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“El sueño” de Frida Kahlo establece un récord histórico en subasta al venderse por 54.7 millones de dólares

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Un autorretrato de Frida Kahlo titulado “El sueño (La cama)” fue adjudicado este jueves por la suma de 54.7 millones de dólares en una subasta de Sotheby’s, estableciendo un nuevo récord mundial para una obra de arte creada por una mujer. La pintura, que data de 1940, superó el anterior registro de 44.4 millones de dólares que ostentaba “Jimson Weed/White Flower No. 1” de Georgia O’Keeffe desde 2014.

La transposición no solo consolida el valor creciente de la obra de Kahlo en el mercado internacional, sino que marca un hito para el arte latinoamericano. La pieza, que formaba parte de una colección privada cuyos titulares no han sido revelados, era legalmente elegible para la venta al hallarse fuera de México, país donde sus obras están declaradas monumento artístico y no pueden exportarse.

Una obra cargada de simbolismo

“El sueño” presenta a Kahlo durmiendo en una cama de estilo colonial que flota entre nubes, envuelta en vides y cubierta por una manta dorada. Sobre ella yace un esqueleto atado con dinamita, una imagen que los expertos interpretan como una reflexión sobre la mortalidad y el dolor crónico que acompañó a la artista durante toda su vida.

En la nota del catálogo, la casa de subastas describió la obra como una “meditación espectral sobre la porosa frontera entre el sueño y la muerte”, destacando cómo Kahlo transformó su experiencia de convivir con el sufrimiento físico en potentes imágenes visuales.

Preocupaciones sobre el destino de la obra

El éxito de la venta ha generado reacciones encontradas entre especialistas. Mientras algunos celebran la valorización de la artista, otros han manifestado preocupación porque la pintura —que no se exhibía al público desde finales de la década de 1990— pueda volver a desaparecer de la vista del gran mundo del arte. No obstante, según fuentes cercanas a la transacción, ya se han recibido solicitudes para incluirla en exposiciones programadas en Nueva York, Londres y Bruselas.

Kahlo, quien comenzó a pintar durante su prolongada convalecencia tras un grave accidente a los 18 años, siempre rechazó la etiqueta de surrealista. “Nunca pinté sueños”, afirmó en una ocasión. “Pinté mi propia realidad.” Esta obra, precisamente, encapsula esa visión única que la consolidó como un icono del arte moderno.

La subasta, que incluyó más de 100 obras surrealistas de creadores como Salvador Dalí y René Magritte, tuvo en la pintura de Kahlo a su pieza estelar, confirmando el lugar central que ocupa su legado en la historia del arte universal.