Trump sugiere posible intervención militar en Venezuela; Maduro anuncia “Plan 2026” en respuesta a tensiones

En una entrevista con la revista Politico, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que el mandatario venezolano Nicolás Maduro “tiene los días contados” y se negó a descartar una intervención militar terrestre en el país sudamericano, elevando el tono de su retórica sobre la crisis política y de seguridad en la región.

Trump justificó la posibilidad de una acción militar bajo el argumento de combatir el narcotráfico, señalando que ya ha ordenado al Pentágono atacar más de veinte embarcaciones sospechosas en aguas internacionales. Cuando se le preguntó si consideraría operaciones similares contra objetivos en México o Colombia, el mandatario respondió de manera afirmativa: “Claro que lo haría”.

Estas declaraciones han generado controversia en Washington, donde algunos legisladores cuestionan el fundamento legal de los ataques ya realizados. Las críticas se intensificaron tras reportes que indican que, en al menos un incidente, se ordenó un segundo ataque contra sobrevivientes del primero.

Respuesta de Maduro: un “Plan 2026” para la “patria pacífica”

Frente a la presión estadounidense y ante el despliegue militar de EE.UU. en el Caribe —que el gobierno chavista califica como una amenaza— el presidente Nicolás Maduro presentó lo que denominó el “Plan 2026”, una serie de metas estratégicas para construir una “patria pacífica y próspera”.

En un acto transmitido por la televisora estatal VTV, Maduro declaró: “El 2026 ya empezó, ya hoy es 2026”, enfatizando que las acciones inmediatas de su gobierno están orientadas a ese horizonte. Entre los ejes anunciados destacan el fortalecimiento de la “batalla comunicacional” y la defensa del territorio nacional.

“Se ha avanzado en estas últimas 23 semanas de amenazas”, aseguró el mandatario, en alusión directa a la retórica y movimientos militares de Estados Unidos.

Escalada en un contexto regional complejo

La advertencia de Trump se produce en un momento de alta tensión bilateral y refleja la persistente estrategia de su administración de ejercer presión máxima sobre el gobierno de Maduro, combinando sanciones económicas con una creciente militarización de la retórica y operaciones en la región.

La mención explícita a posibles acciones contra México y Colombia por el tema de drogas añade otra capa de complejidad a las relaciones hemisféricas, señalando una posible ampliación del enfoque de seguridad estadounidense más allá de Venezuela.