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Amelio Robles: la historia del coronel transgénero que peleó en la Revolución Mexicana

Malaquías Amelia de Jesús nació mujer en 1889. Amalio Robles Ávila murió hombre en 1980. Ella y él son la misma persona. Una que tomó las armas en la Revolución mexicana, se vistió de hombre al enrolarse en el ejército de Emiliano Zapata, alcanzó grado de “coronela” y se convirtió en “coronel”, condecorado y reconocido por el Ejército como veterano revolucionario y legionario.

Fue transgénero, sí. Tal vez uno de los primeros casos conocidos y documentados en México de una mujer que desde muy joven cambió las enaguas por el pantalón y eligió una imagen y una vida de hombre, en los lejanos años 20 del siglo pasado. Quién sabe si entonces era más fácil para ella, mujer de campo, transformarse que sólo asumirse lesbiana.

La investigadora Gabriela Cano, autora de un artículo académico titulado “Amelio Robles, masculinidad (transgénero) en la Revolución mexicana”, asegura que lo correcto es reconocerlo como una persona transgénero.

Tal vez durante su transición, explica Cano, Amelia Robles podría caracterizarse como una lesbiana y luego transformarse en una persona transgénero con una identidad masculina.

Para fines de esta historia, el coronel Robles Ávila será Amelia hasta la frontera donde ocurre su cambio.

Esta vida excepcional comenzó en el estado de Guerrero, en un pequeño poblado de nombre Xochipala, municipio de Zumpango del Río, donde el 3 de noviembre de 1889 nació Malaquías Amelia de Jesús, la menor de tres hijos del matrimonio de Casimiro Robles y Josefa Ávila.

Fue niña de campo, pero no pobre. Su padre era un ranchero de buena posición, propietario de 42 hectáreas de labor y agostadero, de una pequeña fábrica de mezcal y durante algún tiempo ayudante del comisario del lugar, de acuerdo con la investigadora Olga Cárdenas Trueba.

Como pocas mujeres de la época, Amelia tuvo la oportunidad de estudiar la primaria y recibir una buena educación católica al formar parte de la Sociedad de las Hijas de María de la Medalla Milagrosa, una congregación dedicada a profundizar la formación espiritual de las jovencitas.

Aprendió a coser, lavar y planchar como cualquier otra niña de su época. Pero también le gustaba montar, domar y lazar caballos, ordeñar y manejar armas. Desde entonces ya decían que “era medio hombrada”, según testimonios de quienes la conocieron en aquellos años, recogidos en las investigaciones de Cano y Cárdenas.

Un carácter rebelde también se cocinó en Amelia a partir de la muerte de su padre, cuando ella apenas tenía tres años, y luego del segundo matrimonio de su madre. Nunca pudo llevarse bien con su padrastro ni con sus tres medios hermanos, hijos de su madre y de aquel padrastro. Su historia incluso cuenta que dos veces estuvo en la cárcel y una de ellas por matar a un medio hermano.

En aquella joven había además algún interés político, pues ya en 1911 formaba parte de un club maderista (los que impulsaban el sufragio efectivo y la no reelección que proclamaba Francisco I. Madero), y entre 1912 y 1913 ya se había enrolado en el Ejército del Sur de Emiliano Zapata.

Cano afirma que el vínculo de Amelia con el zapatismo “fue menos ideológico que vital”. Ella misma lo dice en una entrevista de 1927 con el periodista Miguel Gil, a quien el confiesa que dejó su casa para sumarse a la Revolución “por una mera locura de muchacha, una aventura como cualquier otra”.

–¿Y qué sensación experimentó usted al encontrarse en plena aventura? –le pregunta el periodista.

–La de ser completamente libre –responde Amelia.

Cuando se sumó a la Revolución era una joven que rondaba los 21 o 22 años. De entonces corresponde la única foto que hay de ella todavía vestida como mujer. El escritor Febronio Díaz la describió como “una mujer en verdad bonita, nívea, trenzas de trigo maduro, ojos verdes y serenos que se tornaban felinos e intimidantes”. La llamaban “La Güera Amelia”.

