Internacional
Protestas masivas en Turquía tras el arresto del alcalde opositor de Estambul

Entre gases lacrimógenos y cañones de agua, manifestantes disfrazados de Pikuchu, Batman y otros personajes viralizaron su protesta contra el presidente Recep Tayyip Erdogan, tras el arresto de su principal rival político: Ekrem Imamoglu, alcalde de Estambul y candidato presidencial para 2028.
¿Por qué se manifiestan en Turquía?
El detonante fue la detención de Imamoglu el 19 de marzo, acusado de “corrupción” y “vínculos con el terrorismo” en una operación que también llevó a prisión a más de 100 opositores, incluidos periodistas y empresarios. Las autoridades turcas alegan que el alcalde dirigía una “organización criminal”, pero sus seguidores lo ven como una maniobra para eliminarlo de la carrera presidencial.
El caso tomó un giro más polémico cuando, horas después de su arresto, la Universidad de Estambul anuló su título universitario bajo sospechas de “fraude académico”. La ironía es evidente: la Constitución turca exige que los presidentes tengan estudios superiores. ¿Coincidencia o estrategia?
“Quien gana Estambul, gana Turquía”
Imamoglu no es un opositor cualquiera. En 2019, arrebató Estambul al partido de Erdogan en unas elecciones que el gobierno intentó anular —y que el alcalde ganó por segunda vez, con más votos—. Su popularidad creció tanto que, el 23 de marzo, 15 millones de turcos votaron simbólicamente para respaldarlo como candidato presidencial, pese a estar tras las rejas.
El peso de Estambul es clave: concentra el 20% de la población turca y es el motor económico del país. El propio Erdogan saltó de la alcaldía de esta ciudad a la presidencia en 2014. Ahora, teme que Imamoglu repita su historia.
Represión y censura
El gobierno respondió a las protestas con 1,100 detenciones, balas de goma y bloqueos a redes sociales, según Netblocks. Erdogan acusó a los manifestantes de “alterar el orden público” y al Partido Republicano del Pueblo (CHP) de “polarizar al país”.
Pero la gente no se detiene. Las marchas evocan el fallido golpe de Estado de 2016, cuando Erdogan sofocó revueltas con mano dura. Hoy, muchos temen que busque reformar la Constitución para perpetuarse en el poder más allá de 2028.
Mientras Imamoglu enfrenta un juicio que podría inhabilitarlo para las elecciones, Turquía vive su mayor tensión política en años.
