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Polémica en el Mundial de Clubes: Trump se queda con el trofeo original y Chelsea recibe una réplica

El presidente estadounidense Donald Trump generó un nuevo escándalo en el mundo del fútbol al confirmar que posee en la Oficina Oval el trofeo original del Mundial de Clubes 2025, mientras al Chelsea, campeón del torneo, le fue entregada una copia fabricada posteriormente. Esta revelación profundiza la controversia desatada tras la intrusiva participación del mandatario en la ceremonia de premiación.
Durante una entrevista con DAZN, Trump explicó cómo llegó a quedarse con el codiciado galardón: “Me dijeron que podía conservarlo un tiempo, pero nunca vinieron a recogerlo”. Según su versión, Gianni Infantino, presidente de la FIFA, le habría ofrecido guardar el trofeo de manera permanente en la Casa Blanca, prometiendo crear uno nuevo para el equipo ganador.
El trofeo original ya era objeto de críticas por su diseño ostentoso que incluye dos veces el nombre de Infantino, lo que muchos consideraban un exceso de egocentrismo. Ahora, su ubicación en el despacho presidencial estadounidense añade un nuevo capítulo a esta peculiar historia.
Por su parte, los jugadores del Chelsea manifestaron su incomodidad por la presencia de Trump durante la premiación. Cole Palmer, mediocampista del equipo, admitió: “Sabíamos que estaría en el estadio, pero no esperábamos que subiera al podio”. Su compañero Levi Colwell agregó: “Pensé que se retiraría después de los abucheos, pero insistió en quedarse”.
La FIFA no se ha pronunciado oficialmente sobre este inusual traspaso del trofeo, mientras fuentes cercanas al Chelsea prefieren no comentar públicamente el asunto, aunque se rumorea cierto malestar dentro de la institución inglesa.
Este incidente recuerda la polémica generada años atrás cuando circuló el rumor de que Vladimir Putin se había quedado con el anillo de campeón del Super Bowl de los New England Patriots, aunque en este caso la posesión del trofeo por parte de Trump ha sido confirmada por el propio interesado.
Analistas deportivos señalan que este episodio refleja una creciente tendencia a la politización de los grandes eventos futbolísticos, particularmente en un contexto donde el mandatario estadounidense busca capitalizar cualquier escenario público.
Mientras tanto, el Chelsea deberá conformarse con exhibir en su museo una réplica del trofeo que, técnicamente, nunca llegó a levantar.