Cambio de bando

Pero la locura juvenil se convirtió en convicción ya en “la bola”, como llamaban coloquialmente a los ejércitos populares revolucionarios. “Al principio no dejó de ser una mera locura, pero después supe lo que defiende un revolucionario”, le contó Amelia al periodista Miguel Gil.

De sus méritos revolucionarios no hay duda. Las investigaciones la ubican en históricas batallas revolucionarias y en sus archivos personales ella misma dejó escrita una bitácora que registraba las más de 70 acciones armadas en las que participó.

Para entonces, Amelia ya usaba pantalón y camisa, y se confundía como uno más entre los combatientes revolucionarios: pantalón y camisa de manta, sombrero y arma. Pero todavía era Amelia, la mujer que alcanzó el grado de coronela en el ejército de Zapata, quien al parecer la tenía en buena estima.

Eran años revueltos. De pactos y pugnas. De caudillos que encabezaban cada uno su ejército. En medio de aquel río revuelto de la Revolución, Amelia abandonó el ejército de Zapata, entregó las armas y se presentó ante la Jefatura de Operaciones Militares de Guerrero, al frente de 315 hombres.

A cambio Amelia recibió el indulto del gobierno de Venustiano Carranza, ya emanado de la Revolución, pero enfrentado con otras facciones. Al reconocerlo, la joven se incorporó de manera formal al ejército carrancista hasta 1921 que le concedieron la licencia definitiva.

Allí no paró su carrera en las armas. Aun después de Revolución, que concluyó en 1920, vinieron periodos de ajustes, traiciones, levantamientos y más sangre.

Así que “la coronela” volvió a tomar las armas en 1924 para apoyar el gobierno del general Álvaro Obregón, presidente de México. Al tomar esa decisión, Amelia tuvo que aceptar que su grado no fuera reconocido –tal vez por ser mujer–, y conformarse con el grado de sargento.

No debió gustarle, pero igual peleó y resultó gravemente herida en una de las batallas. Al final de esta etapa “la coronela” decidió transformarse de manera definitiva en “el coronel”. Nunca más permitió que la llamaran Amelia Robles, “la Güera Amelia” o la “coronela” Robles.

En adelante sería el coronel Amelio Robles Ávila, y como tal tuvo una activa vida política en el Partido Socialista de Guerrero y la Liga de Comunidades Agrarias, donde siguió ligada a viejos compañeros de batalla como el también ex zapatista Adrián Castrejón y el obregonista Rodolfo López de Nava.

El primero como gobernador de Guerrero y el segundo como gobernador de Morelos jugaron un papel muy importante en el reconocimiento político y militar oficial de Amelia ya convertida en Amelio Robles.

La batalla por el reconocimiento

Fue precisamente el gobernador Rodolfo López de Nava quien le extendió un certificado de méritos revolucionarios y recomendó su ingreso a la Legión de Honor Mexicana, de la Secretaría de la Defensa Nacional, apoyado por otros correligionarios.

Para entonces, el coronel Amelio Robles ya tenía una relación sentimental con una mujer de nombre Ángela Torres, con quien adoptó una hija: Regula Robles Torres.

No era su primera relación. Cuando joven, corrió el rumor de que había raptado a una muchacha, y después que tuvo “vínculos sentimentales” con otra joven de nombre Lupita Barrón.

Además quiso que su archivo en el Ejército llevara como nombre Amelio. En 1955 comenzó los trámites para que así apareciera en el Archivo de Veteranos de la Secretaría de la Defensa Nacional y ese mismo año solicitó el estudio de sus antecedentes revolucionarios para obtener la condecoración del “Mérito Revolucionario”.

Los resultados de aquellos trámites tardaron un poco. Amelio Robles tuvo que esperar hasta 1970 para que lo reconocieran oficialmente como “Veterano de la de la Revolución” y aprobaran su ingreso a la Legión de Honor Mexicana.

