Politica

La mutación del periodismo

-Ante el abuso del poder, urge el trabajo de los profesionales

Por JOSÉ LUIS JÀQUEZ BALDERRAMA 

CHIHUAHUA CHIH.- La pandemia cambio el mudo. Nos tocó una época de terrible miedo a la enfermedad;  de grave crisis económica y mediática.

Nos encontramos ante una impresionante saturación informativa, polarización política y creciente desinformación generadas en las redes sociales y plataformas digitales, que hacen necesario el resurgimiento de los profesionales del periodismo.

Los profesionales, son aquellos que ante la contaminación informativa, saben narrar lo importante y aportan el contexto para entender lo que está ocurriendo en la sociedad.

Nuestra sociedad necesita medios y periodistas que analicen, verifiquen y cuestionen a los que ostentan el poder, como es la violación a la libertad de expresión y la gestión fallida ante la pandemia.

Desde que la enfermedad alcanzó niveles de pandemia, hace poco más de un año, los seres humanos se han separado. La educación, el trabajo, la diversión, la reunión familiar se han modificado radicalmente. Hoy todo es añoranza.

Es como estar en medio de una gigantesca ola. Es una ola de cambios, restricciones, controles, miedos y angustia, pero también de esperanza, sobre todo en la vacuna.

El periodismo no escapo a dichos cambios. De hecho, dos décadas atrás, la empresa periodística del planeta se vio en la necesidad de transformarse a raíz de la crisis económica, escasez de lectores y el surgimiento del internet.

El quehacer periodístico se reinventó, aunque muchos medios murieron en el intento. Y al igual que el coronavirus, tuvo que mutar para seguir vigente. Es cuando el periodismo tradicional modifica sus códigos, estrategias y herramientas. En pocas palabras se convierte en multimedia.

Actualmente hay una nueva clase de audiencia. Más crítica, mejor informada y exigente, pero también el surgimiento de un “monstruo” conocido como desinformación.

El título de periodista, es una distinción ganada por su auténtico trabajo, es decir, en su lucha por la libertad de expresión y el derecho a la información. Es un reconocimiento que le otorga la propia sociedad.

El auténtico reportero gana amplitud de visión y al mismo tiempo siente escrupuloso respeto por la verdad.

El periodismo, es uno de los actores principales en los cambios políticos de muchas naciones, pero actualmente en México, ha provocado fuertes reacciones del grupo en el poder que califica este apostolado como “enemigo del pueblo. Falso.

El ruta a seguir, es una prensa participativa, moderna, abierta a las corrientes políticas, involucrada en la solución de los problemas sociales.

Este proyecto es de todos los mexicanos, pero principalmente de quienes vemos en el periodismo una forma de pensar y vivir. Es la opción de liberar las viejas ataduras sobre el manejo de la información. Es decir, alcanzar una información amplia y al alcance de todos.

No todo mundo ve al periodista como el precursor de los cambios modernos o el fiel defensor de la democracia.

El periodista es odiado y vapuleado. Es más, hay quienes lo presentan como una amenaza pública, un auténtico azote de los famosos, de los políticos y de los corruptos.

Sin embargo, el auténtico periodista es un referente para la humanidad, que hace historia, corre peligros y contribuye a los cambios de su nación.

Pulitzer decía: “La exactitud es para un periódico lo que la virtud para una dama”.

“Escribir es cortar”, según el escritor mexicanos Juan Rulfo.

El periodismo es un órgano que penetra en la realidad actual a través de apariencias a veces desconcertantes y contradictorias y que percibe el porvenir que las mayorías no pueden ver aún; es el tacto a distancia en el tiempo, que hace conscientes para la sociedad los peligros y las promesas que se perfilan en el futuro.

Tomás Eloy Martínez, considerado como uno de los mejores escritores argentinos de la época moderna, decía: “Recordar siempre que el periodismo es, ante todo, un acto de servicio”.

Fuente: Acento

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