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Microsoft corta acceso a inteligencia artificial y nube a unidad militar israelí por vigilancia masiva a palestinos

Microsoft ha dado un paso sin precedentes al deshabilitar el acceso a sus servicios de nube e inteligencia artificial a una unidad del Ministerio de Defensa de Israel, tras comprobar que utilizaba su tecnología para un programa de vigilancia masiva de civiles palestinos en Gaza y Cisjordania.
La decisión, anunciada internamente por el vicepresidente de la compañía, Brad Smith, se produce después de que una investigación del diario The Guardian, publicada en agosto de 2025, revelara que la Unidad 8200 —la agencia de inteligencia de señales del ejército israelí— almacenaba en la plataforma Azure de Microsoft un enorme volumen de grabaciones de llamadas telefónicas interceptadas.
Una violación de los términos de servicio
La investigación periodística demostró que el programa de vigilancia manejaba volúmenes de datos tan grandes que, según fuentes de la propia unidad, se resumía en la ambiciosa meta de interceptar “un millón de llamadas por hora”. Esta información, que llegó a alcanzar los 8,000 terabytes, se almacenaba en un centro de datos de Microsoft en los Países Bajos.
Tras la publicación de la investigación, Microsoft inició una revisión externa con la firma de abogados Covington & Burling. Dicha revisión encontró “evidencia que apoya elementos del reportaje de The Guardian”, incluyendo detalles sobre el consumo de almacenamiento en Azure y el uso de servicios de IA por parte de la unidad israelí. Brad Smith fue categórico en un comunicado interno: “No proporcionamos tecnología para facilitar la vigilancia masiva de civiles”.
Presión interna y un cambio de postura
La medida de Microsoft representa un giro significativo en su postura. A principios de 2025, la compañía había asegurado que una revisión interna no había encontrado evidencia de que sus tecnologías se usaran para dañar a personas en Gaza. Sin embargo, las revelaciones específicas sobre el almacenamiento de datos de vigilancia en Azure impulsaron una nueva investigación que obligó a la empresa a actuar.
Este cambio no se produjo en el vacío. En los últimos meses, Microsoft había enfrentado una creciente presión interna y externa.
- Protestas de empleados: El grupo de trabajadores “No Azure for Apartheid” ha organizado vigilias y protestas, incluidas algunas dentro de las oficinas corporativas, exigiendo que la compañía corte lazos con el ejército israelí.
- Despidos polémicos: La empresa despidió a varios empleados por su participación en estas protestas, lo que generó acusaciones de represión y doble estándar.
Impacto limitado y reacciones
Aunque histórica, la acción de Microsoft tiene límites importantes. La compañía aclaró que esta decisión no afecta su relación comercial mas amplia con el gobierno israelí, incluidos los servicios de ciberseguridad que presta al país.
Para los grupos de protesta, como “No Azure for Apartheid”, la medida es una “victoria significativa y sin precedentes” para su campaña. No obstante, señalan que es insuficiente, ya que la mayoría de los contratos de Microsoft con el ejército israelí permanecen intactos, y se comprometen a continuar su lucha hasta que se corten todos los vínculos.
La investigación del Guardian señalaba que, días después de hacerse pública la noticia en agosto, la Unidad 8200 trasladó rápidamente los datos de vigilancia fuera del centro de datos en los Países Bajos. Según las fuentes, se planeó transferir la información a la plataforma de computación en la nube de Amazon Web Services, lo que plantea nuevas cuestiones sobre el futuro de este programa de vigilancia.