Después, en 1973, obtuvo por fin la condecoración del “Mérito Revolucionario”, lo que le valió recibir una ayuda económica durante dos meses. También lo reconocieron los ex presidentes Adolfo López Mateos, Manuel Ávila Camacho y Luis Echeverría, así como de distintos gobernadores de Guerrero que le rindieron honores como destacado revolucionario.

Dato curioso. Sus investigadoras académicas descubrieron que el coronel Amelio Robles tuvo que incluir un acta de nacimiento falsa en su expediente personal de los archivos militares.

“El documento da fe del nacimiento del niño Amelio Malaquías Robles Ávila”, escribe Gabriela Cano. “Salvo el sexo y el nombre del bebé, todos los demás datos coinciden con el acta de nacimiento original del libro del registro civil de Zumpango del Río”.

Por supuesto su historia y su personalidad atrajeron a la prensa, que exponía sobre todo los méritos militares del coronel Robles, y no tanto su pasado. Aunque Miguel Gil, el periodista del diario El Universal que lo entrevistó en 1927 no puede esconder su sorpresa cuando describe un detalle.

Dice el periodista: “…al arremangarse el pantalón para mostrar la cicatriz que una bala le dejó en la pierna veo que usa calcetines y ligas de hombre. ¡Pequeño detalle, pero detalle al fin!”

Todo en Amelio era masculino –menos su cuerpo, claro–, describe Gil: “La forma de usar el saco, los pantalones y el sombrero ladeado un poco a la izquierda y puesto con garbo no eran sino indicio de masculinidad”.

Pero en su tono no hay burla ni desprecio. Curiosidad, quizá, ante aquel coronel que es hombre, pero nació mujer. Para el periodista se trata, simplemente, “de un tipo soberbio para una novela”.

Hasta aquí parece que transcurrió fácil la vida del coronel Amelio. Pero no fue así. Incluso tuvo que pagar con la cárcel –por segunda vez– el asesinato de dos hombres que lo asaltaron con el propósito de “descubrir su secreto corporal”, afirma la investigadora Cano.

“El encarcelamiento debió acarrearle la humillación adicional de estar recluido en el departamento de mujeres”, presume Cano.

Si es cierta o no la anécdota, el coronel nunca renunció a su identidad como hombre y los roles que le correspondían en la época. Allí están las fotos que comprueban que Amelio Robles vestía como todo un caballero y militar.

A pesar suyo, todavía pesa sobre su historia el nombre que él enterró. Una escuela primaria de su pueblo y el museo que fue su casa llevan el nombre de “Coronela Amelia Robles”.

Con información de Infobae

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¿Qué pasa cuando declina un candidato?

Este martes el presidente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, solicitó al candidato presidencial de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez, para que declinara en favor de la candidata de la coalición PRI-PAN-PRD, Xóchitl Gálvez.

La propuesta de “Alito” era que al declinar Máynez en favor de Xóchitl, el renunciaría a la presidencia nacional del PRI, algo a lo que el candidato “fosfo fosfo” se negó.

Pero, ¿qué pasa cuando un candidato declina en favor de otro?

Al hablar de declinación se quiere decir que un candidato o candidata que participe en un proceso electoral, decida dejar la contienda y se una a la campaña de su contrincante.

Pero también, en la Ley Mexicana Electoral no se contempla como tal la “declinación”, pero si la de la renuncia, por lo que un candidato puede renunciar de manera oficial y luego integrarse a otra campaña.

En la La Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales estipula lo siguiente:

  • En el plazo para el registro de candidatos de un partido o coalición puede sustituir a su candidato o candidata de manera libre.
  • Cuando el plazo ya venció, solo se puede sustituir al candidato o candidata por causas de fallecimiento, inhabilitación, incapacidad o renuncia, pero su la renuncia se presenta dentro de los 30 días antes de las elección, ya no es aplicable.
  • Si el candidato es quien le avisa al INE sobre su renuncia, entonces es el Instituto quien le tiene que avisar al partido para la sustitución, siempre y cuando haya tiempo.

Si alguno de los candidatos decide renunciar supongamos que en esta fecha y tan cerca del proceso electoral, los partidos ya no podrán sustituirlo.

