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El gobierno de Estados Unidos ofrece paquetes de liquidación a empleados federales

En una medida sin precedentes, el gobierno de Estados Unidos ha anunciado que ofrecerá paquetes de liquidación a todos los empleados federales que decidan renunciar voluntariamente a sus puestos antes del 6 de febrero. Esta iniciativa, impulsada por la administración del presidente Donald Trump, busca reducir el tamaño del gobierno federal a un ritmo acelerado, al tiempo que introduce estándares más estrictos de idoneidad y conducta para los funcionarios públicos.
Según un memorando enviado por la Oficina de Administración de Personal (OPM, por sus siglas en inglés), los empleados que acepten la oferta recibirán una compensación equivalente a aproximadamente ocho meses de salario. Sin embargo, la decisión debe tomarse antes de la fecha límite establecida. El correo electrónico, dirigido a más de dos millones de trabajadores federales, también advierte sobre futuras reducciones de personal, lo que ha generado preocupación sobre el impacto que esta medida podría tener en la economía y en la prestación de servicios públicos.
Un cambio radical en la fuerza laboral federal
El gobierno federal emplea a más de tres millones de personas, lo que lo convierte en una de las fuerzas laborales más grandes del país. La permanencia promedio de un empleado federal es de casi 12 años, según datos del Pew Research Center. Sin embargo, la administración Trump ha manifestado su intención de transformar radicalmente la estructura del gobierno, prometiendo “cambiar Washington” y desafiar las normas políticas tradicionales.
Katie Miller, miembro del consejo asesor del Departamento de Eficiencia Gubernamental —una oficina dirigida por Elon Musk, CEO de Tesla—, destacó en la red social X la magnitud de esta iniciativa: “Este correo electrónico se está enviando a más de dos millones de empleados federales”. La medida ha sido interpretada por algunos como un intento de presionar a los trabajadores que no se alinean con la visión de la actual administración para que abandonen sus puestos.
Preocupaciones sobre el impacto en los servicios públicos
Everett Kelley, presidente del sindicato American Federation of Government Employees (Federación Estadounidense de Empleados del Gobierno), criticó la medida, argumentando que no debería considerarse como voluntaria, sino como una forma de forzar la salida de empleados que no son considerados leales a la administración. “Depurar el gobierno federal de empleados de carrera dedicados tendrá vastas consecuencias no intencionadas que causarán caos para los estadounidenses que dependen de un gobierno federal funcional”, advirtió Kelley.
La posible salida de un gran número de trabajadores clave, como funcionarios del Departamento de Asuntos de Veteranos, inspectores de alimentos, científicos que supervisan el suministro de agua y contratistas de defensa, podría generar interrupciones significativas en servicios esenciales. Esto afectaría desde la atención médica hasta la seguridad alimentaria y la adquisición de tecnología militar.
Nuevas directrices para la fuerza laboral federal
El memorando de la OPM también detalla cuatro directrices que, según afirma, han sido ordenadas por el presidente Trump para la fuerza laboral federal. Entre ellas, destaca la exigencia de que la mayoría de los empleados regresen a sus oficinas a tiempo completo, poniendo fin al trabajo remoto que se implementó durante la pandemia de COVID-19. “La gran mayoría de los empleados federales que han estado trabajando de forma remota estarán obligados a regresar a sus oficinas físicas cinco días a la semana”, señala el documento.
Además, el texto subraya que Trump “insistirá en la excelencia en todos los niveles” y que, aunque algunas áreas del gobierno podrían expandirse, la mayoría de las agencias federales enfrentarán recortes de personal. “La fuerza laboral federal debería estar compuesta por empleados que sean confiables, leales, dignos de confianza y que se esfuercen por la excelencia en su trabajo diario”, agrega el memorando.
Una carta de renuncia diferida
El correo electrónico incluye una “carta de renuncia diferida” para aquellos empleados que decidan adherirse al programa de compensación. Según el documento, quienes renuncien bajo este esquema mantendrán su salario y beneficios hasta el 30 de septiembre, independientemente de su carga de trabajo, y quedarán exentos de los requisitos de trabajo presencial.
Para aceptar la oferta, los empleados deben responder al correo electrónico desde sus cuentas gubernamentales. Sin embargo, la medida ha generado dudas sobre si esta iniciativa logrará sus objetivos sin comprometer la eficiencia y la continuidad de los servicios públicos que millones de estadounidenses dependen.
Consecuencias impredecibles
Aunque aún es difícil calcular el impacto exacto de esta medida, expertos advierten que incluso si solo una fracción de los empleados federales acepta la oferta, las repercusiones podrían ser significativas. Desde interrupciones en la entrega de servicios hasta la pérdida de experiencia y conocimiento especializado, la reducción acelerada del gobierno federal podría tener efectos de largo alcance en la economía y la sociedad estadounidense.
