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Robots competirán contra humanos en la media maratón de Pekín

Bajo un cielo despejado en el distrito tecnológico de Yizhuang, una escena insólita se prepara para hacer historia: cerca de 20 robots humanoides, algunos con zapatillas deportivas y tobillos reforzados, alinean sus sensores en la salida de la primera media maratón del mundo donde máquinas y humanos compartirán circuito.
Organizada como una prueba técnica real —no un mero espectáculo—, la carrera de 21 kilómetros por calles urbanas con pendientes y superficies irregulares marca un hito en la evolución de la robótica. “No es solo una competición; es una plataforma global para innovar en la convivencia entre humanos y máquinas”, explica Liang Liang, vicepresidente del comité organizador.
De caminantes a corredores: la carrera tecnológica tras la carrera física
Muchos de los participantes fueron diseñados originalmente para desplazarse con lentitud. Equipos de ingenieros han trabajado semanas reprogramando algoritmos, ajustando estructuras y realizando pruebas de resistencia. La empresa DroidUp, por ejemplo, enseñó a su prototipo a correr desde cero. “Antes solo caminaba; ahora debe completar la distancia sin fallos críticos”, detalla su gerente.
El formato emula la Fórmula 1: contrarreloj con paradas técnicas para cambiar baterías o ajustar componentes. La prioridad no es la velocidad —aunque el robot N2 de Noetix alcanza 2.3 m/s—, sino la estabilidad. “En cinco años igualarán a los humanos”, vaticina Cui Wenhua, técnico de Noetix, mientras revisa los refuerzos en los tobillos de su modelo, diseñado para imitar el movimiento orgánico.
Protagonistas de asfalto: un ‘rabbit’ robótico y un veterano de 71 años
Entre los competidores destaca Tiangong, un androide de 1.8 metros que en noviembre participó simbólicamente en una maratón humana como “corredor escoba”. Esta vez, su equipo busca que complete todo el recorrido. “Es un salto de lo simbólico a lo real”, afirma su operador, Oliver Ji.
Frente a ellos, Zhang Xianhua, un veterano de 71 años con 47 maratones en sus piernas, observa a sus rivales mecánicos con curiosidad: “Nunca lo imaginé, pero creo que algún día correrán mejor que nosotros”.
Más que una carrera: el mensaje geopolítico de China
El evento sirve también como escaparate del liderazgo tecnológico chino, en un contexto de tensiones comerciales con EE.UU. —que impuso aranceles del 145% a productos como vehículos eléctricos chinos—. “Queremos compartir avances sin fronteras”, subraya Liang.
En el parque adyacente Robot World, decenas de androides —desde chefs hasta asistentes médicos— refuerzan la visión de Pekín: integrar la robótica en la vida cotidiana. “No son ciencia ficción; esta maratón es solo el principio”, sentencia Liang. Mientras, un robot con guantes de boxeo hace volteretas, buscando algo más que aplausos: su lugar en el futuro.