Tras la renuncia, ¿qué pasa con los votos en las papeletas?

Según el artículo 267 de la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, si un candidato o candidata renuncia después de haberse impreso las boletas, ya no se puede hacer nada pues estas ya no se pueden modificar.

Y ahora, ¿qué pasa con los votos que se otorgan al candidato que renuncie?

La ley estipula que “en todo caso, los votos contarán para los partidos políticos y candidatos que estuviesen legítimamente registrados ante los Consejos General, Local y Distrital correspondientes”.

Esto quiere decir que aunque un partido se haya quedado sin candidato, se quiere de los votos para no perder el registro, por lo que que cada voto que se emita en nombre del candidato pasa directamente al partido.

En caso de candidaturas independientes como lo fue la de Margarita Zavala en el 2018 y quien renunció solo días antes de la jornada electoral, los votos fueron considerados como una candidatura no registrada, pues no contaba con un partido que absorbiera los votos emitidos.

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¿Por qué Costa Rica ya no quiere animales en los zoológicos?

Costa Rica acaba de hacer historia con el cierre de dos de sus zoológicos estatales para garantizar la conservación de los animales silvestres en su hábitat natural, sin el encierro que implicaban las jaulas de los zoo.

De hecho, con estos cierres, Costa Rica se convirtió en el primer país sin zoológicos estatales.

Lo que Costa Rica busca es garantizar la conservación de las especies silvestres en su hábitat natural.

En 2013 por aquellos lares aprobaron una ley para cerrar (en 2014) los zoológicos estatales.

Pero la fundación encargada del manejo de estos zoológicos (FundaZoo) presentó una serie de amparos para impedirlo, lo que demoró la aplicación de esta ley.

Y fue hasta que terminó el contrato entre FundaZoo y el gobierno que las autoridades decidieron cerrar el Zoológico Simón Bolívar, ubicado en San José, y el Centro de Conservación Santa Ana, en las afueras de la capital.

El caso entre la fundación encargada de los zoológicos y el gobierno duró un rato. Hace dos años, por ejemplo, ya estaba más que decidido el cierre de estos dos lugares para llevar a los animales a un sitio donde pudieran vivir mejor.

Hasta que apenas el fin de semana del 11 de mayo, el Ministerio de Ambiente y Energía (MINAE) puso manos a la obra para rescatar a más de 200 animales que habitaban en el Zoológico Simón Bolívar para después llevarlos a un centro de rescate en la comunidad de Alajuela, donde estarán en cuarentena.

De entre los animales rescatados había un jaguar, cocodrilos, caimanes, monos araña, un ocelote y hasta un perezoso y otras especies.

Otra cosa bien importante que está por suceder es el rescate de este zoológico para convertirlo en un jardín botánico.

De esta manera, terminó la historia de este espacio público que funcionó por más de cien años como zoológico para dar marcha a la construcción de un jardín botánico.

El Ministerio de Ambiente de Costa Rica dice que está apostando a ser un país sin zoológicos estatales y más bien con una perspectiva hacia los santuarios y centros de rescate para estas especies.

Con información de Sopitas

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¿Por qué se forman las auroras boreales?

El Centro de Predicción del Clima Espacial de Estados Unidos emitió una alerta por una tormenta solar severa para estos días. Si bien las afectaciones para la población son menores, si es que se presentan, este fenómeno trae consigo impresionantes auroras boreales.

Pero ¿cómo se forman las auroras boreales? ¿existen solo en el norte o también en el sur? ¿Se pueden ver en México o solo en zonas del planeta muy cercanas a los polos?

Primero hay que mencionar que las auroras son cintas brillantes de luz que se forman a lo largo de las regiones polares del norte o sur del planeta tierra. 

Son causadas por tormentas magnéticas que se desencadenan por la actividad solar, ya sea erupciones solares o eyecciones de masa coronal. 

Cuando el Sol anda muy movido, las partículas cargadas de energía de estos eventos se mueven gracias al viento solar hacia el exterior, llegando hasta la Tierra.

