Internacional
Un “petrolero zombi” de 27 años acerca a Venezuela su cargamento, en un nuevo desafío al cerco de Estados Unidos
Un petrolero de crudo de 27 años, registrado bajo el nombre Freesia I y oficialmente desguazado en 2021, se dirige hacia Venezuela y podría arribar a sus costas a finales de esta semana, según datos de seguimiento marítimo. Este episodio ejemplifica la compleja red de tácticas que emplea el país sudamericano para mantener operativa su asediada industria petrolera.
El buque es considerado un “petrolero zombi”, una práctica mediante la cual una embarcación activa asume la identidad de un barco ya desmantelado para ocultar su trayectoria, su carga y su propiedad. Este método es frecuente en la llamada “flota oscura”, compuesta por navíos antiguos, a menudo sin seguros válidos y propiedad de empresas opacas, de la cual Venezuela depende para sostener sus exportaciones.
Una industria resiliente bajo presión
Aunque la producción venezolana es una fracción de sus niveles históricos, el país ha logrado exportar un promedio cercano a los 900,000 barriles diarios en lo que va del año, principalmente hacia China. Esta persistencia ha irritado a la administración estadounidense, que ha respondido con sanciones cada vez más enérgicas.
“Venezuela ha demostrado una notable eficacia en ocultar tanto el origen como la propiedad del crudo y, por lo tanto, en evadir los controles financieros y comerciales”, señaló Dimitris Ampatzidis, analista sénior de riesgos de la firma Kpler. “Por ello, Washington ha optado cada vez más por medidas puramente financieras en lugar de medidas de disrupción física”.
La respuesta de EE.UU.: de las sanciones al abordaje
Sin embargo, la estrategia ha evolucionado. Desde principios de diciembre, fuerzas estadounidenses han perseguido o abordado al menos tres petroleros en aguas cercanas a Venezuela —incluyendo uno no sancionado—, marcando una escalada significativa. Washington justifica estas acciones como parte de una campaña para disuadir actividades ilícitas y presionar la salida del presidente Nicolás Maduro. El presidente Donald Trump ha declarado, además, que Estados Unidos se quedaría con cualquier crudo incautado.
“El abordaje físico es el siguiente paso”, explicó Mark Douglas, analista de Starboard Maritime Intelligence. “Es una señal de que falsificar ubicaciones y documentación ya no es un escudo. Ahora es lo que te convierte en un objetivo”.
El viaje fantasma del Freesia I
El Freesia I fue avistado en la terminal venezolana de José a principios de mayo. En noviembre partió hacia el sudeste asiático y, según su último registro público, tenía como destino el puerto de Amuay para el 26 de diciembre, probablemente para cargar petróleo. Posteriormente, cambió su destino a “Alta Mar” y finalmente apagó su transpondedor frente a la Guayana Francesa el pasado martes, desapareciendo de los radares oficiales.
De una flota oscura global estimada en 1,500 buques, Venezuela depende de cerca de 400 para mantener el flujo de su principal recurso de exportación. El caso del Freesia I no es aislado, sino parte de un sistemático juego de sombras que sostiene la economía venezolana y desafía el cerco internacional, mientras la geopolítica del petróleo se libra, cada vez más, en alta mar.








