Rusia lanza uno de los ataques más masivos de la guerra: golpea 15 de los 24 óblasts de Ucrania

Este lunes, Rusia llevó a cabo uno de los ataques más intensos y prolongados desde el inicio de la guerra en Ucrania, impactando 15 de los 24 óblasts del país con una combinación de misiles y drones. El ataque dejó un saldo de al menos cuatro muertos y decenas de heridos, además de causar daños significativos en infraestructuras eléctricas clave.

El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, en un mensaje dirigido a la nación, informó que Rusia empleó alrededor de un centenar de drones kamikaze Shahed de fabricación iraní, junto con un número similar de misiles de diversos tipos. Zelenski denunció que Moscú atacó infraestructuras civiles y volvió a solicitar a sus aliados occidentales una respuesta firme a esta ofensiva del Kremlin.

Zelenski subrayó la necesidad urgente de que sus aliados le permitan utilizar los misiles de largo alcance que le han suministrado para atacar objetivos militares en todo el territorio ruso, no solo en las zonas fronterizas, como ocurre actualmente.

El ataque, que se prolongó durante cerca de doce horas en varias oleadas, tuvo como principal objetivo el sistema energético ucraniano. Según el Ministerio de Defensa ruso, el objetivo de los bombardeos era afectar “instalaciones críticas de infraestructura energética que garantizan el funcionamiento del complejo militar-industrial de Ucrania”.

En respuesta, Rusia también informó el viernes sobre el derribo de drones ucranianos en las regiones de Kursk y Sarátov. En esta última, donde se encuentra la base militar de Enguels, cuatro civiles resultaron heridos.

Las autoridades ucranianas confirmaron que misiles o drones rusos alcanzaron infraestructuras eléctricas en Kiev, Leópolis y Zaporiyia. En el norte de la capital, una presa de una central hidroeléctrica también fue atacada, aunque no sufrió daños mayores, según un vídeo compartido en redes sociales.

Este ataque es el noveno bombardeo masivo contra el sistema energético ucraniano desde el 22 de marzo, lo que ha obligado a las autoridades a imponer cortes de electricidad de emergencia en varias regiones del país, representando un duro golpe a los esfuerzos de Ucrania por restaurar su capacidad de generación eléctrica antes del invierno.

El ataque comenzó en la madrugada, con decenas de drones Shahed lanzados contra Kiev y otras regiones, la mayoría de los cuales fueron interceptados por las defensas aéreas ucranianas, según la Administración Militar de la capital. Posteriormente, Rusia desplegó aviones de guerra y lanzó misiles desde aire y mar, utilizando misiles de crucero, balísticos y los hipersónicos Kinzhal.

Las defensas ucranianas derribaron una quincena de misiles solo en Kiev y sus alrededores durante esta fase del ataque. Explosiones se escucharon en varios barrios del centro de la capital en las primeras horas de la mañana, mientras el ataque continuaba con hasta seis grupos de drones Shahed dirigiéndose hacia el noreste, norte y centro de Ucrania.

Según informaciones locales, fragmentos de un dron hirieron a una mujer en la región de Poltava al impactar en una vivienda. Telegram ucranianos informaron de explosiones en la región de Kiev durante la tercera fase del ataque, mientras las fuerzas ucranianas seguían evaluando el alcance total del daño.