Connect with us

Internacional

Venezuela denuncia ante la ONU un nuevo acto de “piratería” de Estados Unidos tras la interceptación de un petrolero en el Caribe

Publicado

El gobierno del presidente Nicolás Maduro denunció este sábado el “robo y secuestro” por parte de Estados Unidos de un buque petrolero que transportaba crudo venezolano en aguas del Caribe. En un comunicado oficial, la administración chavista calificó la acción como un acto de “piratería” y anunció que llevará el caso ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y otros organismos multilaterales.

Esta interceptación, la segunda confirmada en menos de quince días, marca una peligrosa escalada en la política de máxima presión que el gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, mantiene sobre Venezuela. El Ejecutivo venezolano no solo protestó por la confiscación del buque –identificado por medios internacionales como el “Centuries”–, sino que también denunció la “desaparición forzada” de su tripulación, advirtiendo que “estos actos no quedarán impunes”.

La versión de Washington: una operación contra el “narcoterrorismo”

La secretaria de Seguridad Nacional de EE.UU., Kristi Noem, confirmó la operación a través de la red social X. “En una operación al amanecer de hoy, la Guardia Costera de Estados Unidos, con el apoyo del Departamento de Guerra, interceptó un petrolero que había atracado recientemente en Venezuela”, declaró Noem.

La alta funcionaria justificó la acción afirmando que su país “continuará persiguiendo el movimiento ilícito de petróleo sancionado que se utiliza para financiar el narcoterrorismo en la región”. El mensaje iba acompañado de un video con imágenes desclasificadas de la intervención marítima.

Un petrolero no sancionado y vínculos con China

La operación adquiere matices complejos según reportes de medios como The New York Times. El buque “Centuries”, que ondeaba bandera panameña, no figura en la lista oficial de petroleros sancionados por Estados Unidos, según confirmaron un funcionario estadounidense y dos fuentes de la industria petrolera venezolana. El diario afirma que la embarcación pertenece a una empresa petrolera con sede en China, dedicada a transportar crudo venezolano hacia refinerías en el gigante asiático.

Esta revelación plantea interrogantes sobre el alcance legal del “bloqueo” anunciado por Trump la semana pasada, el cual originalmente se dirigía a “todos los petroleros sancionados” que comercien con Venezuela.

Respuesta venezolana y alianzas internacionales

Frente a lo que considera una agresión, el gobierno de Maduro ha activado su diplomacia de crisis. El ministro de Relaciones Exteriores, Yván Gil, anunció este sábado que Irán ha ofrecido su cooperación “en todos los ámbitos” para enfrentar lo que ambos países denominan “la piratería y el terrorismo internacional de EE.UU.”.

Además, Caracas logró convocar una reunión de carácter urgente del Consejo de Seguridad de la ONU, programada para el próximo martes 23 de diciembre. En este foro, Venezuela buscará aislar internacionalmente a Washington y presentar su caso como una violación flagrante del derecho internacional marítimo.

Análisis: ¿Hacia una crisis internacional más amplia?

El incidente trasciende una mera disputa bilateral. Por un lado, Estados Unidos intensifica su despliegue militar en el Caribe y aplica una interpretación expansiva de sus sanciones, interceptando incluso buques no listados previamente. Por otro, Venezuela, respaldada por aliados como Irán y China –esta última involucrada indirectamente a través del barco intervenido–, judicializa el conflicto en instancias internacionales.

La advertencia venezolana de que el “modelo colonialista” de EE.UU. “fracasará y será derrotado” refleja la profundidad del enfrentamiento. Con dos buques confiscados en dos semanas y una reunión en el máximo órgano de seguridad de la ONU, la crisis venezolana entra en una fase nueva y potencialmente más volátil, donde las aguas del Caribe se convierten en el escenario de un pulso geopolítico de alcance global.