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Mantos acuíferos no se verían afectados con el nuevo relleno sanitario

El tema del agua siempre genera controversia en Chihuahua, ya sea por su escasez al estar el estado ubicado en una zona árida, por la falta de lluvias o por la protección de esta por parte de la población, se convierte en uno de los bienes más preciados de quienes habitan la entidad.
Una de las razones que han desatado dudas ha sido la condición del manto acuífero que está cercano de donde se construiría el nuevo relleno sanitario, pero los estudios realizados han determinado que este depósito no sufriría ningún percance.
Pero antes que nada, ¿qué es un manto acuífero?
Un manto acuífero se trata de una formación geológica que se constituye por una o varias capas de roca y que almacena un campo de agua.
Los acuíferos se caracterizan por poseer una permeabilidad y una porosidad determinada, los cuales definen los parámetros y las características hidráulicas del manto acuífero, lo que significa que el movimiento del agua depende del tipo de rocas en el suelo.
Los mantos acuíferos se forman cuando la lluvia se infiltra en el suelo hasta llegar a los estratos impermeables que impiden el paso del agua y se depositan entre las rocas subterráneas.
Un manto acuífero tiene como principal función brindar agua para consumo humano, o bien este es explotado para actividades agrícolas o industriales.
¿Qué pasa con el manto acuífero cerca del Nuevo Relleno Sanitario?
Este tema ha generado mucho debate debido a la importancia del agua para la sociedad chihuahuense, pero se trata de un tema técnico como ha destacado el alcalde chihuahuense, Marco Bonilla, pues son los expertos quienes avalan el proyecto a través de estudios.
Primeramente, este proyecto cumplió con todos los parámetros establecidos por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), destacando que la zona estipulada para la construcción es una zona factible para un relleno sanitario que no interfiere con áreas naturales protegidas, preservando la ecología del entorno próximo.
La norma exige varios estudios y análisis, para la seguridad propia del relleno, lo que se hizo durante el año pasado, así como estudios de generación de biogás y de generación de lixiviados.
“Se determinó que se podía continuar con los estudios que marca la NOM 083 de Semarnat. Para empezar nunca tocamos con roca, entonces no hay evidencias de fallas geológicas, no hay escurrimientos que nos digan o den evidencias que existen estructuras geológicas. Para el caso de las cavidades, no existen porque son materiales aluviales. Y, por la lejanía de las sierras y las condiciones hidrológicas, no se considera como una zona de recarga de acuíferos”, manifestó Iván Osvaldo Hernández, parte del equipo multidisciplinario de la UACH que realizó el estudio para avala la construcción del nuevo relleno sanitario.
En el predio y colindancia no existen cuerpos de agua, ni escurrimientos con caudal continuo; el terreno se encuentra en un geoforma denominada “bajadas típicas”; y que el predio no representa riegos por inundaciones debido a que se localiza en una zona topográficamente más elevada.
Asimismo, a través de una evaluación hidrogeológica, se desprendió que el predio se ubica dentro del límite establecido para el acuífero Villalba; y que en el predio no existe potencial de recargas al acuífero.
Por si mismo, este nuevo relleno sanitario estaría equipada con sistemas de impermeabilización, que evitan la filtración de lixiviados (líquidos generados por la descomposición de los residuos) al suelo y las aguas subterráneas. Estos sistemas incluyen capas de revestimiento de arcilla, membranas impermeables y sistemas de drenaje controlado.