Entonces ¿nos puede hacer daño? Afortunadamente el planeta tiene la magnetosfera, una capa alrededor en la que campo magnético desvía la mayor parte del viento solar como si fuera un escudo ante las partículas del Sol.

Y es esta capa la que también permite la formación de auroras. Cuando las partículas provenientes del Sol se filtran a través de la magnetosfera provocan pequeñas tormentas. Las partículas se mueven rápidamente y chocan contra la atmósfera, contra partículas de oxígeno y nitrógeno. 

Estas partículas desprenden energía que “recogieron” de la coalición y brillan de colores distintos. 

Pero ¿por qué en los polos? Las partículas que llegan a la Tierra recorren las líneas del campo magnético, que si te las imaginas, son como hilos que conectan los polos de la Tierra. 

Entonces las partículas que chocan contra la magnetosfera tienen a dirigirse hacia los polos, en donde interactúan con los gases de la atmósfera y provocan el espectáculo de luces. 

El oxígeno emite luz verde y roja, mientras que el nitrógeno brilla intensamente azul y morado.

El término general para este espectáculo en el cielo es auroras polares, porque suceden en los polos del planeta. 

La cosa es que cuando es en el hemisferio norte, les llamamos auroras boreales o luces del norte. Cuando pasan en el hemisferio sur, se llaman auroras australes. 

Los científicos han detectado que cuando hay una tormenta solar, las auroras ocurren simultáneamente tanto en el norte como el sur, pero a veces el inicio se retrasa de una zona respecto a la otra. Hay ligeras variaciones que aún están siendo estudiadas.

Algunas personas han sido testigos de este sonido extraño al estar viendo un espectáculo de este tipo. Pero solo puede ocurrir si está todo en mucho silencio. 

Dura apenas unos minutos y lo describen como un crujido, como cuando le das la mano a alguien y sucede un toque de electricidad, como cuando intentas sintonizar la radio o como cuando caminas sobre hojas secas. 

Como las partículas del Sol quedan atrapadas en la capa de la atmósfera, cuando se descargan con rapidez producen sonidos. La cosa es que ese sonido se produce muchos kilómetros sobre la superficie, por lo que en teoría escucharlos sin ayuda de un instrumento sería imposible.

El sol siempre está expulsando partículas cargadas de energía y creando viento solar, claro que a veces más intenso que otras. 

Las auroras boreales ocurren las 24 horas del día, los 7 días de la semana y los 365 días del año, siempre. La cosa es que podamos verlas, dependiendo de la contaminación lumínica de las ciudades y asentamientos humanos, de las condiciones climáticas, del lugar y de la intensidad del viento solar. 

A veces las auroras no son perceptibles a simple vista pero si tomas una foto con una exposición larga, notarás que ahí está.

Cuando hay tormentas especialmente fuertes, como la de hoy y mañana, el espectáculo llega a zonas más alejadas de los polos, incluso llegando a México. 

Las emisiones en el Sol, explica una experta, pasan por un ciclo de 11 años más o menos. Ahora nos estamos acercando al máximo punto del ciclo, entre principios de 2024 y finales de 2024. 

Entonces en los próximos 4 o 5 años será buen momento para ver auroras boreales y australes.

Digamos que el mejor lugar para ver una aurora boreal es en cualquier lugar dentro de la zona auroral, en un radio más o menos de 2 mil 500 kilómetros del Polo Norte. 

Pero cuando la tormenta solar es muy intensa, entonces el avistamiento se extiende más al sur, alcanzando incluso el norte de México.

Se han registrado auroras boreales en estados del norte como Baja California, Sonora, Chihuahua, Coahuila e incluso, Durango y Nuevo León.

Es probable que al ver al cielo no podamos ver las luces tan intensas como cerca de los polos o como en las fotografías. Mucho depende de la distancia en que nos encontramos del Polo Norte, de las condiciones del clima, de la cantidad de luz en las ciudades, de la hora en que se oscurece, etc.

Con información de Sopitas

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