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Rusia intensifica su ofensiva contra Ucrania con un masivo ataque dirigido a civiles en Kiev
En la madrugada del viernes 14 de noviembre, la capital ucraniana, Kiev, fue escenario de uno de los ataques más severos desde el inicio de la invasión, tras ser blanco de un masivo bombardeo por parte de las fuerzas rusas. El presidente Volodímir Zelenski acusó a Rusia de dirigir el ataque específicamente contra la población e infraestructura civil, con el objetivo calculado de “causar el mayor daño posible”.
De acuerdo con el mandatario ucraniano, el ataque combinó aproximadamente 430 drones y 18 misiles, entre los que se incluyen proyectiles balísticos y aerobalísticos. “El ataque fue específicamente calculado para causar el mayor daño posible a la población y a la infraestructura civil. Tan solo en Kiev, decenas de edificios de gran altura quedaron destruidos”, denunció Zelenski.
Consecuencias humanitarias inmediatas
El saldo de la ofensiva ha sido grave: al menos cuatro personas perdieron la vida y se reportan decenas de heridos que tuvieron que ser trasladados a hospitales. Entre las víctimas se encuentran varios menores de edad y una mujer embarazada, lo que subraya el carácter indiscriminado del bombardeo. Los equipos de emergencia trabajaron contrarreloj para rescatar a personas atrapadas entre los escombros de los edificios residenciales afectados.
El alcance de los misiles rusos no se limitó a Kiev. También se registraron impactos en las regiones de Járkov y Odesa, y, de manera destacada, la Embajada de Azerbaiyán en Ucrania sufrió daños materiales, un incidente que podría añadir una compleja dimensión diplomática al conflicto.
Kiev promete una respuesta contundente
Frente a esta nueva escalada de violencia, el presidente Zelenski aseguró que Ucrania ya trabaja en un contraataque contra Rusia y en la implementación de medidas para reforzar su espacio aéreo. El objetivo declarado es proteger a la población civil y evitar que ataques de esta magnitud se repitan.
Rusia alega una conspiración simultánea
En un giro paralelo a los eventos en Ucrania, el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB) informó haber frustrado un intento de asesinato contra uno de sus funcionarios más importantes del Kremlin. Según la agencia de seguridad rusa, el atentado, planeado por Ucrania, iba a tener lugar mientras el funcionario visitaba un cementerio en las afueras de Moscú.
Hasta el momento, no se ha establecido ninguna conexión oficial entre ambos sucesos. Sin embargo, la simultaneidad de los eventos refleja la intensificación de las hostilidades no solo en el campo de batalla, sino también en una guerra de sombras que se extiende más allá del frente.











