Internacional
Rusia lanza uno de sus mayores ataques aéreos contra Ucrania en tres años de guerra

En una escalada sin precedentes, Rusia desató anoche un masivo bombardeo contra seis regiones de Ucrania, en lo que las autoridades ucranianas califican como uno de los ataques más devastadores desde el inicio de la invasión en febrero de 2022. El asalto, que combinó drones y misiles, se prolongó durante horas y dejó al menos tres rescatistas muertos en Kiev, según confirmó el gobierno de Volodímir Zelenski.
Un ataque coordinado y letal
Según el portavoz de la Fuerza Aérea ucraniana, Yurii Ihnat, Moscú desplegó 407 drones y 44 misiles balísticos y de crucero en una ofensiva que buscaba saturar las defensas antiaéreas. Las tropas ucranianas lograron interceptar alrededor de 30 misiles y 200 drones, pero los que alcanzaron su objetivo impactaron en infraestructura crítica y zonas urbanas.
“Rusia no cambia sus costumbres“, declaró Zelenski en un mensaje en el que lamentó la muerte de los trabajadores de emergencia, quienes “perdieron la vida bajo el fuego enemigo mientras intentaban salvar a otros“.
El contexto político: ¿Un cambio en la postura de EE.UU.?
El bombardeo se produjo horas después de que el presidente estadounidense, Donald Trump, sugiriera que Ucrania y Rusia deberían “luchar por un tiempo” antes de buscar una solución negociada. Sus palabras marcaron un giro significativo respecto a su anterior retórica pro-paz y generaron preocupación en Kiev, que depende del apoyo militar occidental.
Este comentario llega en un momento en que los esfuerzos diplomáticos liderados por Washingtonhan fracasado en acercar posiciones. Aunque hubo dos rondas de conversaciones directas entre Moscú y Kiev, las diferencias siguen siendo abismales. Ucrania propuso un alto el fuego de 30 días y una cumbre entre Zelenski y Vladímir Putin, pero el Kremlin rechazó la tregua y mantiene sus exigencias de cesión territorial.
Rusia justifica el ataque; Ucrania denuncia una estrategia de desgaste
El Ministerio de Defensa ruso aseguró que los bombardeos apuntaron a “objetivos militares”, incluyendo fábricas de drones y depósitos de armas. Sin embargo, los ataques afectaron zonas civiles, en línea con la estrategia de desgaste que Moscú ha empleado durante años.
Analistas del Instituto para el Estudio de Guerra (ISW) advirtieron que el Kremlin busca “manipular la narrativa” presentándose como abierto a negociar, mientras intensifica la ofensiva. “Rusia no está dispuesta a hacer concesiones reales“, subrayó el think tank con sede en Washington.
¿Hacia dónde va el conflicto?
Con las negociaciones estancadas y una nueva ola de ataques, la guerra parece lejos de terminar. Ucrania insiste en que no cederá territorio, mientras Rusia apuesta a que la fatiga occidental y su superioridad militar le den ventaja.
Mientras tanto, la población civil sigue pagando el precio más alto: más de 12.000 muertos, según la ONU, y ciudades arrasadas en un conflicto que ya cumple tres años sin solución a la vista.
