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¿Por qué Lidia no pegó en Chihuahua?

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El ciclón “Lidia” azotó intensamente durante la noche y madrugada a varios estados de México, incluyendo Nayarit, Jalisco, Colima y Zacatecas, con fuertes lluvias y vientos. Sin embargo, un fenómeno meteorológico peculiar impidió que las lluvias se extendieran hacia el norte de México.

“Lidia” llegó a alcanzar la impresionante fuerza de un huracán de categoría 4 antes de hacer contacto con tierra en el estado de Jalisco, desencadenando lluvias excepcionales y torrenciales en su camino. Posteriormente, se debilitó a una baja presión remanente y en la actualidad se ubica entre Zacatecas y San Luis Potosí.

A pesar de la magnitud de este ciclón, las amplias bandas de nubosidad no se dirigieron hacia el norte y noroeste de México. Este fenómeno se debe a la presencia de una corriente en chorro subtropical que actuó como un obstáculo natural para el avance de las bandas nubosas, creando una especie de barrera en su trayecto.

¿Pero qué es exactamente una corriente en chorro?

Las corrientes en chorro, también conocidas como ‘jetstream’, se forman cuando se encuentran masas de aire frío y caliente y viajan en la tropopausa, a altitudes que oscilan entre ocho y 15 kilómetros.

Estas corrientes atmosféricas se caracterizan por ser rápidas y fuertes, a menudo se asemejan a ríos ondulantes y estriados cuando se observan en un mapa de corrientes en chorro. Los vientos en estas corrientes pueden variar entre 129 y 225 kilómetros por hora, pero en casos extremos, pueden superar los 443 kilómetros por hora.

Por lo general, estas corrientes son más intensas durante la temporada de invierno debido a las marcadas diferencias de temperatura en la atmósfera. Hay dos tipos principales de corrientes en chorro: la polar, que se encuentra en latitudes más altas, como las de Estados Unidos o regiones aún más al norte (entre 30 y 60 grados de latitud norte), y la subtropical, que se forma en latitudes cercanas a los 30 grados norte. La corriente en chorro subtropical desempeñó un papel fundamental en la trayectoria de “Lidia” al evitar que sus efectos se propagaran hacia el norte de México.