresistas texanos, entre ellos Vicente González y Veronica Escobar. Los legisladores destacan que los productores de Florida, principales beneficiarios de la medida, carecen de la capacidad para satisfacer la demanda nacional de tomate.

Esta afirmación se sustenta en recientes problemas que han afectado a los cultivos floridanos, incluyendo pérdidas de cosechas por escasez de mano de obra y fenómenos climáticos extremos, así como un brote de salmonela que comprometió parte de su producción. Los congresistas argumentan que la decisión responde más a intereses políticos regionales que a una evaluación objetiva de las necesidades del mercado nacional.

La carta, fechada el 15 de agosto, constituye un intento por revertir una medida que, según los firmantes, debilita un sistema comercial que había demostrado su eficacia durante casi 30 años.

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