Economía
Trump endurece la guerra comercial con nuevos aranceles a la madera y los muebles

Un nuevo paquete de aranceles del presidente Donald Trump sobre productos de madera y muebles importados entró en vigor este martes, una medida que la Casa Blanca defiende como necesaria para fortalecer la seguridad nacional y la manufactura estadounidense, pero que según analistas y empresarios amenaza con encarecer la construcción y renovación de viviendas en un mercado ya tensionado.
Los impuestos, anunciados a finales de septiembre bajo la Sección 232 de la Ley de Expansión Comercial de 1962, se aplican de forma inmediata e incluyen un 10% sobre la madera blanda y la timbería, y un 25% sobre muebles tapizados, gabinetes de cocina y tocadores. Sin embargo, están diseñados para ser progresivos: a partir del 1 de enero de 2026, el arancel sobre muebles tapizados aumentará al 30%, y el de gabinetes de cocina se disparará hasta un 50%.
Excepciones y afectados
La administración Trump ha negociado simultáneamente acuerdos con aliados clave, creando un mosaico de tasas diferenciadas. Reino Unido, la Unión Europea y Japón han obtenido condiciones más favorables, con topes máximos del 10%, 15% y 15%, respectivamente, en estos productos.
Por el contrario, Canadá, el principal proveedor de madera blanda de Estados Unidos, se ve particularmente perjudicado. El nuevo arancel del 10% se suma a los derechos antidumping y compensatorios que ya enfrenta, lo que eleva el impuesto total sobre su madera a más del 45%. La industria maderera canadiense ha calificado estas medidas de “equivocadas e innecesarias”.
Otros grandes exportadores de muebles, como Vietnam, China y México, también sufrirán el impacto directo de los aranceles. Se estima que para Vietnam, donde los muebles representan el 10% de sus exportaciones a EE. UU., el efecto será significativo.
Reacciones en cadena en la industria
La medida ha dividido a la industria estadounidense. Mientras que asociaciones de productores nacionales de madera y fabricantes de gabinetes apoyan los aranceles, sus opositores son numerosos y variados.
- Constructores de viviendas: La Asociación Nacional de Constructores de Viviendas (NAHB, por sus siglas en inglés) advirtió que los aranceles “crearán vientos en contra adicionales para un mercado de la vivienda ya desafiado”. Un análisis de Capital Economics estima que el encarecimiento de la madera podría aumentar el costo de construir una casa promedio en $2,200.
- Minoristas y fabricantes: Empresas como Ikea han señalado que los aranceles dificultan hacer negocios. Naturepedic, un fabricante de colchones orgánicos con operaciones en Ohio, confirmó que se verá forzado a subir sus precios entre un 5% y un 10% para absorber los costos adicionales.
- Cuestionamiento legal: Expertos en comercio, como Scott Lincicome del Instituto Cato, han tachado de “absurdo” el argumento de seguridad nacional para productos como los muebles, señalando que en caso de una guerra no habría escasez de estos suministros.
Un escenario comercial más amplio
Estos aranceles sectoriales son solo una pieza en la ofensiva comercial más amplia de Trump. Según la Tax Foundation, la tasa arancelaria promedio aplicada por Estados Unidos ha escalado desde un 2.5% a principios de 2025 hasta aproximadamente un 18%, el nivel más alto en décadas.
Además, el presidente mantiene una pulseada con China, donde la amenaza de un arancel adicional del 100% sobre todas las importaciones chinas a partir del 1 de noviembre sigue sobre la mesa. Esta amenaza es una respuesta a los controles que Pekín planea implementar sobre la exportación de minerales de tierras raras, cruciales para la fabricación de tecnología avanzada.
Este martes también entraron en vigor nuevos impuestos de la administración Trump a los buques de bandera china que atraquen en puertos estadounidenses, a lo que China ha respondido con medidas de represalia simétricas, tensando aún más la cuerda de la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo.
