Internacional
Tras 505 días de cautiverio en Gaza, un exrehén israelí solo ve odio y un “cementerio” en su hogar

Caminar hoy por las calles de lo que fue su comunidad es transitar por un “cementerio” donde el horror se ha adherido al paisaje. Tal Shoham, un israelí que pasó 505 días como rehén de Hamas en la Franja de Gaza, intenta reconciliar los recuerdos de un lugar “una vez tan pacífico y hermoso” con la realidad de la destrucción que lo cubre todo, un recordatorio tangible de los ataques del 7 de octubre de 2023.
En una entrevista concedida en el kibutz Be’eri, Shoham no alberga esperanzas sobre las iniciativas de paz actuales, incluida la presión del presidente estadounidense Donald Trump y las negociaciones para poner fin a una guerra que cumple dos años. Su perspectiva, forjada en la oscuridad de un túnel y marcada por la crueldad de sus captores, es desoladora: “Después de ver la magnitud del odio en el que crecieron y en el que están criando a sus hijos, está realmente claro que al menos en nuestra generación no será posible”.
El día que todo cambió
La pesadilla de Shoham comenzó cuando militantes de Hamas irrumpieron en la habitación segura donde se refugiaba con su familia durante el asalto al kibutz Be’eri. Fue arrancado de su vida y arrastrado a la fuerza a Gaza, sin saber el destino de su esposa, Adi, y sus dos hijos pequeños. Ese día, Hamas lideró una incursión masiva que resultó en la muerte de aproximadamente 1,200 israelíes, en su mayoría civiles, y el secuestro de unos 250 rehenes. Esta acción desencadenó una ofensiva militar israelí que, según las autoridades sanitarias de Gaza, ha causado más de 67,000 muertes palestinas.
El infierno del cautiverio
Los más de 16 meses de Shoham en cautiverio estuvieron marcados por el terror psicológico, el hambre y la brutalidad física.
Condiciones inhumanas: Shoham relata que pasó la primera mitad de su encierro en apartamentos y la segunda en túneles subterráneos. En una celda a 20 o 30 metros bajo tierra, él y otros tres rehenes —Evyatar David, Guy Gilboa-Dalal y Omer Wenkert— compartían un estrecho espacio con paredes de hormigón, un suelo arenoso, un agujero como retrete y un aire tan espeso que dificultaba la respiración. “Nos trataban como animales. Ni siquiera a los animales se les mantiene en condiciones tan inhumanas”, declaró Shoham.
Tortura y abusos: Los guardias los sometían a palizas y a una tortura psicológica sádica. En ocasiones, les ordenaban que eligieran cuál de ellos sería ejecutado inminentemente.
La lucha por la supervivencia: Shoham perdió 28 kilogramos durante su cautiverio y desarrolló una grave infección en la pierna que le impidió caminar durante semanas. Para mantener la cordura, se aferró a prácticas de atención plena, recordando que “lo único sobre lo que tengo poder es mi vida interior”.
El regreso a un hogar devastado
La esposa y los hijos de Shoham fueron liberados durante una tregua en noviembre de 2023, pero él permaneció cautivo hasta el 22 de febrero de 2025. Su liberación, aunque un anhelado alivio, llegó con la carga de saber que otros seguían en las manos de Hamas. “Realmente temo por sus vidas. Hay 20 rehenes vivos todavía en Gaza en manos de esos animales”, afirmó Shoham, refiriéndose a sus compañeros de cautiverio que aún permanecen secuestrados.